Cartagena: entre la corrupción y el neoliberalismo

Una gran simpatía ha levantado el actual alcalde de Cartagena, Williams Dau, tras el enfrentamiento con los concejales que intentan controlar los recursos para combatir la pandemia del covid-19. Los críticos de Dau hacen énfasis en el vocabulario soez usado por el Alcalde contra los concejales, pero guardan silencio sobre la profunda crisis social en la ciudad.

Autor: Antonio Romero

La pobreza y la desigualdad en Cartagena no solo es producto de la corrupción, sino también de las políticas neoliberales que han aplicado los partidos burgueses – liberales y conservadores – que han gobernado la ciudad. Solo basta recordar que en los años 90 se privatizaron el puerto y las empresas de servicios públicos domiciliarios, se liquidaron varias empresas estatales y se desmanteló la red pública hospitalaria.

Producto del cansancio de las masas, en las pasadas elecciones territoriales se dio un duro golpe a las mafias políticas en la ciudad. En el caso de la gobernación, el voto en blanco fue ganador en rechazo a las mafias políticas y a las declaraciones racistas del parapolítico Vicente Blel. En la alcaldía, con el triunfo de William Dau, un veedor ciudadano que desde hacía varios años venía denunciando la corrupción, enfrentando a poderosos enemigos como el Turco Hilsaca, la familia García y el ex gobernador Dumek Turbay.

Las mafias políticas en el Concejo

Desde que se posesionó como alcalde, Dau ha tenido que lidiar con un Concejo Distrital que representa en forma mayoritaria a las mafias políticas de la ciudad, muchos de ellos investigados por casos de corrupción, como el caso del nombramiento de la contralora que terminó con la destitución de Manolo Duque.

Este es un Concejo que ha estado acostumbrado a dividir en parcelas las distintas dependencias distritales, controlando los contratos y los cargos de las mismas. Para los concejales, la derrota fue por partida doble, pues en anteriores elecciones los concejales podían negociar con el ganador contratos que les permitieran pagar a los inversionistas de la campaña perdedora, pero con Dau ha sido diferente. Por ello, los concejales han intentado asfixiar al gabinete con un permanente control político, buscando que se les permita manejar de nuevo porciones de los cargos y contratos.

El último enfrentamiento de Dau y el Concejo, que terminó con el alcalde levantándose de la sesión diciéndoles: “malparidos, maricas, hijueputas”, significa para los concejales la posibilidad de debilitar al alcalde con una sanción de la Procuraduría, mientras para Dau se ha convertido en un nuevo espaldarazo político, pues la población se ha manifestado en contra de las mafias políticas.

¿Y la lucha contra el neoliberalismo?

Lo que no puede olvidar el Alcalde y las fuerzas políticas que lo apoyan, es que la causa de la crisis social que hoy vive Cartagena es que la principal corrupción que hay en la ciudad es la privatización de las empresas de servicios públicos domiciliarios y del puerto, que ha condenado a la mayor parte de su población a la miseria. A eso se suman los peajes urbanos, la privatización del transporte y el desmantelamiento del sistema de salud.

En días pasados, la empresa Pacaribe dejó a más de 200 trabajadores tercerizados sin empleo, sin que desde la Alcaldía hubiese exigencia alguna para su reintegro en medio de la pandemia, cuando el aseo urbano se convierte en algo esencial para confrontar la crisis sanitaria.

Por ello, en este enfrentamiento entre Dau y los concejales, la clase trabajadora debe exigir la reversión de la privatización y acabar con todas las concesiones que les han dado a los empresarios en la zona industrial de Mamonal, porque las mafias políticas siguen lucrándose de los recursos públicos.

De igual manera, debemos exigir que la inversión en el sistema de salud para enfrentar la pandemia sea girada a las clínicas y hospitales públicos para comenzar a reconstruir la red pública hospitalaria de la ciudad.

Dau, los trabajadores y los pobres

Esos barrios pobres que respaldan la lucha de Dau contra las mafias del Concejo son los mismos que claman por un plan de emergencia más allá de la distribución de mercados, pues se requiere una política donde el Estado asuma el pago de servicios públicos y arriendos, pero hasta ahora solo han recibido una brutal represión por parte de la Policía que pretende imponer una cuarentena sin garantías.

Solo así habrá una lucha real contra la corrupción, porque las mafias políticas no solo se han adueñado de dependencias de la Alcaldía, sino que se han apropiado de grandes negocios como son los servicios domiciliarios, el transporte, las carreteras y el puerto.

El Partido Socialista de los Trabajadores no apoya las políticas del actual alcalde, ni lo respaldó en las pasadas elecciones, pero acompañamos la lucha contra las mafias políticas que saquean la ciudad. Hemos dicho que Dau tiene dos opciones: o gobierna con las mafias políticas o gobierna con el pueblo que lo eligió, en ese sentido le propusimos constituir un concejo alterno, compuesto por delegados de las organizaciones obreras y sindicales, por delegados de los barrios y las organizaciones étnicas. Este debería ser el organismo que le oriente la política distrital y que ejerza un verdadero control político.

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