Editorial: El pulso por la reforma a la salud, un pulso por la ganancia

La noticia de la intervención de la EPS Sanitas por parte de la Superintendencia Nacional de Salud, ha desatado una tormenta política en el país. En medio del forcejeo por la continuidad o el hundimiento del proyecto de reforma a la salud, el gobierno saca la carta de los problemas financieros que las grandes EPS presentan, para presionar ante el hundimiento inminente de la reforma a la salud en el Congreso, hundimiento que justamente ocurre un día después de la intervención de Sanitas. Es sabido por demás que muchos de los parlamentarios financiaron sus campañas con los dineros de las EPS.

Las EPS y el Congreso

Se sabe que 5 de los 8 congresistas que presentaron la moción de archivo de la reforma a la salud, recibieron financiación directa por parte de los grupos empresariales de las EPS, en especial de la multinacional Keralty dueña de Sanitas y Colsanitas (Liberal, Verdes, ASI, CD y la U), Sura financió al nuevo liberalismo. El objetivo es que estas entidades sigan administrando y usufructuando dineros públicos, en un descarado conflicto de intereses. También, aunque en menor cuantía el grupo Bolívar hizo aportes a algunas de estas campañas. Este es solo un ejemplo de que cuando decimos que el Congreso está al servicio de la burguesía, sus grupos económicos y sus intereses, no lo decimos en sentido figurado o solo ideológico, sino que directamente los parlamentarios son en su mayoría PARTE de la burguesía o empleados comprados de la misma.

Los problemas financieros de la EPS Sanitas, de la multinacional Keralty, no son recientes ni inventados por el Gobierno actual, se conoce que esta EPS ha desviado fondos e “invierte” dineros de la salud en financiar a políticos, el desfalco asciende según la exministra Carolina Corcho, a 13 billones que “están refundidos”. Antes de la intervención, el Gobierno había solicitado la apertura de contabilidad pues no se entiende como es posible que si se está girando por parte de ADRES el dinero cumplidamente, esta EPS deba miles de millones a clínicas y hospitales, e incluso a Cruz Verde su proveedora de medicamentos.

Quienes se han lucrado por años ahora se quejan

Las EPS y su agremiación ACEMI fueron desde el inicio, los abanderados de la oposición a la reforma a la Salud. Dicha reforma, a pesar de la propaganda burguesa no planteaba “expropiar” ni “estatizar” la salud. Tan sólo pretendía modificar los esquemas de financiación y administración de los servicios, manteniendo la contratación y gestión de los privados por distintas vías. Es decir, la reforma no acababa con la Ley 100 ni menos con las EPS, sino que modificaba algunos aspectos, disminuyendo un “poquitico” la tajada que se llevan las intermediarias, y aumentando el control del Estado sobre dineros que son públicos, aun así, pelean con uñas y dientes por su margen de ganancia.

Entonces la oposición a la reforma no era porque atacara las EPS, sino que modificaba la forma de enriquecimiento del sector financiero que controla el negocio privado de la salud. Las EPS a su vez pertenecen a grandes oligopolios y conglomerados del capital nacional e internacional, favoreciendo la contratación vertical no solo de sus propias clínicas sino de proveedores, transporte, seguridad, etc.

Hace treinta años con la Ley 100 la salud y la seguridad social se privatizaron y se convirtieron en un jugoso negocio que ha aprovechado el capital financiero nacional e imperialista para enriquecerse a costa de la salud (y la muerte) de la población.

Ellos no están dispuestos a que se toque su esquema de ganancias. Sanitas junto a Sura son de las grandes EPS que han mantenido astronómicas ganancias a costa de artimañas para la negación de servicios, deudas a las IPS públicas y el desvío de fondos a otros negocios.

Fue emblemático el caso de la EPS Saludcoop que desvió recursos para construir edificios y hasta un campo de golf. Grandes EPS han sido liquidadas por razones similares, y esto se ha hecho por gobiernos anteriores. Esto muestra que el modelo privado de la salud, que pregonan como salvador de la salud, es el foco no sólo la negligencia, sino de la corrupción.

A esto se suma la crisis de desabastecimiento de medicamentos, política consciente de las farmacéuticas y EPS, no sólo para echar la culpa a la política del gobierno Petro sino para mantener a través del control de las patentes los altos precios de medicamentos, dejando de producir medicamentos regulados que bajo su esquema no son negocio. Esta política de desabastecimiento se parece mucho a los paros patronales que en otros momentos y países sectores burgueses han usado para golpear gobiernos de frente popular.

Una campaña de pánico

La burguesía y sus medios hacen propaganda tergiversada, hablando de un supuesto ataque a la propiedad y el negocio privado. Igualmente, inducen a la población en el miedo de quedarse sin servicio o “tener una crisis de la salud”, como si la salud no estuviera en crisis desde siempre. Como si el paseo de la muerte, el constante desabastecimiento de medicamentos, el cierre de maternidades, la precarización del servicio y de las condiciones de vida de los trabajadores del sector, no fuera ya suficiente crisis.

Tenemos información de primera mano, de que Sanitas además de la inmensa campaña mediática que está realizando en medios a su servicio y redes sociales, está realizando una campaña interna de pánico entre sus trabajadores y el personal de salud, directivos y mandos medios envían mensajes a los chats, alertando de que se van a quedar sin trabajo, de que habrá despidos masivos, y que la intervención significa la liquidación y el “robo” de los recursos, etc. Se pretende poner a los trabajadores del lado de la empresa que diariamente los explota.

Abajo las EPS, expropiar a los expropiadores

En dicha campaña, unos incluso agitan el fantasma de la expropiación. La medida de intervención de la EPS Sanitas, no solo es absolutamente legítima – el Estado tiene no solo el derecho sino el deber de intervenir cuando se desfalcan los dineros públicos-, sino que es insuficiente no sólo frente a los problemas financieros denunciados, sino frente al problema de fondo.

Unos de los grandes problemas es el cómo estos capitalistas ocultan sus cuentas y lo que hacen con la plata que se apropian bajo el llamado “secreto comercial e industrial”. Es necesario exigir la apertura total y pública de los libros de contabilidad de esta y de todas las EPS, dado que los dineros que manejan son en un 100% dineros públicos de los que ellos se han apropiado. El cinismo con el que denuncian que los quieren “expropiar” es la prueba de que se han apropiado de estos fondos que supuestamente solo debían administrar.

Las grandes masas de capital que amasa el sector financiero a costa de la salud son producto tanto de los grandes recursos públicos inyectados al sistema de salud, como de los recursos de los trabajadores arrancados de sus salarios. Acá lo que hay es un robo histórico y sistemático a los trabajadores y los recursos públicos. Es totalmente legítimo que los recursos robados y malversados sean expropiados – devueltos a sus dueños verdaderos-  y se imponga un servicio totalmente público, para ello es necesario derrotar la ley 100 en su totalidad.

También intervenida la Nueva EPS

Al final del día de hoy 3 de abril y al cierre de esta editorial, se supo la noticia de la intervención también de la Nueva EPS, por razones similares a las de la EPS Sanitas. Este hecho ratifica lo expresado aquí, sobre el despilfarro y/o desvío de dineros públicos y la necesidad de recuperarlos, sanear el funcionamiento de las entidades de salud, pero, sobre todo, que el Estado asuma su responsabilidad en garantizar salud a los trabajadores y sus familias, como un derecho inalienable y no como un servicio mercantil.

Retomar la lucha en las calles por una verdadera reforma a la salud

Sanitas – y todas las EPS que oculten o “refundan dineros-  no sólo debe ser intervenida, los recursos recuperados para los afiliados, sino que debe ser puesta bajo el control de los trabajadores con veedurías constantes, para evitar que la corrupción de las entidades del Estado le den el mismo destino que a la extinta Medimás.

El hundimiento en el Congreso de la limitada y recortada reforma a la Salud del gobierno, muestra no sólo las limitaciones de su política, sino de los mecanismos del régimen político antidemocrático y el parlamento. Las masas en la calle deben retomar la reivindicación de la estatización total de la salud, una verdadera reforma que elimine la intermediación financiera, que de recursos suficientes y adecuados para el servicio y condiciones laborales dignas para los trabajadores de la salud.

Comité Ejecutivo del Partido Socialista de los Trabajadores

4 de abril de 2024

 

 

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