25M: Entre la ofensiva del gobierno y el virus burocrático

Todas las medidas que ha venido anunciando y aplicando el Gobierno Duque, en detrimento de los exiguos ingresos de los trabajadores, así como contra derechos laborales y pensionales, (léase: Pírrico salario mínimo, Ley de financiamiento, holding financiero, reforma laboral y reforma pensional), exigencias que hace del FMI y la OCDE, para tratar de recuperar la economía del país, en medio de una galopante crisis del capitalismo en el mundo, son razones suficientes, para definir un plan de lucha contundente contra Duque, su paquetazo y el imperialismo.

Autor: Freddy Ruiz (Magisterio ADE)

Todas las medidas que ha venido anunciando y aplicando el Gobierno Duque, en detrimento de los exiguos ingresos de los trabajadores, así como contra derechos laborales y pensionales, (léase: Pírrico salario mínimo, Ley de financiamiento, holding financiero, reforma laboral y reforma pensional), exigencias que hace del FMI y la OCDE, para tratar de recuperar la economía del país, en medio de una galopante crisis del capitalismo en el mundo, son razones suficientes, para definir un plan de lucha contundente contra Duque, su paquetazo y el imperialismo.

Se suma a esta ofensiva del gobierno y de la burguesía, el incremento de asesinatos selectivos de excombatientes, luchadores y líderes sociales, sin que haya medidas efectivas para detener este nuevo genocidio. Y la quiebra de la salud pública, mientras que los mercaderes de las EPS llenan sus bolsillos.

Por otro lado, escándalos de corrupción que saltan todos los días y que se enredan en los tribunales también permeados por esta.

Contra estas medidas, esta caótica situación social y la asqueante corrupción, salió masivamente la juventud, junto con los oprimidos y explotados a las calles el 21 N. (2019) Sin embargo el enquistado comportamiento burocrático de las direcciones sindicales mayoritarias, ha hecho que la unidad del pueblo y sus diferentes sectores sociales lograda en este histórico movimiento, comparable en parte con la del paro de 1977, se vaya diluyendo y dividiendo al día de hoy.

Como quiera que este movimiento estaba por fuera del control de las direcciones de las centrales obreras y en general de las direcciones mayoritarias, actuó por cuenta propia y se hizo sentir en el país. Se convocó un necesario encuentro de organizaciones sociales y políticas, para los días 6 y 7 de diciembre, el cual pretendió ser controlado por la mayoría de esas direcciones sindicales y sus organizaciones políticas, recibiendo una fuerte resistencia de estos sectores juveniles, estudiantiles, y organizaciones sociales.

De allí surge la necesidad de un nuevo encuentro los días 30 y 31 de enero, sobre el cual hubo mucha discusión en diversas reuniones, pues de nuevo el burocratismo lo quería dominar, imponiendo criterios de falso consenso, criterios de participación por delegaciones avaladas por ellos mismos y hasta delimitando el número de participantes. Hubo incluso la pretensión de convertir ese encuentro en plataforma de lanzamiento de la, días antes anunciada candidatura presidencial de Jorge Robledo.

En el dividido encuentro de enero, se acordaron distintas agendas de movilización, pero con la coincidencia alrededor del paro nacional del 25 de marzo.

Aparece la pandemia

Luego de presiones de muchos sectores sociales y varios alcaldes municipales, el presidente Duque se vió obligado a decretar la cuarentena nacional, para tratar de contener la pandemia en el país. Su reticencia obedeció a presiones de los secotres empresariales, quienes no querían que se parara la producción. Aún así, muchos trabajadores han sido obligados a ir a trabajar. Otros, han sido enviados a vacaciones anticipadas o despedidos. Y se ha expresado la decisión de la burguesía de tratar de salvar la economía por encima de las vidas de los ciudadanos (los pobres y desposeídos).

La pandemia ha sido usada por Duque para decretar emergencia económica y por esta vía liberar recursos y tomarlos de fondos territoriales, supuestamente para el fortalecimiento del sector salud, lo cual no se ha evidenciado, pero en últimas para brindarle un fuerte apoyo a las entidades financieras y a los empresarios.

Hubo recientemente la intención del gobierno nacional, de hacer una “cuarentena inteligente”, llevando a los trabajadores a reanudar la producción, sin embargo previendo la natural reacción de gobernantes locales, del sector salud y de los trabajadores, han ampliado la cuarentena de manera “cuidadosa”, haciendo cálculos económicos y políticos para lograr sobreaguar la crisis.

Una vez entramos en cuarentena por la pandemia del Covid 19, el 17 de marzo, quedó en duda la realización de una movilización callejera, el día 25, por razones de prevención del contagio. Reconociendo la gravedad de la crisis sanitaria mundial, es obvio que no se impulsara dicha movilización, pero aun así tenemos que valorar la política de la dirección sindical como errática y totalmente equivocada, ya que no recogió la preocupación del momento, ni las necesidades de la población, producto del confinamiento.

Adicionalmente, esa dirección orientó muchas tareas en diferentes direcciones: aplausos para el personal médico y cacerolazos durante el día, sin hora fija y sin centralización. Ni siquiera hubo una rueda de prensa, ni se aprovechó el momento para exigirle al gobierno temas como el respeto a los contratos de trabajo, fortalecimiento de la salud y los hospitales públicos. El resultado: un rotundo fracaso. Ni siquiera las direcciones convocantes garantizaron el cumplimiento de las tareas orientadas.

Por una cuarentena de lucha

Hoy está al orden del día, la exigencia al gobierno del no pago de la deuda externa, para usar esos recursos que son el 40% del presupuesto nacional, para la recuperación de los hospitales públicos. Esos dineros deben ir a la atención de la crisis sanitaria, y a la atención de las necesidades básicas de los trabajadores informales, los desempleados y la población vulnerable.

Se hace más vigente que antes, la necesidad de estatizar los servicios médico asistenciales y la formalización de la mano de obra. Que los grandes empresarios, los banqueros y los multimillonarios le devuelvan a los trabajadores toda la plusvalía que extrajeron, para lograr acumular tanta riqueza en pocas manos.

Hoy más que nunca se necesita que la clase trabajadora se ponga al frente de estas exigencias, necesitamos una nueva dirección que diseñe un plan de lucha que por las circunstancias será desde casa, pero que cada día de la cuarentena haya una manifestación de rechazo a la política de favorecer la economía antes que la vida de los trabajadores y el pueblo, con mensajes a los correos de los gobernantes, mensajes por Twitter y las redes sociales, videos de los dirigentes, y orientación a los trabajadores, para desobedecer a sus patronos que ordenan asistir a las fábricas, poniendo en riesgo su vida.

Esa nueva dirección la vamos a necesitar para enfrentar los planes que seguirán una vez pase la pandemia, cuando la burguesía tratará de imponer medidas contra la clase trabajadores, necesitaremos una dirección que entienda que es la movilización de masas la que puede hacer que esta crisis la paguen los ricos.

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