#Coronavirus Bogotá: El simulacro de Claudia y la realidad de los trabajadores y los pobres

El simulacro de aislamiento en Bogotá mostró las contradicciones a las que nos enfrentamos los trabajadores, y demostró que la frase que ha estado rondando las redes es cierta: la cuarentena es un privilegio de clase.

Autor: PST Bogotá. Marzo 22 de 2020

Claudia López al igual que otros mandatarios locales estuvieron tomando medidas consideradas radicales de aislamiento contra el covid19, como los toques de queda y posteriormente el “simulacro” que de Bogotá se extendió a otros departamentos. Algunas de estas medidas chocaron con la resistencia del gobierno de Duque a tomar decisiones de fondo para contrarrestar la pandemia.

El presidente Duque en su torpeza y arrogancia, el 18 de marzo sacó un decreto atando las manos a todos los alcaldes y gobernadores con el argumento de que el control del orden público es potestad del gobierno nacional. El decreto estuvo motivado por la presión de los empresarios y comerciantes (FENALCO, ANDI) quienes prácticamente le ordenaron limitar los toques de queda, porque están viendo afectadas sus ganancias. Esto generó una oleada nacional de indignación que se expresó en el cacerolazo de esa misma noche, lo cual contribuye al desprestigio de un gobierno duramente golpeado en su aceptación desde las jornadas de protesta iniciadas el 21 de noviembre pasado. Finalmente, luego de la bravuconada, el gobierno nacional terminó negociando con los gobiernos locales la aplicación de las medidas de confinamiento, garantizando excepciones para los grandes negocios.

Pero, ¿qué tan a fondo se fue en las medidas? ¿Para quién ha sido la restricción? ¿qué pasa con los trabajadores informales?

El simulacro de aislamiento se hizo sobre la base de ceder en gran parte a las pretensiones de sectores importantes de la burguesía, en especial el financiero. Aunque el discurso fue que solo tendrían “permiso” de salir los trabajadores de servicios esenciales, la realidad fue muy diferente.

Miles de trabajadores informales, como los vendedores ambulantes, tuvieron que quedarse en su casa sin la menor garantía del mínimo vital. Espaciando las comidas para hacer rendir lo que consiguieron con el último día de trabajo, o viviendo de la solidaridad de familiares y vecinos han tenido que soportar las condiciones de confinamiento.

Otros trabajadores fueron obligados a trabajar en servicios que de esenciales no tienen absolutamente nada. Estos trabajadores, querían quedarse en casa como se pide a gritos en redes y medios, pero no pueden so pena de perder sus empleos y única fuente de ingresos. Arriesgando su salud y la de su familia tuvieron que trabajar no solo los trabajadores de la salud, bomberos, o distribuidores de alimentos. Sorprendentemente durante la jornada operaron con el permiso de la alcaldía:

  •  Oficinas físicas de bancos.
  • Fábricas como Purina (que aunque produce alimentos pudo parar la producción cuatro días sin generar desabastecimiento)
  • Call Centers como Teleperformance Colombia que es servicio al cliente para Estados Unidos y solo una minoría de los trabajadores presta servicios al sector salud de ese país.
  • Cafeterías Tostao
  • Mensajería
  • Otras empresas como Kimberly Clark, CocaCola y Postobón, P&G (productos de aseo no vitales), Sacyr (construcción e ingeniería), etc.

En la mayoría de estas empresas según denuncias de sus propios trabajadores no hay elementos de protección personal como mascarillas, ni se respeta la distancia entre persona y persona, habiendo hasta 80 personas en un salón a menos de un metro de distancia.

Esta situación es preocupante, por tanto entonces la cuarentena no logra frenar el apetito voraz de los explotadores y se continúa haciéndolos trabajar aún cuando no presten ningún servicio vital, arriesgando la vida propia y la salud colectiva. En este caso la alcaldesa, radical en el discurso, terminó cediendo a la presión de estos sectores. Adicionalmente, aquellos que viven del diario continúan en la más completa desprotección siendo las medidas anunciadas insuficientes y precarias.

La mortandad en Italia muestra lo devastadoras que pueden ser las consecuencias de no realizar la cuarentena rigurosamente. Médicos chinos que están allá han denunciado que la cuarentena no se cumple y es muy permisiva, pero ¿permisiva con quién?, ¿es cierto que es la gente que no entiende y le gusta salir aunque haya riesgo? Todo indica que no es así, decenas de sindicatos de la industria italiana se han tenido que declarar en huelga ante la indolencia e irresponsabilidad de los patronos, han tenido que parar masivamente quedándose en sus casas para no ser como ellos lo dicen “carne de cañon”.

Hasta el momento Bogotá tiene la mayor cantidad de infectados. Es cierto que debemos acatar las medidas sanitarias de aislamiento social y de higiene, pero siempre debemos saber que no son suficientes y que los gobiernos que las decretan siempre actúan priorizando sus negocios y sus ambiciones electorales.

Luego del anuncio de la cuarentena general la alcaldesa sale respaldando a Duque y agradeciéndole sus medidas y colaboración, sin realizar ninguna crítica sobre la irresponsabilidad con la que ha manejado la situación, mostrando que luego del rifirrafe hay una unidad de estos sectores burgueses para enfrentar la crisis.

“Las crisis son oportunidades”

Las contradicciones entre el presidente Duque y los mandatarios locales han sido interpretadas desde la prensa y la “opinión pública” como una competencia entre liderazgos. Si bien es cierto que el tema de la pandemia y las medidas para evitar su propagación colman hoy los discursos de los gobiernos mostrando una imagen heroica y “humanitaria” de líderes en guerra contra el enemigo común, cada paso que dan, cada medida que toman, no pierden de vista los intereses políticos y de clase que representan.

Ellos hacen suyo el famoso cliché de “las crisis son oportunidades”. Como en otras crisis de diversa índole en el pasado, buscan capitalizar políticamente su papel frente a ellas. Las medidas de restricciones no son pensadas solamente para contener los contagios. La vista puesta en las futuras contiendas electorales está tras el deseo de aprestigiarse y posicionarse políticamente.

Duque, está aprovechando la crisis del COVID-19 para desviar el ascenso de luchas y esconder los escándalos de la “ñeñepolítica” y la continuidad de asesinatos sistemáticos contra luchadores sociales.

En el caso de Claudia López, las medidas que ha tomado en Bogotá, le ha permitido (hasta cierto punto) sobreponerse de los golpes que había sufrido su popularidad con las primeras actuaciones de su mandato, como el aumento del pasaje de Transmilenio, la construcción de la línea de la AV 68 cuando prometió en campaña que no se haría, y sobre todo la represión a la movilización social por medio de su “protocolo” de mandarle el ESMAD a todo el que proteste bloqueando vías. Finalmente el simulacro se hace con el “permiso” del presidente.

Los trabajadores no podemos confiar en ningún gobierno burgués, por más aires alternativos que se de, por más que haya enfrentado parcialmente al gobierno. Tenemos que confiar más que en nuestras propias fuerzas y nuestra propia capacidad de organización.

Debemos exigir que en Bogotá donde hay más casos de contagio se profundicen las medidas tomadas por el gobierno nacional, que no se siga obligando a trabajar en labores que no tienen nada de vitales como las oficinas físicas de los bancos. Debemos exigir que se profundicen e intensifiquen las acciones para proteger habitantes de la calle, exigir soluciones reales y no caridad ni créditos bancarios para los trabajadores informales, garantía del mínimo vital, y alivio de arriendos y servicios públicos. Para lograr las medidas necesarias para una cuarentena con garantías en la capital, debemos activar el funcionamiento virtual de las asambleas locales, realizar mecanismos de presión como los cacerolazos, y activar las redes de solidaridad y apoyo mutuo; llamamos a que las redes sociales tejidas desde el 21N las utilicemos para organizarnos en resistir la cuarentena.

¡Ante la indolencia patronal, solidaridad obrera y popular!
¡Comida, techo y salud para todos!
¡Ninguna confianza en Duque y Claudia¡

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