Avanzan los planes del imperialismo en educación superior

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es un organismo internacional multilateral encabezado por el imperialismo norteamericano y sus aliados estratégicos, entre ellos Israel. Su objetivo es promover políticas en los países miembros que garanticen la aplicación de planes políticos y económicos comunes a largo plazo, en función de los intereses económicos particulares de las burguesías nacionales y su relación con el imperialismo.

Autor: Ezra Bridger

Actualmente Colombia no es miembro pleno de la OCDE, pero está en proceso de adhesión, para lo cual requiere estar en permanente seguimiento y evaluación por parte de los países miembros hasta lograr alcanzar los estándares establecidos por el organismo en diferentes ámbitos económicos, sociales y políticos. El informe Revisión de políticas nacionales de educación. La educación en Colombia, evalúa las políticas y prácticas colombianas en materia de educación, las compara con estándares establecidos por la OCDE y las orienta para enmarcarlas en aquellos estándares.

Financiación: el problema fundamental

Actualmente el problema más sentido por las universidades públicas es la desfinanciación, la cual se refleja en el deterioro físico de las instalaciones, la carencia de espacios y herramientas especializadas para el pleno desarrollo de las actividades académicas y la incapacidad de contratar el personal académico y administrativo capacitado para tal fin; igualmente aumenta el cobro de las matrículas y disminuye la inversión en programas de bienestar estudiantil. El propio informe de la OCDE reconoce que para el año 2013, las universidades públicas se autofinanciaban en un 47% (cifra hoy en aumento), y que el gasto estatal per cápita en educación pública está muy por debajo de su promedio, por lo tanto aquellos son aspectos fundamentales a mejorar del sistema educativo colombiano para estar a la altura de la OCDE.

Sin embargo, ante esta realidad, el informe no propone un plan macro de financiación estatal de la educación superior pública que contemple el pago del déficit que acumulan las universidades, cifra que llega a los 15 billones de pesos, y la derogatoria de la ley 30 de 1992. Por el contrario, la orientación de la OCDE para superar la crisis financiera de las universidades públicas es movilizar recursos y profundizar la aplicación de modelos innovadores de financiación, así como considerar las alianzas público-privadas; las posibles reformas a la ley 30 de 1992 estarían en función de legalizar aquellos métodos de financiación.

Aquellos métodos de financiación ya son conocidos por la comunidad universitaria: el programa Ser Pilo Paga, los créditos del ICETEX, el 40% del medio punto del IVA y los desarrollos académicos para empresas privadas (como por ejemplo las investigaciones hechas para Anglo Gold Ashanti por la Universidad Nacional sede Manizales), son expresiones de que el plan de la OCDE ya se ha puesto en marcha, el cual, además de ser insuficiente, descarga la crisis sobre las familias, vulnera la autonomía universitaria y desvía recursos públicos a instituciones privadas. La orientación de la OCDE es claramente neoliberal: por medio de la financiación a la demanda, se convierte el derecho a la educación en un negocio a través de las instituciones de crédito, y así introducir a las universidades en el mercado mundial, con el fin de expandirlo para intentar superar parte de la crisis económica abierta en 2007-2008.

Crear una visión compartida a largo plazo

La financiación no es el único aspecto del sistema educativo colombiano que le interesa a la OCDE, dentro del informe también se evalúan aspectos relacionados con la calidad y el acceso, con la centralización y regionalización, y con la evaluación y la pertinencia. En general, el informe reconoce que Colombia posee innumerables fortalezas en estos aspectos, e igualmente señala que debe avanzar aún más si quiere lograr alcanzar el promedio de la OCDE.

Con base en lo anterior, desde la OCDE se plantea como fundamental crear una visión compartida de la educación con el fin de ayudar a proteger la reforma a largo plazo y evitar cambios innecesarios de rumbo cuando se posesione un nuevo gobierno. Aquella visión compartida se configura dentro del Plan decenal de educación 2016 – 2026, El plan nacional de desarrollo 2014 – 2018, y específicamente para el nivel educativo superior el Acuerdo sobre la educación superior 2034, todo esto enmarcado en la visión de convertir a Colombia en el país mejor educado de América Latina antes de 2025. En pocas palabras, los planes en educación ya fueron trazados por la OCDE, son ejecutadas por el actual gobierno de Santos y sus ministros de educación, y cualquier otro aspirante al gobierno esta mandatado a continuar aplicándolos.

Las propuestas de los candidatos

En actual coyuntura electoral, aparecen candidatos que sin duda presentan propuestas en materia de educación. Gustavo Petro, por ejemplo, propone una educación pública superior gratuita de calidad y humana. Sin embargo, lo concreto es que ningún candidato presidencial o al parlamento, se ha manifestado en proponer una salida a los problemas de la educación superior en Colombia por fuera de los planes de la OCDE: los alternativos realizan propuestas en abstracto que no cuestionan aquellos planes; y los mismos de siempre simplemente aplican sin reparos.

Ante esta situación, aparece como una posibilidad el voto en blanco como acción de protesta de la comunidad universitaria contra todos los candidatos incapaces de romper con las orientaciones de la OCDE, las cuales únicamente profundizan la crisis de la educación superior colombiana. Sin embargo, la solución no se limita al terreno electoral, es necesario reactivar la movilización triestamentaria universitaria nacional por medio de un plan democrático votado en el próximo Encuentro Nacional de Educación Superior a desarrollarse el próximo 15 y 16 de marzo.

 

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