Lafaurie, ¿al servicio de la paz?

El nombramiento de José Félix Lafaurie, como negociador de paz en representación del gobierno de Gustavo Petro en los diálogos con el ELN, ha dado mucho de qué hablar. Están las voces de los que les parece muy bueno, las que se oponen y la misma voz de este personaje, quien representa al gremio de los ganaderos en Colombia, gremio que ha sido principalmente vinculado a los grupos paramilitares, pues muchos de sus miembros tienen “investigaciones” por la muerte de luchadores sociales y el despojo de las tierras a cerca de 4 millones de campesinos pobres en el país.

Queremos vivir en paz

Todas las personas anhelan vivir en paz, tener un empleo con todas las prestaciones sociales y donde se respeten sus derechos, poder tener una vivienda al menos con servicios públicos eficientes y baratos, poder contar con educación para sus hijos y no morirse en las puertas de un hospital esperando que le den una cita para atenderlo de alguna enfermedad, poder vivir con la seguridad de que no lo van a asesinar por tener un celular, en fin una infinidad de derechos que en lo fundamental en el país solo le son respetados a los miembros de la burguesía, porque para los pobres solo hay desesperanza.

En ese sentido cuando la burguesía nos habla de paz, es la paz de ellos, la paz de poder superexplotar a los trabajadores pagándoles salarios miserables, sin estabilidad laboral, sin prestaciones. La paz de poder despojar a los campesinos pobres de las tierras que ellos desean, en fin, la paz para que ellos puedan incrementar su riqueza a costa del hambre de la mayoría de la población.

Las causas de la violencia en Colombia

Para nadie es un secreto que Colombia es uno de los países mas violentos del mundo. A diario son asesinados cientos de personas por un objeto de uso personal, diariamente son cometidos atropellos por la fuerza publica contra simples trabajadores que solo reclaman sus derechos, los asesinatos de luchadores sociales y miembros desmovilizados de la guerrilla continúan en la mas absoluta impunidad, las denuncias sobre corrupción y violación de los más elementales derechos humanos, son las noticias de cada día en la cuales están involucrados la mayoría de políticos ligados a los partidos de la burguesía, y altos miembros de las fuerzas de seguridad del Estado.

Pero en Colombia, para la burguesía y sus medios de comunicación al servicio de sus mezquinos intereses, los violentos son los trabajadores o pobladores que reclaman sus derechos, los que participan en manifestaciones de protesta, o simplemente no permiten que les roben o les aumenten los impuestos.

En este país, desde hace mas de 70 años, se ha impuesto la violencia como forma fundamental de gobierno. A mediados del siglo pasado fueron millones de despojados de sus tierras que dieron origen a las guerrillas liberales, una de las más fuertes que fue la del Llano terminó con sus principales dirigentes asesinados después de firmar “la paz” con el gobierno. Lo mismo sucedió con muchos dirigentes del M.19 y de la Unión Patriota, y ahora viene sucediendo con los exguerrilleros de las FARC. Y esto sucede porque para nadie es un secreto que todos los organismos de seguridad del Estado están permeados hasta los tuétanos de agentes al servicio de estos criminales llamados paramilitares, y aunque en las elecciones elegimos un nuevo gobierno, distinto a los que han sido responsables de todos los males de este país, nada ha cambiado. Todo ese aparato represivo sigue intacto y como muestra de esto es que el actual Fiscal General de la Nación, designado por el anterior gobierno para cubrir las fechorías de los que gobernaban, sigue en su puesto a pesar de las denuncias de favorecer a los que se han robado los dineros del estado o de su misma impunidad y corrupción.

Lafurie, ¿al servicio de la paz?

En entrevista publicada por el diario El Tiempo, el 26 de noviembre de 2022, el mismo Lafaurie ha dicho que “no cambiara sus principios en la mesa”, o sea continuara defendiendo todo lo que ha actuado hasta el momento de su vida, porque el defiende a su gremio, a los ganaderos.

Recordemos que recientemente firmó un acuerdo con el gobierno para legalizar el robo de tierras que le han hecho a millones de campesinos, es decir van a premiar a los ladrones y asesinos y al respecto dijo “¿cómo negarme? Acababa de firmar un acuerdo con el gobierno para la compra de tierras, como parte de su promesa de cumplir con la reforma rural integral pactada con las FARC”.

Pero él mismo continúa diciendo que el gobierno “ofreció negociar con el ELN. No sabemos que quiere, pero nunca superará las exigencias de las FARC”.   “… sus propuestas van mas en la dirección de lograr mayor participación de la sociedad en la construcción de una mejor democracia, que implique transformaciones institucionales, pero no para su beneficio, sino para buscar la paz sin olvidar a las víctimas. En suma, son más “idealistas”, si se quiere, sin que ello por supuesto justifique la violencia”

Nosotros respetamos la decisión del ELN de buscar su integración a la vida política legal del país, y de participar en las elecciones si lo desean, pero no queremos que se integren al régimen burgués represivo, los llamamos a que impulsen la lucha de masas, por lo que ellos pregonaron históricamente, la lucha por la liberación nacional y el socialismo. Aunque, muchos sectores han reconocido que por hoy, la “opción” de la lucha armada ha sido derrotada políticamente, nosotros, los socialistas, seguiremos insistiendo en que solo la lucha de las masas podrán transformar las estructuras reaccionarias del régimen antidemocrático que existe en Colombia.

Como lograr la verdadera paz

Hay proverbio romano que reza: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Lamentablemente para los trabajadores y los pobres en Colombia solo podremos vivir en paz cuando los que originan la violencia, es decir los capitalistas, sean derrotados. No tenemos otro camino. Es el camino que iniciamos con el Paro Nacional del 19N de 2020 y el 28 de abril del 2021. Ese camino nos permitió derrotar en las elecciones a la burguesía mas reaccionaria de este país, pero si no continuamos en la lucha, siendo solidarios con los que salen a luchar, lo que hoy implica exigir la inmediata liberación de todos los jóvenes, presos por luchar, apoyando los procesos de recuperación de las tierras robadas por los paramilitares, exigiendo castigo a todos los responsables de los asesinatos y por acabar la impunidad. Por exigir una reforma que permita la democratización de los organismos de seguridad del estado (FF AA, Policía, etc.), donde se garantice el derecho a la sindicalización, el derecho a la objeción de conciencia, es decir negarse a reprimir.

Comité Ejecutivo

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