Una frustración más: el CNP le ofrenda una tregua al Gobierno de Duque

Mientras el CNP y la mayoría de la izquierda le dan una tregua a Duque para que siga imponiendo su plan de hambre y muerte, el hambre, la carestía y la violencia no le dan tregua a los trabajadores y los oprimidos. Cada día que Duque gobierna sin oposición, cada día que esperamos a un hipotético futuro mejor, mueren niños de hambre y en promedio un líder social es asesinado por día.

Presionados por la carestía general, los índices de pobreza y el descontento en las bases sindicales; pero también – no lo dudamos- con el fin de usar la movilización para la campaña electoral, en los pasados días la burocracia del CNP convocó una jornada de movilización para el 3 de marzo, la convocatoria absolutamente burocrática, tenía por lo demás razones absolutamente valederas como es el aumento de los precios de la canasta básica y el asesinato continuado de líderes sociales.

Aunque se convocaron marchas y plantones, no se hicieron esperar las reacciones del Gobierno y la derecha en contra de “el paro”, refiriéndose al mismo como destructivo y demás; hasta ahí todo normal, es la derecha y es el régimen. Pero lo más grave es que tampoco se hicieron esperar las voces desde “la izquierda”, en contra de la movilización. El más contundente fue Gustavo Bolívar quien con la consigna de #Miparoesenlasurnas llamó directamente a desmovilizar y no participar para concentrarse únicamente en las elecciones, a su voz se sumaron otras. Para nosotros esta es la síntesis de la política desmovilizadora del petrismo, que pone sus intereses electorales por encima de la urgente necesidad de las masas de combatir el hambre y al Gobierno criminal.

Ahora, con el argumento central de que el gobierno no brinda garantías para la movilización social en el país, el Comité Nacional de Paro anuncia que la jornada nacional de protesta, convocada para el 3 de marzo no se realizará, o se suspende. Pero este gobierno que llevo a que cientos de jóvenes perdieran los ojos, que alrededor de 70 muertos y una cantidad importante de desaparecidos continuaran sin aparecer y que ha permitido que los agentes de seguridad del estado actúan en la completa impunidad asesinando a luchadores sociales o judicializando la protesta social ¿Cuándo ha dado garantías? Si el carácter represivo de un régimen fuera motivo para no movilizarse, sería imposible derribar dictaduras, Gobiernos autoritarios o en general dar cualquier lucha social. La burocracia y los reformistas como Gustavo Bolívar son tan cínicos, que dicen que salir a protestar es “provocar” la represión, al mejor estilo de culpar a la víctima.

Este comportamiento no es inusual, el 5 de Julio del año pasado, el Comité Nacional de Paro anunció a todo el país la decisión de levantar todas las medidas de presión que aún se mantenían en el marco de la jornada Nacional de lucha denominada “Paro Nacional”, lo que se concretó en quitarles el respaldo a los jóvenes que continuaban con las actividades de bloqueo de las calles y carreteras, denominada como la Primera Línea, así como la condena a todo tipo de violencia “venga de donde venga”, sin diferenciar si eran actividades de legítima defensa de los que participaban en el Paro Nacional, de las que hacían los asesinos del gobierno (Paramilitares, policías, gente de bien, etc.).

Este anuncio además vino con la “novedosa” propuesta de presentar 10 proyectos de ley al parlamento colombiano, con el argumento de que el gobierno de Duque se negaba a negociar con el Comité Nacional de Paro las peticiones presentadas por las direcciones de las centrales obreras, a pesar de que a solo unos días, ese mismo parlamento le había negado la moción de censura al criminal ministro de defensa Diego Molano, quien junto con Duque dirigieron todo el operativo represivo contra la protesta nacional.

En aquella oportunidad, desde el Partido Socialista de los Trabajadores, nos opusimos a esta política del Comité Nacional de Paro, porque en lugar de reorganizar las fuerzas y desarrollar las asambleas populares que se venían ampliando en todo el país o impulsar las asambleas en todos las organizaciones y sindicatos, gastaron miles de millones de pesos en viajes por todo el país sustentado los proyectos de ley y llamando a movilizaciones mensuales, que se fueron volviendo cada vez más débiles. Era evidente además, que esos proyectos iban a terminar en los cestos de la basura del parlamento. Pero les importo un carajo lo que nosotros y otros sectores políticos y sindicales les decíamos. Su único interés era el de dirigir el descontento social hacia las elecciones, y privilegiar sus propios intereses políticos.

Toda esta situación se da en medio de la peor oleada alcista de los artículos de primera necesidad, que ya sobrepasaron el aumento salarial de principio de año, el incremento de los asesinatos de luchadores sociales, el aumento de las denuncias de corrupción realizados por políticos afines a la coalición de gobierno y el uribismo, la judicialización y criminalización de los participantes en la protesta, como lo que le sucede a los trabajadores de Bugalagrande afiliados a Sinaltrainal, aunado a los despidos que siguen agrandando las cifras del desempleo, entre otras. Según las estadísticas del propio gobierno a través del DANE se necesitan alrededor de $1.600.000 como salario mínimo, para que un trabajador pueda escasamente sobrevivir.

Algunos dicen que no se debe salir a protestar porque quienes convocaron son la burocracia del CNP, debemos recordarles que ambos paros nacionales 21N y 28A surgieron de fechas propuestas por la burocracia y apropiadas por las masas. Cuando salimos a las calles en una jornada propuesta por las centrales, no salimos para apoyar a sus direcciones, sino porque la lucha es justa. Razones para salir a protestar están más que sobradas, y convoque quien convoque las razones de la protesta son legítimas. La movilización no solo es justa sino necesaria. Ahora esa misma burocracia sale a desmontar la jornada en una posición vergonzosa, cediendo a presiones del petrismo y del mismo Gobierno, dejando a los trabajadores con “los crespos hechos” y sin dirección política.

Nosotros seguiremos insistiendo en que la lucha, un nuevo paro, no son solo legítimos sino necesarios. La lección del paro nacional es clara, es con la lucha que se conquistan derechos, y como dice el conocido adagio, no ganaremos en las urnas lo que no hayamos ganado en las calles.

Se Necesita Una Nueva Dirección

Como lo dice la letra de la “Internacional”, el himno mundial de la clase obrera: “No más salvadores supremos, ni César, ni burgués, ni Dios, pues nosotros mismos haremos nuestra propia redención”. Y este es el problema central que tenemos hoy los trabajadores. Porque a pesar de que muchos sectores se opusieron a esta nefasta política, y algunos nos reagrupamos en la Asamblea Nacional Popular, las políticas horizontalistas y supuestamente antiburocráticas, no permitieron que una dirección alternativa emergiera para reorganizar las fuerzas.

Es necesario que los activistas y los que manteemos las esperanzas de cambio en este país nos reagrupemos. Comienzan a surgir organismos que nos permiten avanzar en la construcción de una dirección verdaderamente clasista. Hoy estos compañeros estamos con la CNSSP, con los COSOLES, y con los cientos de organizaciones que creemos en que solo la lucha organizada nos traerá nuevas victorias y desde ahora decimos: Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden.

Comité Ejecutivo, Partido Socialista de los Trabajadores

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