Condenamos atentado contra Gustavo Petro

El candidato ha denunciado no solamente el atentado del que fue víctima el pasado 2 de marzo en la ciudad de Cúcuta, sino también la actitud de desidia de la Fiscalía, la complicidad del alcalde y la policía de la ciudad, y la posición también cómplice del gobierno nacional.

Petro ha señalado con nombre propio al que cree es el autor intelectual del hecho: Ramiro Suárez Corzo ex alcalde de la ciudad y condenado por paramilitarismo, y anuncia presentación del caso ante la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Lo cierto es que los medios de difusión controlados por los grandes monopolios han tenido que reconocer que este es un hecho grave que se da en medio de una fuerte polarización política y han hecho llamados ingentes a bajar el tono en la disputa electoral.

El PST rechaza y condena el atentado del que fue víctima Gustavo Petro. Es inaceptable que el presidente Santos, haya minimizado el hecho señalando que Petro “está exagerando la situación”, “victimizándose para hacerse publicidad”, como si en este país las amenazas y atentados fueran un juego. Nuestro partido tiene muchas diferencias programáticas, políticas, de clase y metodológicas con Gustavo Petro, sin embargo ello no es impedimento para colocarnos de su lado en esta situación y contra el gobierno y la burguesía que azuzan sistemáticamente las ideas y comportamientos más reaccionarios y fascistas contra todo lo que medio se les oponga.

La historia se repite

Hemos sostenido que todos los acuerdos de paz que se han desarrollado a lo largo de las últimas décadas solo han servido para desmontar y desarmar a todo tipo de guerrillas y llevarlas al terreno de la burguesía y de su régimen, dándoles a cambio algunas prebendas para los dirigentes, mientras masacran a sus bases o sectores de influencia. El acuerdo con las Farc no es la excepción y para ello la burguesía y sus sectores más reaccionarios necesitan un ambiente de polarización. Es decir, transformar su temor frente al descontento de un sector importante de la población, con sus partidos y políticos corruptos y explotadores, para volcarlo y transformarlo en odio contra una “izquierda” que supuestamente va a llevar el país a una situación como la de Venezuela. Su mentira es deliberada porque saben que en Venezuela ni hubo revolución, ni hay socialismo y que precisamente el chavismo llevó a esta situación porque fue incapaz de expropiar a los expropiadores, haciendo simples reformas para enriquecer a un sector de nuevos burgueses capitalistas. Saben que la llamada “izquierda electoral” tampoco quiere ni revolución ni socialismo.

La situación de hoy, nos trae a la memoria la campaña  electoral que precedió a la Constituyente  de 1991, durante la cual fueron asesinados varios candidatos entre ellos Carlos Pizarro del M 19, organización que acababa de desarmarse y de firmar un acuerdo de Paz. En ese tiempo también fueron asesinados dos candidatos de la UP, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo, y masacrada su militancia. Es imposible pasar desapercibidas las enormes similitudes entre estos dos momentos históricos y políticos, y dejar bien claro cuál es el tipo de polarización y quienes son los responsables.

Los responsables de la polarización

La campaña de Cambio Radical es sin la menor duda contra la “izquierda radical”, en la que por supuesto meten desde el reformismo hasta los sectores revolucionarios, aunque a los revolucionarios nos sacaron de la contienda electoral. El Centro Democrático y su alianza conservadora y de ultraderecha la hacen contra las Farc y contra la “lucha de clases”, contra la impunidad de las Farc, como si ellos no fueran los campeones del paramilitarismo -que más muertos ha puesto en el país-, y campeones también de la impunidad y la corrupción más repugnante. Por su parte el presidente Santos, y su partido de la U, también lo son, haciéndose los que no ven como masacran a luchadores sociales y ayudando también a fomentar el odio contra el que fue su aliado en las negociaciones de paz.

¿Paz para quién?

Para el pueblo y los trabajadores no hay paz. Cómo es posible que hablen de paz, cuando con los asesinatos de Jesús Orlando Grueso y Jonathan Cundumí registrados la segunda semana de febrero, en Guapi, y de Elkin Fabián Toro en el Catatumbo, suman 205 los líderes sociales asesinados desde que comenzó la implementación de los acuerdos de paz entre el Gobierno y las Farc. Esto ratifica lo que hemos venido sosteniendo: la paz para los ricos es la paz de los sepulcros. ¿Va a pasar con el partido de la Farc lo mismo que con la UP y con el M-19?

Hace muy mal Petro en olvidar que la burguesía de este país no perdona ni olvida, y que los responsables de su atentado y de todos los atentados no son simplemente miembros de una burguesía mafiosa a la que pertenece el personaje que él denunció. Mucho se ha escrito e investigado sobre los nexos de los mafiosos con la burguesía tradicional rancia y “sana”. ¿O qué de sano tienen los Odebrech y sus socios, o los del cartel de la toga y de los innumerables carteles que hemos visto desfilar por el corrupto congreso y las altas instituciones?

La responsable es la burguesía y su régimen al que tanto él, como las Farc y la “izquierda parlamentaria” han apoyado para que cada vez se recorten más los derechos democráticos, se suban los umbrales electorales para eliminar de la contienda a la oposición de verdad revolucionaria, para recortar los derechos de la clase trabajadora, víctima número uno de sus planes de sobrexplotación.

Hay que parar los asesinatos de líderes sociales, devolver los derechos elementales a la clase trabajadora, derrotar este régimen antidemocrático del terror, de la muerte y de la impunidad. A Petro y a toda la izquierda les proponemos que hagamos el más amplio frente de unidad de acción, para movilizar a los trabajadores contra el régimen y el gobierno. Nosotros por nuestra parte seguiremos convocando a los trabajadores a luchar en las calles y a protestar en las urnas, votando en blanco, convencidos de que es la mejor opción para desenmascarar y enfrentar al régimen.

Comité Ejecutivo (PST)

12 de marzo de 2018

 

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