Ante la intransigencia de Santos ¡Asambleas de base y Paro Cívico Nacional!

Hoy el magisterio ha rebasado el mes de paro. Superando todas las expectativas, los maestros han salido de forma decisiva a protagonizar en las calles la lucha magisterial más larga y combativa de los últimos años. Con grandes movilizaciones los maestros del país han paralizado las principales ciudades con sus masivas y combativas marchas, notificando al  gobierno que el magisterio está dispuesto a continuar en las calles con su lucha.

 

Autor: Unidad Docente-PST. Junio 14 de 2017.                

Pero la respuesta del gobierno de Santos ha continuado siendo el intransigente desconocimiento de las necesidades del magisterio y de la educación pública. Santos dice que para la educación no hay plata, al tiempo que desangra el presupuesto estatal en  el pago de la fraudulenta deuda externa, en mantener el aparato militar, en los onerosos privilegios y salarios de congresistas y altos funcionarios del estado, en los millones que se le transfieren a las universidades privadas a través del programa “ser pilo paga” y en los millones que terminan en los bolsillos de los corruptos de cuello blanco.

Mientras el “Nobel de Paz” niega los recursos, en la calle responde con represión y amedrentamiento. Al paro cívico de Buenaventura lo reprimió ferozmente con su escuadrón de la muerte ESMAD, Ahora arremete contra el magisterio atacando con gases, tanquetas y perdigones a la movilización. También a través de su ministra ha pretendido intimidar al magisterio con medidas de decretar vacaciones, descuentos y recuperación de clases, mostrando claramente la intención de sancionar a los maestros que ejercen el derecho a la protesta. Al contrario de su intensión, ha causado más indignación en los maestros y fortalecido su decisión de lucha y de mantenerse en el paro indefinido.

El gobierno ha podido sostener su postura arrogante ante el magisterio porque los conflictos cívicos y laborales se han mantenido fragmentados y aislados, permitiéndole negociar el levantamiento de cada uno de ellos por separado, conjurando así un gran estallido de la crisis social. En este aspecto Santos ha coincidido con las direcciones de los conflictos, especialmente en las Centrales obreras y Fecode. Esto es así porque a pesar de la confluencia en el tiempo y en los objetivos que apuntan a enfrentar la política de guerra social y económica de Santos, quienes tienen la posibilidad y la capacidad de coordinar y unificar los conflictos se han negado en los hechos, permitiéndole a Santos la estabilidad necesaria para mantener el control de la situación.

El aislamiento de las luchas ahora juega en contra del magisterio. Con el grueso de los conflictos desmontados, le queda más fácil al gobierno enfrentar al magisterio con la cercanía de las vacaciones y el desgaste propio de un mes de lucha sostenida.

El magisterio en este paro ha ganado la legitimidad y la autoridad para convocar al conjunto de la población a una lucha de envergadura nacional y social. Los maestros son el gremio con la organización sindical más grande y extendida en el territorio nacional, lo que le permite ser el mejor punto de articulación para organizar a las comunidades en la perspectiva de organizar en poco tiempo un paro cívico nacional que tenga como objetivo derrotar la política  de guerra social y económica de Santos contra los pobres y los trabajadores del país. Es en medio del calor de la lucha cuando existen las mejores condiciones para ello, y es la responsabilidad histórica de la dirección de Fecode conducir este proceso que ellos mismos reconocen que es posible y necesario.

Por esto se requiere superar el limitado pliego de Fecode, retomando las banderas de la nivelación salarial, el ascenso en el escalafón con los suficientes méritos de la experiencia acumulada y los títulos académicos obtenidos, y la lucha por re-estatizar la salud del magisterio eliminando la intermediación que desangra los recursos de nuestra salud. Pero también la lucha del magisterio debe ampliar los objetivos hacia el paro cívico nacional, trascender de la lucha gremial e involucrar a la población en general por alza general de salarios, estabilidad laboral, salud, educación, agua potable, saneamiento ambiental, contra la reforma tributaria, la privatización del patrimonio público, la ley 100, las tarifas del transporte y por la solución a las necesidades de los pueblos marginados de la inversión social.

Es urgente que se organicen asambleas de base para discutir el estado del paro y definir la ruta a seguir en esta lucha contra el plan del gobierno Santos. Que se convoquen encuentros regionales y que se articulen las organizaciones sindicales con las organizaciones sociales para organizar y realizar el paro cívico nacional, que Fecode (como lo anunció el propio Carlos Rivas, presidente de la federación), sea el eje articulador y las escuelas se conviertan en comités de paro. Que las direcciones sindicales y sus organizaciones políticas desplieguen toda su capacidad organizativa para esta lucha.

Pero siempre, toda decisión debe ser consultada y ratificada con las bases. Son las bases quienes deben decidir qué hacer con el destino de su propia lucha.

¡Abajo el gobierno pro imperialista de Santos!

¡Viva la lucha del magisterio colombiano!

¡A preparar, a organizar, el paro cívico nacional!

¡Todo el poder de decisión a las bases!

 

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