Retomar el camino del Paro Nacional

Ha quedado claro que la política de concertación del gobierno solo ha servido para que la burguesía bloquee cualquier posibilidad de reformas. Por el contrario, están pasando a la ofensiva con el papel protagónico del uribismo, haciendo de los escándalos que han desatado los infiltrados que de buena gana aceptó Petro desde la campaña electoral, como Armando Benedetti, y así distraer la discusión de las reformas y trasladar el punto de atención a esos escándalos para debilitar el gobierno y recuperar el terreno que perdieron con la movilización social de los últimos años, que lamentablemente fue desviada al terreno electoral y parlamentario, dejando a un lado la movilización social.

Movilización independiente del gobierno

Las direcciones de las centrales obreras han abandonado la movilización y se han dedicado a esperar que en el corrupto congreso se aprueben las reformas sociales, a sabiendas de que de allí solo saldrán reformas recortadas que de poco les servirá a los trabajadores. Incluso lo que puede aprobar ese congreso mayoritariamente de derecha, que representa a los terratenientes ganaderos, narcotraficantes y empresarios, es contrarreformas, tal como está sucediendo con la “reforma pensional”.

 

Conquistar nuestras propias reformas

Las reformas que necesitamos los veinticinco millones de trabajadores que conformamos la fuerza laboral, más el campesinado y los pueblos indígenas, para un real cambio de las condiciones de vida, no pueden ser elaboradas en la misma mesa con los de la otra orilla, con la clase capitalista que reúne a terratenientes, ganaderos, narcotraficantes y empresarios, que es la clase despojadora de la tierra, los territorios y la producción de los trabajadores. Las reformas las debemos elaborar en un encuentro nacional de organizaciones obreras y sociales y conquistarlas en la calle con paro de la producción y bloqueo de servicios. Los trabadores y la población desposeída podemos soportar varios días aguantando si hay desabastecimiento, pero no serán muchos días porque los empresarios no soportarán ni un par de días la parálisis de la acumulación de sus ganancias.

 

Los paros de 2019 y 2021 exigieron un cambio para enfrentar la crisis social, lo que implica tomar medidas radicales: reforma agraria, recuperando la tierra expropiada por terratenientes, ganaderos y narcotraficantes para entregarla al campesinado y devolverle los territorios a los pueblos indígenas; repartir el trabajo para acabar el desempleo; garantizar salud, educación, vivienda y servicios públicos financiados con los impuestos que paga la población, y a la vez obligar a los ricos y a las multinacionales a que paguen los impuestos que les corresponde; garantizar libertades democráticas y como parte de ello el desmantelamiento del Esmad; reducir el saqueo por parte de quienes son reconocidos como “inversionistas extranjeros”; y defender la soberanía nacional de la intervención imperialista desmontando sus bases militares y dejando de pagar la fraudulenta deuda externa, entre otras.

Con una reforma agraria radical, se puede reducir la guerra sucia que ejecutan las bandas paramilitares y narcotraficantes; distribuyendo el trabajo entre toda la población trabajadora con una jornada semanal máximo de 36 horas, se reduciría el robo, el atraco y muchas muertes; con la estatización de las empresas de servicios públicos y creando empresas del Estado que se encarguen de las obras públicas y distribución de alimentos, que funcionen con control de los trabajadores, se eliminaría la corrupción y se dejarán de perder más de 50 billones de pesos al año; con el no pago de la deuda externa no solo quedaría dinero para inversión social e industrialización, sino que se atacaría un mecanismo de intervención y extorsión por parte del imperialismo, a través del cual define y controla los planes económicos de los gobiernos.

 

Si no discuten los pliegos debemos parar

Los empresarios no quieren discutir pliegos de peticiones y se limitan a dilatar para que la negociación se vaya a Tribunal de Arbitramento. No es casualidad tanta coincidencia en distintas empresas. Los empresarios están organizados en sus gremios y seguramente han definido esa política. En ese caso no nos queda otra alternativa a los trabajadores que unificar fuerzas y bloquear producción y servicios.

Los empresarios no solo han buscado bloquear los modestos proyectos de reformas sociales que ha presentado el gobierno de Petro. En las empresas también están bloqueando la negociación de los pliegos de peticiones. En muchos casos ni siquiera permiten la instalación de la mesa de negociación.

En las empresas de transporte de valores como Brinks, TVS, Atlas y Prosegur, los trabajadores han tenido que bloquear el servicio durante varias horas para que se respete el derecho a la sindicalización de los trabajadores y se negocien los pliegos de peticiones. Pero esta tarea no puede ser solo de los trabajadores de ese sector hoy organizados sindicalmente en Sinaltravalores. Es necesaria la unidad y solidaridad de los trabajadores de los demás sectores de la producción y servicios.

FG.

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