La “reforma pensional” de Petro: una trampa para salvar las AFP, y rebajar las mesadas

En ediciones anteriores de El Socialista hemos señalado que el tema pensional es sensible para los trabajadores, pues se trata de la garantía de vida en la vejez, luego de haber entregado la juventud a producirle ganancias a los capitalistas a costa de la salud, pero, además, haber aportado la correspondiente cotización para la jubilación.

A los capitalistas no les importa la pensión de los trabajadores sino sus ganancias

Los capitalistas, empresarios y banqueros, dueños de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), se muestran preocupados, dicen que por la “sostenibilidad” del sistema pensional, pero no es precisamente por las necesidades básicas de los pensionados, sino por la eventual reducción de las ganancias de los fondos privados y sus negocios.

En este artículo continuamos el análisis que no llevan a concluir que esta reforma no le favorece a los trabajadores, sobre todo a los estatales con ingresos medios.

Es claro que se requiere de una protección integral social para la vejez, pero esto no se logra fortaleciendo las AFP, tampoco otorgando un “subsidio” de carácter asistencialista que no alcanza a ser la cuarta parte de un salario mínimo y que no sustituye la pensión requerida.

Una reforma al servicio de los fondos privados y con el aval del imperialismo

Con esta reforma, se obligaría a quienes ganan más de tres salarios mínimos a cotizar en fondos privados, no solo salvándoles de su desaparición y fortaleciéndoles, sino disminuyendo la mesada pensional hasta en un 30% para una gruesa capa de trabajadores. Esto lo han denunciado ya trabajadores del sector judicial, profesores universitarios y algunos activistas, pero con poco eco dado que la mayoría de direcciones de apoyan de manera acrítica al Gobierno.

En el pilar solidario, la renta básica será otorgada a personas mayores de 65 años, focalizadas por el gobierno en vulnerabilidad o pobreza extrema, aplicando una vez más la política neoliberal de focalización, pero además dejando a los gobiernos la potestad de definir el monto de la pobreza extrema. Estos dineros ($223.000) saldrán del fondo de solidaridad que se creará. Los subsidios a los adultos mayores vulnerables, no deben ser parte del sistema pensional basado en la cotización de los trabajadores.

Quienes no completen 1000 semanas de cotización, (20 años), al entrar en vigor esta reforma, pasan al nuevo régimen. Esto significará la reducción en su aspiración pensional en comparación con el actual régimen de prima media, dada la obligatoriedad de repartir la cotización entre el régimen de prima media y el ahorro individual.

En el pilar contributivo, los trabajadores con ingresos de hasta cuatro salarios mínimos legales vigentes (smlv) cotizarán sobre la base de tres smlv a Colpensiones y el restante a un fondo privado. Por lo tanto, recibirán 60% de reconversión por Colpensiones y 20% por el privado. Esto puede significar una disminución de $500.000 actuales en comparación con lo esperado en el régimen de prima media.

En la medida en la que el salario sea más alto, la disminución en la mesada pensional es mayor. Así, un trabajador con salario de $5.000.000 recibe actualmente una pensión de $3.000.000. Si se aplica la tabla de la reforma, recibiría $2.100.000 ($1.800.000 por 3smlv a cargo de Colpensiones y $300.000 a cargo de AFP), lo cual significa una disminución de $900.000. Quieren convencer a los trabajadores de que una pensión de 5 millones de pesos es una “megapensión”, ignorando las verdaderas megapensiones de los expresidentes, y las megaganancias de las AFP que con esta reforma aumentarán.

Lejos de fortalecer el sistema estatal, lo que se hace es garantizar la vida y las ganancias de los fondos privados que en caso de llegar a incumplir sus obligaciones pensionales, tendrán el respaldo de los dineros del Estado.

Al cierre de esta edición conocimos la sentencia de la Corte Constitucional, según la cual, las mujeres no tendrían que completar 1300 semanas de cotización, sino que se pueden acoger a pensión anticipada con 1000 semanas. Visto esto a la luz de la reforma propuesta, pueden ser incorporadas en el régimen semicontributivo, en el cual reciben su pensión, pero continúan cotizando hasta completar las 1300 semanas. Solo parcialmente, se reconoce un aspecto de la equidad de género, pero en todo caso, se mantiene la edad de 57 años como requisito para lograr la pensión.

Esta contrarreforma, como realmente debemos nombrarla porque nos quita en lugar de darnos derechos, ha recibido el visto bueno de organismos imperialistas, como la OCDE y el Banco Mundial, expertos en reformas neoliberales, regla fiscal y planes de ajuste contra los trabajadores en todo el mundo. Su beneplácito se debe a que se ciñe totalmente a los postulados neoliberales, y salva el negocio privado. Este respaldo debería ser una alerta para el movimiento obrero, pero lamentablemente vemos que es visto como algo positivo por las direcciones de las centrales y el reformismo, corriendo el grave riesgo de entregar sin lucha las pensiones del futuro.

Por una verdadera reforma pensional que garantice la vejez digna de los actuales trabajadores

Insistimos en que para garantizar pensión digna vitalicia y heredable, así como protección efectiva para la vejez, además de la formalización laboral y el aumento de cotizantes, es necesario derogar la Ley 100 y acabar con las AFP, expropiándolas para recuperar los dineros que les pertenecen a los trabajadores.

Debemos exigirle a Petro que retire la reforma pensional que está en el congreso, que se derogue la Ley 100 y que se eliminen AFP; es decir volver a recuperar el monto de las 1000 semanas de cotización, incluso 300 menos para las mujeres, y las edades de 57 años para mujeres y 60 para hombres. Que se concerte una verdadera reforma con la clase trabajadora y no con las AFP, la burguesía y el imperialismo.

Freddy Ruiz

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