Movilización independiente, del Gobierno y la derecha

Hasta ahora “el gobierno del cambio” ha logrado posponer la movilización a la espera de la promesa de que desde arriba va a resolver los problemas, mientras tanto los trabajadores deben confiar y apoyar. Las ilusiones de cambio han paralizado a los de abajo, dejando de lado la calle, para cambiarla por ilusiones parlamentarias y electorales; esto no es bueno porque aún no hemos derrotado a nuestros enemigos de clase y estos siguen manejando los principales resortes del poder y preparando la contraofensiva.

El uribismo, que no se ha resignado a perder su poder, trata de canalizar las salidas en falso del gobierno y el descontento por las medidas que afectan a sectores de la población; de manera cínica aparecen interesados en el costo de vida, la salud y la educación. Incluso hacen llamados a la movilización contra el Gobierno, pero para fortalecer y respaldar una salida por la derecha, apostando al desgaste de Petro para imponer una salida represiva contra las masas. Incluso algunos sectores gobiernistas, hablan de intenciones golpistas y se han publicado audios que respaldarían estos rumores. El “paro” reaccionario convocado por el uribismo, tiene más en común con el paro armado del Clan del Golfo que con la movilización popular; y si bien actualmente no vemos que tengan condiciones para preparar una tentativa de golpe, nunca hay que confiarse y no hay que descartar que realicen provocaciones violentas en el marco de sus manifestaciones.

Por su parte, desde el gobierno, secundados por sus congresistas y la alta burocracia sindical, han llamado a las calles a “discutir las reformas” sin siquiera publicar los textos -porque prefieren concertarlos con los empresarios-, casi en la misma fecha que las manifestaciones convocadas por los uribistas. Pero este llamado es solo instrumental para el gobierno y sus aliados, en realidad convocan para oír al presidente en la plaza -algo muy distinto de discutir-, para así ganar apoyo popular y tener condiciones más ventajosas y negociar con la burguesía de conjunto la aprobación de su política de “desarrollo capitalista” con rostro humano, y tener una mejor correlación en el Congreso.

En realidad, no apuestan a reformas radicales y menos a contrarrestar los peligros de la ultraderecha que se pueda estar organizando, y asumen el riesgoso error de confiar en el ala “moderada” de la burguesía y sus partidos, supuestamente aliados, como el Liberal, de la U, etc. Confianza que, si vemos espejos del pasado, como el de Allende en Chile o recientemente el de Castillo en Perú, podemos prever que puede salir muy costosa.

La actual situación política de Perú es una alerta, así como nos la mostró Chile con el triunfo del NO en el plebiscito constitucional y la capitulación de del gobierno de Boric frente a las embestidas patronales. Mantener contenta a la burguesía implicará traicionar las expectativas populares, y responder a estas enfurecerá a la burguesía que no dudará en romper su respaldo al gobierno cuando las masas se salgan de control. Esa es la contradicción insalvable de estos gobiernos de colaboración de clases, llamados alternativos que lleva a un callejón sin salida.

El PST no impulsa la convocatoria del 14F

Desde el levantamiento del paro del 2021, el Partido Socialista de los Trabajadores ha venido insistiendo, incluso durante las elecciones y luego de la posesión de Petro, en retomar el camino de la movilización, ir las calles, etc. Hoy cuando nos invitan a movilizarnos el 14 de Febrero, respondemos que no asistiremos a las convocatorias del Gobierno y las centrales, si bien defendemos el derecho a movilizarse de todos aquellos que así lo deseen. ¿No es entonces algo contradictorio con lo que venimos proponiendo? ¿Eran acaso inconsecuentes nuestros llamados? Desde luego que no.

El 14F estamos siendo llamados a salir a las calles para respaldar y defender las reformas del Gobierno –de la mayoría de las cuales ni siquiera se conoce el texto final–, lo que en los hechos significa movilizarnos para respaldar al Gobierno a ciegas; lo cual es todo lo contrario de lo que proponemos: movilizarnos de manera independiente sin hipotecarnos a los intereses de un Gobierno que cada vez escucha más a los empresarios y menos a los trabajadores. Estamos por reconstruir las asambleas populares, por organizar una gran campaña de sindicalización, por reconstruir las organizaciones del movimiento obrero y popular, pero no a la sombra del Estado y la institucionalidad burguesa, sino de manera independiente. Por eso, no podemos acompañar las movilizaciones que se han convocado.

No concertar contrarreformas con la derecha, sino luchar por verdaderos cambios

Estamos totalmente convencidos de la necesidad de cambiar la sociedad, el sistema de salud, de pensiones, y las relaciones laborales. Apostamos por cambios de raíz que realmente apunten hacia la solución estructural de los problemas de los trabajadores, los pobres y los oprimidos. Lamentablemente, las reformas que propone el Gobierno son más humo que realidad, pañitos de agua tibia que no cuestionan más que un nivel muy superficial los privilegios de los poderosos, los cuales son a su vez concertados y regateados una y otra vez en el Congreso, en desayunos con los empresarios explotadores, pasando por Lafaurie y hasta con el mismísimo Uribe, con representantes del imperialismo yanqui, y en último lugar con los trabajadores y el pueblo.

Mientras nos hacen promesas y nos llaman a apoyar sus proyectos, el costo de vida se dispara, el aumento “histórico” del salario mínimo se esfuma, el ESMAD sigue matando con impunidad, muchos jóvenes siguen presos por participar en las luchas y condenados a penas de escarmiento, las cifras del Dane informan que hay 58% de informalidad, es decir desempleo, sobreviviendo del rebusque; otros con contratos de precarización laboral como las odiosas OPS.  (Ver en pstcolombia.org análisis específico de las reformas propuestas).

Desde luego, no podríamos jamás oponernos a medidas que mitiguen o alivien aunque sea un poco la pesada carga de las masas, entendemos la diferencia entre recibir un subsidio y no tener nada; pero no es esto por lo que luchamos. Medidas como el fin de las EPS, pero sin estatización de la salud; subsidios a los mayores, pero sin real derecho a la pensión, son migajas paliativas, no es lo que necesitamos; no es por lo que salimos a las calles en 2019 y 2021.

Las reivindicaciones que necesitamos los de abajo no van a venir de la negociación a manteles con la burguesía y el imperialismo. Las reivindicaciones frente a la salud, el empleo, el salario, las libertades democráticas no serán resueltas por un gobierno comprometido hasta el fondo con preservar los intereses burgueses tanto de los que integran y respaldan su gobierno como de la oposición de derecha. Las calles deben ser nuestras, pero no para defender al gobierno, ni mucho menos para respaldar a la derecha. Las calles deben ser de nuevo ocupadas para luchar de forma independiente, por exigencias al gobierno de que aplique medidas de fondo contra el capital depredador y empiece a resolver las reivindicaciones exigidas en el paro nacional.

¿Qué hacer el 14 F?

Partimos del reivindicar y defender el derecho democrático de quienes desean marchar para defender las “reformas” del Gobierno. Sin embargo, hay que exigir verdaderas condiciones de discusión acerca de las reformas y lo que hay que hacer. Exijamos que el llamado de las centrales se concrete en asambleas en los lugares de trabajo, en los colegios, universidades y fábricas, que se decida en asamblea si se va o no a marchar en lugar de obedecer la convocatoria burocrática de las centrales. En estas asambleas nosotros propondremos usar el tiempo para discutir y construir colectivamente pliegos de peticiones para presentar al Gobierno, construir nuestras propias propuestas y exigir al Gobierno que escuche nuestras necesidades reales; en los colegios se puede aprovechar para discutir la política educativa de Alejandro Gaviria, y en todos los lugares de trabajo podemos discutir los mínimos de una reforma laboral como la derogatoria de la ley 50. También podemos discutir sobre el rol de las direcciones de los trabajadores, así como alternativas y criterios para participar en las próximas elecciones sindicales que se avecinan. Preparar movilizaciones independientes para luchar por lo que nos pertenece.

Comité Ejecutivo

Partido Socialista de los Trabajadores

8 de febrero de 2023

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