Todo el apoyo a la lucha indígena y campesina por la recuperación de su tierra y los territorios ¡A desalambrar!

Desde el Partido Socialista de los Trabajadores rechazamos vehementemente el trato de “invasores” a los indígenas que intentan recuperar sus tierras, dado por el Gobierno nacional en palabras de la vicepresidenta Francia Márquez, quien hasta hace pocas semanas aparecía como abanderada de los derechos de los pueblos originarios, y al menos no condenaba públicamente las acciones de hecho. Hoy en una abierta capitulación a los verdaderos invasores, latifundistas, ganaderos y terratenientes, el Gobierno exige respeto a la propiedad privada, condenando las formas históricas de lucha del movimiento indígena y llamando a buscar la repartición de tierras por vías institucionales y el diálogo. Denunciamos igualmente el anuncio de “desalojos” que no es más que el anuncio de la represión violenta. Este grave anuncio, sumado a la permanencia del ESMAD con otros nombres y uniformes, significa un grave riesgo para la vida e integridad de los manifestantes.

Es importante recordar al Gobierno que los verdaderos invasores son quienes no solo se apropiaron del territorio de los pueblos originarios durante la conquista, sino quienes en la historia reciente del país, durante varias décadas de violencia político económica, han continuado acumulando tierras mediante el despojo violento, valiéndose del paramilitarismo, el desplazamiento forzado y otras formas de apropiación ilegítima de tierras. No en vano el Gobierno ha exigido la devolución de una mínima parte de estos territorios apropiados que fueren baldíos de la nación (como el reciente caso de Álvaro Uribe Vélez), pero dejando en manos de los latifundistas la mayoría de ellos.

Debemos recordar que en los más de doscientos años de “independencia” y vida republicana, la burguesía nunca fue capaz de democratizar la tierra, tarea elemental de las revoluciones burguesas. La histórica reivindicación del campesinado, el proletariado agrícola, los pueblos indígenas y negros; de una verdadera reforma agraria que reparta la tierra para quien la trabaja, nunca ha sido posible por vías pacíficas ni institucionales.  Iniciativas a través del Incora, Incoder y similares, siempre han sido incompletas, parciales y absolutamente insuficientes mientras avanzaba la concentración de tierras por parte de los terratenientes.

Recientemente, desde el 2011 en que se aprobó la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras y sobre todo desde la firma de los acuerdos de Paz con las FARC en 2016 se han recrudecido las amenazas y asesinatos contra los reclamantes de tierras. En Colombia hablar de diálogo, canales institucionales y “formas pacíficas” cuando de la tierra se trata, no es más que un distractor.

Así como desde nuestro partido hermano el Movimiento Internacional de los Trabajadores (MIT) Chile, apoyamos la resistencia del pueblo mapuche y su lucha por la recuperación de la tierra, en Colombia apoyamos la histórica resistencia de los pueblos del Cauca, rechazando la nefasta política del Gobierno actual que muestra su verdadero talante y cumple con su postulado de proteger la propiedad privada por encima de las tímidas reformas en el marco del capitalismo.

Esta contradicción entre los pueblos y el gobierno que decía representarlos, y que se eligió con sus votos, más temprano que tarde va mostrando los límites del proyecto del “capitalismo humano” y abre la discusión sobre la necesidad de la organización independiente para retomar el camino de la lucha y construir una verdadera sociedad con bases distintas, donde las reivindicaciones de los pueblos indígenas y su derecho a la tierra tendrán que ser respetadas y resueltas.

¡Todo el apoyo a los pueblos indígenas! ¡Ninguna confianza en el Gobierno!

Exigimos expropiar a los expropiadores para devolver la tierra y los territorios a campesinos pobres, pueblos negros e indígenas.

Comité Ejecutivo 31 de agosto de 2022

 

Comentarios cerrados