Ante la inflación y la carestía: ¡Alza general de salarios YA!

Ante el alza inflacionaria, durante estos primeros meses del año, el reajuste del salario mínimo del 10,07% –y el reajuste que recibieron todos los trabajadores en general– quedó absorbido rápidamente por el alto costo de vida, la mayoría de la población tiene que reducir el consumo de alimentos más o menos en una tercera parte porque el aumento del precio de la mayoría de ellos ha sido de alrededor de 30%, aunque el gobierno, cuyos funcionarios no hacen las compras porque tienen empleados para que las hagan, señala una cifra menor.

Las direcciones de las centrales obreras se han dado cuenta de que el mísero aumento, que firmaron con el Gobierno el 17 de diciembre, quedó rebasado rápidamente por la inflación y ahora piden que se ajuste de nuevo el salario mínimo teniendo como punto de referencia el concepto de “mínimo vital” del artículo 53 de la Constitución Política.

Lo que dijo Petro en diciembre y lo que dice ahora

En diciembre Petro sustentó que el salario mínimo debía aumentar, para 2022 en 18% teniendo en cuenta que la productividad ha aumentado siempre más que el salario mínimo; sin embargo ahora, frente a la solicitud de las direcciones de las centrales obreras, dice que no se debe aumentar porque “tiene el peligro de que se vuelva un ciclo permanente de inflación” y a cambio propone que se subsidien los insumos y algunos alimentos. Finalmente, no sabemos a cuál Petro creerle.

Costo de la canasta básica y escala móvil de salarios

Un salario mínimo que no cubra el costo de la canasta básica es un salario que no alcanza a cubrir la reproducción de la fuerza de trabajo, por eso, el punto de referencia inicial para el salario mínimo debe ser el costo de la canasta básica que está en alrededor de 2.000.000 de pesos. Pero si la inflación sigue creciendo ese aumento también puede quedar rebasado, por lo que se necesita pensar en otro sistema. Ese sistema se llama escala móvil de salarios, y consiste en el ajuste automático de salarios que se corresponda con el aumento de los precios; además de ser acompañado de un plan de pleno empleo que reparta las horas de trabajo necesarias entre los trabajadores disponibles.

Existe el mito de que el aumento del salario genera automáticamente aumento de los precios de los productos, y los empresarios se apoyan en él para rechazar cualquier aumento real del salario. Por ellos que nunca se aumentara el salario de sus propios trabajadores.

Este mito viene del viejo análisis de la economía clásica de Adam Smith y David Ricardo en el siglo XVIII, quienes consideraban que los empresarios pagan justo el valor del trabajo y que la ganancia era producida fuera del circuito productivo. Pero Carlos Marx reveló que lo que pagaban los empresarios era solo el valor de la fuerza de trabajo y no el valor del trabajo, lo que originaba una diferencia, un plusvalor que lo denominó plusvalía que es de donde sale la ganancia capitalista. Así que cuando se aumenta el salario esto no genera aumento de los precios de los productos, sino reducción de la plusvalía, que los empresarios llaman ganancia. Lo que pasaría en la realidad es que los trabajadores recibiríamos una parte mayor de lo que producimos con nuestra fuerza de trabajo, pues somos quienes producimos la riqueza, que es apropiada por los capitalistas. El aumento de salarios es una lucha permanente que tenemos que dar los trabajadores contra la explotación a manos de los capitalistas de lo que producimos con nuestras manos, explotación que es naturalizada y sacralizada en esta sociedad.

Pero los empresarios siempre querrán pagar lo mínimo para obtener más ganancia. A pesar de que se reduzca la ganancia en un pequeño porcentaje los empresarios que ya son muy ricos, no están dispuestos a cederlo y deciden transferir este costo al consumidor, pero se trata de una decisión; no de algo que naturalmente sucede.

En conclusión, lo que pedimos los trabajadores cuando exigimos alza de salarios, es reclamar lo que es nuestro, el producto de nuestro trabajo, y que el salario mínimo cubra el costo de la canasta básica. Pero esta lucha cotidiana por impedir que se reduzca el salario continuará mientras exista el capitalismo. Por eso, estratégicamente, para acabar la desigualdad social y la explotación capitalista es necesario abolir la plusvalía, es decir la ganancia. Pero eso no se logrará en una mesa de negociación ni con un gobierno burgués, sino con la movilización y una revolución socialista que expropie a los expropiadores.

Convocar movilización para exigir ajuste salarial

Entonces, frente a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, los dirigentes de las centrales obreras tienen toda la razón, es urgente, justo y necesario un aumento y ajuste del salario mínimo (y de todos los salarios) para reponer lo que se ha perdido con la inflación. Pero además esta “solicitud” se queda en declaraciones, pues no vemos a los dirigentes convocando a ninguna acción para lograr esta reivindicación tan urgente. Solicitarle al gobierno y a los empresarios que ajusten el salario es una formalidad, equivale a decirles que voluntariamente y por sentido común lo hagan. La realidad la sabemos, no van a hacer nada. La experiencia del paro nacional de 2021 demostró que es con la movilización que se conquistan las reivindicaciones. Por eso las direcciones de las centrales obreras deben convocar una gran movilización de todos los trabajadores y trabajadoras para exigir el ajuste salarial. Como el hambre no da espera, esto no debe aplazarse para después de elecciones o de la posesión presidencial, Hay que hacerlo cuanto antes; de lo contrario, con o sin las direcciones de las centrales obreras, dentro de poco, los trabajadores nos veremos obligados a salir a un nuevo paro nacional cuando no haya nada que llevar a la mesa.

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