Las cifras del hambre y la pobreza: La inflación ya se llevó el aumento del mínimo

Por: Diego Lares

El kilo de papá – uno de los carbohidratos de mayor consumo en Colombia – pasó de $1.700 en enero de 2021 a $4.000 en enero de 2022, un incremento de aproximadamente el 140%. De igual manera sucede con la carne, los aceites vegetales y en general con los alimentos, que para el año pasado subieron en promedio un 17,2%, una cifra muy superior al promedio general inflacionario que fue de 5,6%.

Este aumento de los precios viene golpeando la economía de la clase trabajadora y de los pobres, que ya venía en crisis y que se había agravado con la pandemia. La carestía es tan grave que los economistas burgueses, que esperaban una inflación del 3%, no se la pueden atribuir a la política monetaria o a los paros y bloqueos y tuvieron que proponer un incremento del salario mínimo de más del 10%, conscientes de que era un aumento insuficiente para la grave situación que atraviesan los asalariados.

Porque no es solo la inflación, es el aumento del desempleo que se mantiene según las cifras oficiales en 11% incluyendo en sus estadísticas a toda la economía informal como empleados, es el aumento de la pobreza y del hambre, como lo indicó el más reciente informe de la FAO.

Altos precios, bajos ingresos

Los economistas llaman ‘situación de pobreza monetaria’ a quienes tienen ingresos menores a $331.688 mensuales y las cifras en Colombia son alarmantes, según el propio DANE – entidad encargada de mostrar estadísticas favorables a los intereses de la burguesía – en 2019 el 35,7% de la población vivía en pobreza monetaria y para 2020 esta cifra llegó a 42,5%, es decir, 21 millones de personas.

Esta cifra se mantiene en la actualidad, a pesar de los anuncios del Gobierno de Duque de que la economía colombiana ha crecido por encima del 10%. Y si vamos a la llamada pobreza extrema – es decir, personas que devengan menos de 145 mil pesos al mes – la  situación es mucho más grave, porque la cifra es de unas 7,5 millones de personas en esta situación.

¿Por qué suben los alimentos?

El aumento de precios de los alimentos ha sido generalizado, siendo los más afectados los aceites (38%), los cárnicos (25%), las frutas (22%) y las legumbres (12%). Las explicaciones de los analistas de los grandes medios de comunicación apuntan a mostrar la inflación en Colombia como parte de un aumento general de precios a nivel mundial, generado por la reactivación del consumo después de la pandemia, la escases de contenedores que ha encarecido el comercio global e incluso por la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Todas estas razones sin duda contribuyen al aumento general de precios, pues la mayoría de los insumos agropecuarios son importados, pero las razones son insuficientes, pues en Colombia se ha aumentado el número de cabezas de ganado y la carne de res es uno de los alimentos que más ha subido en el último año, debido al aumento de la exportación, lo que hace que tengamos que pagar el producto que se produce en el país casi a precios internacionales.

Por tanto, la razón por la cual hay un aumento general de precios en los alimentos, tiene que ver más con factores estructurales en el sector agropecuario en Colombia – acumulación de las tierras productivas, monocultivos como la palma que se impusieron a sangre y fuego por encima de la producción de alimentos, liquidación de las instituciones de fomento – que se agravan en medio de un contexto internacional en el que las potencias imperialistas están tratando de proteger sus economías nacionales.

La inflación de los ricos, la inflación de los pobres

Pero este fenómeno inflacionario no afecta a toda la población de la misma manera, porque en los hogares más pobres pesa mucho más en su consumo rubros como la alimentación, los arriendos y los servicios públicos domiciliarios, que son los que más aumentaron.

Así, mientras para los más pobres el aumento de la inflación fue superior al promedio y se ubicó en 6,8%, para la clase trabajadora fue de 5,7% y para los ingresos más altos fue de 4,3%. La brecha es de 2,5% una de las más altas en los últimos años, es decir, y estamos hablando de más de 20 millones personas que se encuentran catalogadas en situación de pobreza monetaria y de 7,5 millones de personas en pobreza extrema, para las cuales la inflación es mucho mayor a la cifra oficial de inflación.

Las cifras del hambre

Recientemente, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtieron que en Colombia hay riesgo inminente de enfrentar inseguridad alimentaria aguda en los próximos meses. Este reporte decía que 7,2 millones de personas podrían tener dificultad para acceder a los alimentos necesarios para su subsistencia.

De inmediato el Gobierno de Duque presionó a la FAO para que se retractara, pero las mismas cifras estatales muestran que el 37% de los hogares en Colombia consumen menos de tres comidas diarias.

Se perdió el aumento del mínimo

Toda esta situación de aumento de la inflación, aumento del hambre y aumento de la pobreza y el desempleo ha llevado a millones de personas a las calles desde finales de 2019, sin embargo, las políticas del Gobierno de Duque no se han modificado y ha respondido con la más brutal represión.

Su anuncio de un salario mínimo de un millón de pesos fue celebrado por las centrales sindicales, que habían levantado las movilizaciones con la ilusión de que los cambios se lograrán por la vía electoral, pero en últimas era conocido que la inflación se llevaba de un tajo este pírrico incremento, por lo que la firma del acuerdo del aumento del mínimo se convirtió en una nueva traición de la burocracia sindical a la clase trabajadora. Hay que volver a las calles, exigir el congelamiento de los precios de los productos de la canasta familiar, en particular de los alimentos y los servicios públicos domiciliarios.

Ahora, plantean que se debe esperar la llegada de un gobierno progresista en las próximas elecciones para hacer las reformas, pero las cifras son contundentes: más de siete millones de personas tienen en riesgo su seguridad alimentaria, más de 20 millones de personas están en situación de pobreza. Y mientras los ricos celebran el aumento del 10% de la economía, la clase trabajadora y los pobres no pueden seguir en el hambre y la miseria.

 

 

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