Fecode y el CNP traicionan el Paro Nacional, a construir la Asamblea Nacional Popular

Después de siete semanas en las calles, aún se mantienen procesos de movilización y resistencia en varias ciudades del país, el Paro Nacional que se inició el 28 de abril se ha convertido en un estallido social en el que las masas han logrado importantes triunfos como la derrota de las reformas tributaria y de la salud, la caída de dos ministros y de otros funcionarios de alto rango y la puesta en evidencia a nivel mundial del carácter criminal del gobierno de Iván Duque.

Autor: Comité Ejecutivo PST

Pero estos triunfos han sido costosos para las masas: 73 personas asesinadas, 1.248 heridas, 1.679 detenidas de manera arbitraria, 25 agredidas sexualmente, 65 agredidas en sus ojos y más de 100 detenidas desaparecidas. Sin embargo, esta brutal represión no hizo retrocedes a la juventud, los sectores populares y la clase trabajadora que estuvieron al frente de las luchas.

Sin embargo, a pesar de que el Paro Nacional ha sido la más importante movilización de masas en la historia reciente, el Comité Nacional de Paro –la expresión de la burocracia de las centrales sindicales– no fue capaz de entender la situación y fue incapaz de unificar las luchas que surgían en las asambleas barriales, en la juventud, en las mujeres y en amplios sectores de la clase trabajadora informal y precarizada, que no tiene posibilidades de sindicalización. Tampoco tuvo la política de organizar con los sindicatos filiales el paro de la producción, evidenciando su total claudicación al régimen.

Los llamados de las calles no fueron atendidos por un CNP que mendigó un diálogo con Duque a espaldas y por encima del clamor de las calles, a pesar de que el mismo gobierno se negó a firmar incluso el protocolo para iniciar las conversaciones. Para finalmente levantar el Paro Nacional a cambio de la promesa que le hizo Duque de establecer una mesa de diálogo con la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, Fecode, organización sindical que tiene más de la mitad de los afiliados a las centrales en el país y de donde procede la mitad de los ejecutivos de la CUT.

Antecedieron declaraciones confusas orientando desbloquear, y las declaraciones de Nelson Alarcón, presidente de Fecode, que fueron un mensaje a la desmovilización, advirtiendo al magisterio de posibles sanciones y llamado a que el Paro Nacional sea un simple espacio de propaganda para las elecciones de 2022. Hoy en rueda de Prensa el Comité Nacional de Paro, dirigido mayoritariamente por Dignidad y los liberales, hacen la más increíble declaración: ante la represión desbordada y la negativa del Gobierno a negociar, se levantan las movilizaciones. Insólito, cuando justamente estas dos – la represión y la imposibilidad de negociar- son razones más que obvias para redoblar la lucha en las calles y organizar de una vez por todas el paro de la producción, y el paro nacional estatal.

Nuestro partido ha estado y está por la profundización del paro y las movilizaciones, pero no somos ingenuos, sabemos que el levantamiento del Paro Nacional por parte de la Fecode y el Comité Nacional de Paro envía a las masas un mensaje de desmovilización, si bien el magisterio no ha sido una fuerza decisiva en este paro, el retiro de Fecode del paro indefinido a cambio de una mesa sectorial, significa un golpe político al Paro Nacional cuando la represión, los asesinatos y las desapariciones continúan cobrando víctimas en los manifestantes. La perspectiva de la suspensión de la movilización permanente sin ni siquiera garantías mínimas frente a la militarización y la represión, en la práctica lo que implica es abandonar a su suerte a los sectores que continúan resistiendo, exponiéndolos a niveles aún mayores de represión estatal, de esto será corresponsable el CNP.

Si negociar en medio de la sangre o llamar a un Primero de Mayo virtual no bastaban, el levantamiento del paro de espaldas a la juventud en las calles, convierten de manera definitiva a la burocracia sindical en la muleta para que Duque no caiga y se configuran en una traición al movimiento social que ha colocado los muertos y mutilados en este histórico paro. Comportamiento similar habían tenido el 21N de 2019, pues lo único que estos dirigentes y los sectores políticos a los que pertenecen buscan, es acomodo político para postularse a cargos de gobierno y desarrollar su cretinismo parlamentario.

Pero esto no significa que por fuera de estos escenarios no se estén llevando a cabo procesos de organización y al no estar resueltos los problemas estructurales que nos llevaron a la calle, no se puede descartar un nuevo levantamiento en un plazo más corto que largo.  Por ello, la realización de la Asamblea Nacional Popular – ANP – los días 6, 7 y 8 de junio en Bogotá, que reunió a una parte importante de los sectores en lucha, se potencia aún más como una alternativa para superar el problema de dirección del ascenso de las luchas sociales en Colombia, y enfrentar la traición de la alta dirigencia política y sindical de los trabajadores. Para superar el límite que impone la traición del CNP es urgente avanzar en organización y articulación. Creemos que este es el papel que debe jugar la ANP, que se propone realizar su segunda reunión del 17 al 20 de julio en la ciudad de Cali.

Nuestro llamado a las organizaciones que integran el CNP y a quienes aún guardan expectativas en esta dirección, es a participar de la ANP, reconociendo que los sectores en lucha van más allá de las centrales sindicales y que tienen otras formas de organización y representación, a unificar las luchas y a abandonar la política de concertación que ha llevado a la clase trabajadora a una pérdida de sus derechos. Llamamos también a las bases sindicales a cambiar su dirección sindical, por una consecuente con las luchas y la necesidad de derribar a Duque y al régimen autoritario y asesino.

Rechazamos la instrumentalización que del paro hacen tanto los sectores de la Coalición de la Esperanza como del Pacto Histórico, pretendiendo trasladar la lucha callejera a las urnas de un régimen corrupto y antidemocrático en 2022. Parte de este intento es el descarado anuncio del Comité Nacional de Paro, de convertir el pliego de Emergencia en proyectos de Ley para ser votados en el Congreso, institución podrida hasta la médula y donde hace pocas semanas se hundió la moción de censura del Ministro Molano pese a todas las pruebas en su contra. Hoy más que nunca se hace cierto que nunca ganaremos en las urnas lo que no hayamos ganado en las calles.

Por último, debemos fortalecer la ANP en las regiones, en las ciudades, en los barrios, prepararnos para la reunión en Cali, conscientes de que nuestros problemas no tienen solución sin la transformación radical de este régimen y que el primer paso es la caída inmediata del Gobierno de Iván Duque.

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