Reforma tributaria: más impuestos para los trabajadores, menos para el capital

Por: Francisco Cuartas

Con la nefasta reforma tributaria, el gobierno de Duque prepara un nuevo golpe a la clase trabajadora y los pobres del país.

La propuesta, cínicamente llamada “Ley de Solidaridad Sostenible” que lanzó el gobierno para la “discusión”, contempla en sus ejes la generalización del IVA a los productos básicos de la canasta familiar. Otro aspecto de la reforma es aumentar la declaración y el cobro del impuesto de renta a un mayor número de trabajadores, obligando a pagar impuesto a quienes reciban más de 2 millones y medio, mientras que los impuestos a las empresas serán reducidas en aras de estimular la “competitividad”. Además, incluye otras medidas que aumentarán el precio de la energía y los combustibles lo que contribuirá junto con el aumento del IVA a encarecer la canasta familiar.

 

Todos los burgueses coinciden en la necesidad de la reforma, aunque mantienen discusiones sobre el cómo y de donde sacar más impuestos. Las principales agremiaciones del sector financiero e industrial, con entidades como Fedesarrollo, la Andi y   la ANIF, han coincidido con el gobierno en gran parte de las medidas que propone, aunque los burgueses del comercio y del campo no están muy contentos con la extensión del IVA pues esto repercute directamente en un encarecimiento de los productos básicos de la canasta familiar, y por lo tanto en una disminución de sus ventas, por eso Fenalco y la SAC se han opuesto a la ampliación del IVA.

 

Estos intereses de clase, sumados a los intereses clientelistas y electorales de los partidos de la burguesía, han abierto la discusión acerca de los puntos más escandalosos de la propuesta del gobierno, como el IVA a productos como el café o el azúcar. Ya conocemos esa táctica, de “cortarle las uñas al monstruo”, mientras los asuntos de fondo son acordados con las bancadas en el parlamento. Así el gobierno se sale con la suya y los parlamentarios aprovechan para preservar sus votantes.

 

¿Solidaridad sostenible?

El gobierno ha tratado de presentar esta reforma tributaria como una reforma social, y ha sustentado la urgencia en la necesidad de que más personas contribuyan a financiar los programas de ayuda durante la pandemia, especialmente el programa de Ingreso Solidario. El gobierno habla de hacer permanente este subsidio unificando en él otros programas, incluyendo el subsidio al servicio de energía. El gobierno habla entonces de girar un monto desde $95.239 a las familias en pobreza extrema, mientras que a las familias “pobres” se les giraría $80.000, monto que si bien pueden aumentar según el número de miembros en las familias, en el mejor de los casos llegaría al medio salario mínimo, lo cual es absolutamente insuficiente para cubrir las mínimas necesidades básicas.

 

Este tipo de programas siguen respondiendo a la lógica neoliberal de la focalización del gasto social, como un mal menor destinado a paliar algunas de las peores manifestaciones de pobreza y la creciente desigualdad, mientras que continúa reduciendo y privatizando los servicios públicos y sociales prestados por el estado. Junto a este subsidio el gobierno incluye la continuidad de la llamada devolución del IVA, que viene aplicando desde la pasada reforma tributaria del 2019, en que hay una supuesta compensación del aumento del IVA en productos básicos, retornando a algunos pobres un desembolso de $75.000 cada dos meses, lo que es un verdadero timo.

 

Pero al lado de estos subsidios, la reforma pretende financiar los subsidios a la nómina (PAEF) y exonerar a los patrones de pagar los parafiscales si contratan a trabajadores jóvenes, discapacitados, mujeres de más de 40 años y adultos mayores sin pensión. Históricamente se ha demostrado que este tipo de beneficios para los empresarios poco inciden en la creación de empleo y lo que realmente significa es un subsidio a las ganancias de los capitalistas, como ha sucedido durante la pandemia, cuando los grandes grupos empresariales como Sarmiento Angulo, Santodomingo, Ardila Lulle y otros, se apropiaron de gran parte de estos subsidios.

 

Mas recursos para el gota a gota de la Deuda Externa

 

La financiación a los programas asistenciales son sólo un caramelo para encubrir la verdadera razón de la reforma tributaria: captar más impuestos de los trabajadores para el servicio de la deuda. La deuda externa ha venido aumentando en los últimos años hasta llegar al 56% del PIB en el 2020.

 

La reforma tributaria es también una exigencia de los mismos acreedores y organismos imperialistas. El criterio de más IVA, más impuestos para las personas y menos para las empresas es una política de la OCDE para que el gobierno pueda prometer que pueden seguir pagando la deuda, aún a costa de la miseria de la población.

 

Así las cosas, el proyecto de ley que contendrá esta reforma tributaria, con una que otra modificación producto de la mermelada en el parlamento terminará sacando del bolsillo de los trabajadores y los pobres los recursos para financiar los programas asistencialistas y sobre todo, los recursos para el pago de la deuda externa, mientras que los empresarios gozarán de mayores beneficios, subsidios y reducción de impuestos a sus capitales.

 

Que la crisis la paguen los ricos

 

Quienes han causado la crisis de la economía son los mismos capitalistas. Son los responsables de una crisis producto de la especulación y la sobreproducción, además de ser quienes se han enriquecido y propiciado un aumento en la desigualdad en Colombia en plena pandemia. Son ellos quienes tienen que pagar la crisis que ellos mismos han creado. Que los impuestos salgan de sus fortunas y capitales, no del bolsillo de los trabajadores y los pobres.

 

Por eso no nos queda otro camino que unificar las luchas y enfocarlas en enfrentar a este gobierno criminal de Duque. Necesitamos una lucha fuerte, unificada y organizada que nos permita derrotar la regresiva reforma tributaria y el resto del paquetazo que ya anuncia. Los llamados a confiar en que en el parlamento es posible derrotar la reforma, o peor aún, que el problema lo resolvemos en las elecciones del 2022, sólo favorecen al gobierno y sus aliados.

 

Las direcciones del movimiento de masas no pueden seguir limitándose a llamados formales a la lucha contra la reforma tributaria. Todas las organizaciones sindicales deben ponerse al servicio de organizar la lucha, la convocatoria del 28 de abril debe convertirse en un verdadero paro cívico y de la producción a nivel nacional y el inicio de un verdadero plan de lucha que logre echar abajo al gobierno de Duque.

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