La renta básica y cómo conseguirla. La propuesta parlamentaria y las necesidades del pueblo pobre

Con las movilizaciones de noviembre, fuimos constatando un ascenso de las luchas no visto desde hace décadas, y que se vio inicialmente limitado por la política traidora de las direcciones, y luego abruptamente truncado por la llegada del coronavirus, las medidas de emergencia sanitaria y de cuarentena, que desde marzo han determinado, junto con la crisis económica la dinámica de la lucha de clases en Colombia. Este proceso de movilizaciones puso a la orden del día la discusión sobre los métodos de lucha de los explotados y oprimidos, la concertación vs la movilización, el parlamentarismo vs la lucha en las calles. Este mismo debate está vigente en el pedido de renta básica o mínimo vital abanderado hoy por diversos sectores.

Autor: Comité Ejecutivo PST

La necesidad de un plan obrero y popular de emergencia pagado con recursos de la deuda

Desde el inicio de la pandemia, desde el PST hemos venido levantando la propuesta de un plan de emergencia con carácter obrero para enfrentar tanto el virus, como los despidos y ataques a la clase trabajadora que ya se venían dando, ahora con la excusa del coronavirus. Propuesta opuesta al gobierno y sus medidas para favorecer al capital a costa de la exposición de la población al riesgo de contagio, y aprovechando la emergencia sanitaria para continuar con la aplicación de su paquetazo. Ya el 17 de marzo planteamos la necesidad de un plan de emergencia que diera respuesta a lo que ya era evidente: la condena al hambre de millones producto de las medidas de confinamiento sin garantías.

Es necesario un plan urgente para paliar la desesperada situación de millones de trabajadores informales, vendedores ambulantes, que dependen de un ingreso diario; se necesita de inmediato que el Estado les provea un ingreso de emergencia equivalente al menos al salario mínimo, que se entreguen mercados y alimentos, suspensión inmediata del cobro de servicios públicos, arriendos y cuotas hipotecarias.⁠

En ese sentido hemos planteado medidas de estatización de servicios, control obrero de la producción, contra el desempleo, y otras enfocadas en que la crisis la paguen los ricos, un plan obrero y popular para enfrentar la crisis financiado con los recursos de la deuda externa. Este plan para nosotros tiene que garantizar la cuarentena real como una medida defensiva ante la extensión del coronavirus, una necesidad vital de los trabajadores y las masas pues son los más expuestos a las consecuencias mortales del virus.

Por supuesto, para el sostenimiento de una cuarentena es y sigue siendo necesario que existan garantías elementales para que la gente pueda quedarse en casa, no basta decir quédate en casa hipócritamente sin que se garantice alimentación, vivienda y servicios públicos. En la práctica la ausencia de esas garantías llevó a que las cuarentenas fueran incompletas y a que sectores de la población desesperados tuvieran que romperlas y hasta salir a protestar en contra. Es en ese contexto que nuestro partido incorporó a sus propuestas la consigna de la renta básica, como una de las posibilidades de garantizar la cuarentena sin hambre, hoy en día olvidada para dar paso a la criminal reapertura económica.

En el actual contexto la renta básica se ha equiparado a mínimo vital, es una de las variantes para entender la cuarentena con garantías. Hoy, exigir renta básica, o mínimo vital pone en evidencia la hipocresía del quédate en casa del gobierno, y se opone al sálvese quien pueda.

¿Es la propuesta de renta básica de los parlamentarios y sectores burgueses, la misma nuestra o la misma que piden habitantes de barrios populares arrasados por el hambre? Veamos.

La Renta Básica Universal ha sido parte de las reivindicaciones que sueñan con mejoras dentro del capitalismo, tanto desde el reformismo como desde corrientes económicas burguesas, incluso de derecha. Según Michael Roberts, economista marxista

La renta básica se reduce a hacer un pago mensual por parte de un gobierno para cada ciudadano con una cantidad que satisfaga las “necesidades básicas”, ya sea que la persona se encuentre desempleada o no, sea cual sea la circunstancia.⁠

La Renta Básica no es una consigna propia del marxismo ni tradicional de los socialistas, tal como se explicaba en el artículo “Renta Básica Ya”            http://www.magazine.pstcolombia.org/2020/06/renta-basica-ya-por-una-cuarentena-real-para-salvar-la-vida/ , se trata para nosotros de una consigna válida en una situación concreta, sui generis. Nosotros los socialistas pensamos que ante el desempleo y el aumento del costo de vida, la mejor medida que se puede tomar es la escala móvil de salarios y horas de trabajo. Pero ante la necesidad de paralizar el aparato productivo al menos en su mayoría, creemos que es una aspiración válida y legítima de las masas para garantizar unas condiciones mínimas de existencia.

Como la medida contra el virus conocida hasta ahora y más efectiva es el distanciamiento social, y la cuarentena general y estricta, esto plantea la necesidad de paralizar gran parte de la producción, distribución y circulación de mercancías no esenciales para el control de la pandemia, y la utilización de la tecnología digital actual para la realización de algunas tareas a distancia y desde la vivienda. Una cuarentena con garantías de acceso a la comida y a bienes y servicios básicos es una necesidad de los trabajadores y de las masas y la lucha por ellos es una prioridad para nosotros.

En ese sentido y como parte de la respuesta a esta necesidad es que hemos incorporado la consigna de la renta básica a nuestra propuesta de un plan obrero de emergencia para una cuarentena sin hambre. Esta responde a la necesidad de garantizar un ingreso mínimo para toda la población. Para nosotros esta debe ser una medida temporal, de emergencia frente a la pandemia, y no una reivindicación permanente.

Simultáneamente, desde algunos parlamentarios, junto con algunos economistas académicos retomaron la consigna de la Renta Básica, que con algunas variaciones y diferencias venía impulsándose en varios países, como una medida burguesa apoyada e impulsada por el reformismo. Hace varios años se vienen ensayando este tipo de medidas en varios países, en España fue aprobado el Ingreso Mínimo Vital, política del gobierno de coalición entre el PSOE y Unidos Podemos. Y en otros países se han venido implementando de manera parcial, medidas similares a la Renta Básica. Ellos piensan que se puede salvar al capitalismo mejorando el consumo, y sus intenciones no son las de cambiar el sistema sino lo contrario, ayudar a que se sostenga dando migajas y limosnas, también usan estas propuestas para conseguir votos en las siguientes elecciones.

Por eso llaman renta básica o mínimo vital a sumas de 200 o 400 mil pesos que ya saben que no alcanzan para nada, una renta básica real tendría que ser por lo menos un salario mínimo; debe ser universal o sea para todos, porque la renta focalizada fomenta el clientelismo y deja por fuera a los nuevos pobres.

Pero a diferencia estos políticos, nosotros no creemos que con su eventual conquista, se logren resolver de manera permanente y estable los problemas de la existencia de las masas. La renta básica no resolverá el problema de la desigualdad social y la distribución inequitativa de la riqueza, ni nos llevará a la superación de la pobreza y del desempleo, como medida transitoria para enfrentar la pandemia puede ser necesaria, pero la desigualdad, la pobreza y el desempleo sólo se superarán en la lucha por expropiar a los capitalistas de lo que nos han expropiado, y que ese camino pasa por repartir todo el trabajo entre todos los que estén en capacidad para trabajar, sin reducción de salarios (escala móvil de salarios y horas de trabajo).

Plata sí hay, hay que dejar de pagar la deuda externa

En el otro extremo están el gobierno y los patronos que dirán que la renta básica es inviable, que el dinero no alcanza o cualquier otra excusa, la realidad es que sí es viable dejando de pagar la deuda externa y con un plan al servicio de la gente y no de la ganancia. También se pueden obtener recursos de impuestos a las grandes fortunas y las multinacionales, quitando las múltiples exenciones a los más ricos, y disminuyendo el presupuesto de la represión mal llamada defensa.

En varios países donde la han implementado ya se ha advertido que las limosnas de hoy saldrán de los impuestos de mañana, estamos en contra de cualquier mecanismo en que los trabajadores terminemos pagando por esta renta ahora o después, por eso esta reivindicación no puede ser levantada a secas, sino como parte de un plan de medidas completas para superar la crisis.

¿Cómo se consigue la renta básica?

No nos llamemos a engaños, en el capitalismo hasta la reivindicación más mínima choca con el sistema, todos los gobiernos capitalistas han acudido en ayuda del capital, mientras los ricos más ricos se vuelven y los pobre más pobres. No tenemos ilusiones en medidas del gobierno y promesas de campaña, nos propondrán subsidios y asistencialismo siempre limitados y focalizados para mover el consumo y usarnos electoralmente siempre y cuando no afecte sus ganancias. Aún cuando se consiguiera la renta básica, tendríamos que seguir luchando por medidas concretas como el aumento de salarios, la defensa de las pensiones, presupuestos para salud y educación, y por medidas de fondo y por el fin del sistema capitalista que engendra nuevas pandemias y desgracias.

Nosotros no apoyamos ningún proyecto de ley ni la consigna de renta básica recortada de los parlamentarios, pero acompañamos las luchas o movilizaciones que se puedan dar para conseguirla, estamos seguros completamente de que el gobierno de Duque no va a otorgar regalos a las masas, y que el corrupto parlamento donde son mayoría sus esbirros no tiene interés en mejorar nuestra penosa situación.

Los parlamentarios que han sostenido la propuesta deben romper de inmediato con sus aliados de la burguesía en el parlamento, deben exigir que sea universal y sumarla a la exigencia de no pago de la deuda. Las direcciones de las centrales obreras deben dejar de sacar comunicados inanes y convocar una gran jornada de protesta unitaria exigiendo el plan de emergencia, la derogatoria de los decretos antiobreros y el fin de los asesinatos.

Nada podemos esperar del gobierno y un congreso corrupto, que ha tomado medidas cada vez peores en contra nuestra, los trabajadores y los pobres no podemos confiar sino en nuestras propias fuerzas, tenemos que conquistar la renta básica y demás medidas necesarias por la movilización, debemos convertir la rabia y la impotencia en organización, en donde se dieron los cacerolazos y protestas de pañuelos rojos debemos conformar comités en el barrio, igualmente entre los desempleados, entre padres de familia y colectivos de jóvenes para preparar la lucha. Hay que retomar el camino del 21N.

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