Por el Paro Nacional Indefinido

Todos los luchadores que asistimos al II Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales (ENOS) del 30 y 31 de enero llegamos con la expectativa de avanzar en la unidad para luchar contra el paquetazo del gobierno de Iván Duque y sus aliados patronales e imperialistas. La división que se dio en el evento ha puesto en riesgo la posibilidad de concretar la inaplazable necesidad de unirnos contra los planes de sobreexplotación y represión de los capitalistas explotadores. Todos los activistas que hemos participado de las movilizaciones iniciadas el 21 de noviembre tenemos la obligación de evitar que esa posibilidad se frustre. Posiblemente, en años, no tengamos una oportunidad igual de avanzar en nuestras conquistas políticas y sociales.

Autor: Comité Ejecutivo PST, febrero 10 de 2020

Luchar para avanzar

El II ENOS se proponía hacer un balance de lo que hemos logrado hasta el presente, analizar la situación económica, política y social en la cual debemos continuar la lucha y elaborar un plan de acción unitario para frenar el paquetazo y conquistar las reivindicaciones que nos han convocado a la calle. Esos objetivos siguen vigentes.

Todos sabemos el alto significado que tuvo la movilización obrera, juvenil y popular de finales del año anterior. Desde el Paro Cívico Nacional de 1977 ninguna lucha en el país había tenido el alcance ni la repercusión que tuvo la jornada nacional del 21 de noviembre pasado. Esa movilización, y las que la sucedieron, cambiaron el panorama de la correlación de fuerzas entre las clases del país. La lucha que hemos adelantado desde ese momento ha hecho renacer en los trabajadores y la juventud la confianza en la lucha directa, y ha despertado una nueva conciencia revolucionaria y transformadora en millones de explotados, que sobrepasa las propias expectativas de los dirigentes que la convocaron, y que ha llenado de temor y de odio a los sectores más privilegiados y retardatarios de las clases en el poder.

Esos acontecimientos han cambiado la realidad en unos cuantos días. Hemos pasado, de la resignación y la pasividad ante los planes de sobreexplotación y represión contra los trabajadores y el pueblo, a la conciencia de nuestros derechos y a la movilización masiva contra el paquetazo y los asesinatos . La disposición de lucha de la juventud y los trabajadores se mantiene y es superior a la de gran parte de los dirigentes, que se han mostrado dispuestos a entrar en el juego dilatorio del gobierno, los gremios y el imperialismo. Por su parte el gobierno de Duque y la patronal han dado muestras de una intransigencia sin medida al seguir adelante con la aplicación del paquetazo reaccionario. La burguesía, los terratenientes y el imperialismo, con el apoyo tácito del gobierno, dan muestras cada día de su profundo odio de clase contra los explotados al seguir adelante con el plan de exterminio de los luchadores sindicales y sociales y los desmovilizados de la guerrilla. Los nuevos gobiernos locales “alternativos” han empezado a mostrar su verdadero carácter de defensores del capitalismo y de los intereses de las burguesías locales, al recurrir a la represión contra las movilizaciones. De nuestro lado, la situación internacional de lucha contra los planes de sobrexplotación del capitalismo salvaje se mantiene, poniendo en evidencia las profundas razones objetivas que legitiman la movilización a nivel mundial , nuevamente, la necesidad de que los trabajadores asuman la tarea de construir una sociedad socialista sin explotadores ni explotados. La mayor debilidad de las fuerzas de la movilización nacional radica en la ausencia de los sectores obreros y sindicales de las tareas centrales de movilización.

Por eso hoy tenemos que concretar la agenda de lucha y movilización que se alcanzó a definir, impidiendo que los sectores vacilantes y conciliadores en la dirección del movimiento impongan sus intereses electorales, personales y de grupo, desconociendo los intereses de la mayoría.

Tenemos que ratificar que las peticiones consignadas en el pliego nacional se mantienen y que la lucha directa tiene que imponerlas. Recursos hay, solo que los consumen el pago de la onerosa deuda externa y la voracidad de la mafia corrupta de contratistas y parásitos enquistados en el aparato estatal. Tenemos que levantar la consigna del desconocimiento de la deuda con los pulpos financieros imperialistas y exigir castigo efectivo y expropiación de todos los sospechosos de corrupción y saqueo de recursos públicos. La lucha no puede terminar con una nueva promesa por parte del gobierno. No renunciemos a levantar la consigna del cumplimiento inmediato de todos los acuerdos firmados con anterioridad al 21 de noviembre de 2019. Hay que tomar medidas drásticas para frenar la masacre de los luchadores sociales. Además del paro nacional de manera inmediata ante cada nuevo asesinato, tenemos que exigir que se respete el derecho a la autoprotección de los amenazados por los paramilitares y los agentes del Estado involucrados en la matanza. Si los trabajadores y los pobres tenemos posibilidades reales de enfrentar físicamente a los asesinos estos lo pensarán dos veces antes de decidirse a actuar contra nuestros dirigentes. Basta del pacifismo de los corderos, autodefensa obrera y popular ante la incapacidad del Gobierno y el estado para garantizarnos el derecho a la vida.

Finalmente, ante la intransigencia del gobierno y la patronal a dar respuesta a las necesidades de los pobres del país, tenemos que exigir a la dirección del Comando Nacional de Paro que bajo ninguna circunstancia o promesa de negociación del gobierno modifique la fecha del Paro Nacional y que, por el contrario, lo decrete como indefinido, y que garantice que sea un paro con paralización de la producción en la que todos los sectores obreros y sindicales comprometan su participación en asambleas de base. Los comités ejecutivos de las centrales obreras se deben colocar a la cabeza de su preparación para garantizar el éxito que todos esperamos que tenga.

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