Duque presidente: Made in USA

Los alborozados y generosos saludos de felicitación para Duque, provenientes del gobierno, de parlamentarios y del Departamento de Estado de Estados Unidos, son evidencia de la satisfacción y tranquilidad de los gringos ante la posibilidad invaluable de aplicación de su política con la total anuencia del gobierno colombiano, como ha sido habitual. Veamos

Autor: Freddy Ruiz Ayala

La formación académica y el sector social que representa

Duque es un abogado, con estudios mayores de Filosofía y Humanidades de la Universidad Sergio Arboleda. Cursó maestría en Derecho Internacional Económico de la American University y Gerencia de Políticas Públicas de la Georgetown University. Cuenta con estudios ejecutivos en negociación estratégica, políticas de fomento al sector privado y gerencia de capital de riesgo de corta duración en la Escuela de Negocios y Gobierno de la Universidad de Harvard. Fueron 12 años de residencia y formación académica y política en Washington.

Es un hijo obediente de la burguesía, un discípulo destacado de la explotadora economía capitalista y de la política discriminadora, de los Estados Unidos. Su experiencia laboral con los imperialistas como representante de Colombia ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es una pequeña muestra de su discipulado.

La paz y la política antidrogas

La portavoz del Departamento de Estado Heather Nauert dijo que EEUU trabajará con el presidente electo Iván Duque en el combate al tráfico de drogas, la seguridad, los derechos humanos y el aseguramiento de la paz.

Esto lo que significa es la profundización del “plan Colombia”, desplazando aún más a los campesinos que cultivan hoja de coca, fumigación con glifosato de los cultivos, extensión de operativos militares con participación directa de la DEA y judicialización de los campesinos que no acaten esta política.

En los acuerdos de la Habana, lo que está planteado es un programa de sustitución de cultivos (que no resuelve el problema de la subsistencia del campesino pobre), programas de prevención del consumo y la “intensificación de la lucha contra el crimen organizado y sus redes de apoyo”, es decir, todas las condiciones para que Estados Unidos aplique su política de no legalización y “solución” al problema por vía judicial (o extrajudicial), con destrucción de la naturaleza, en nombre de la paz y la seguridad.

La extracción minera

La “paz”, acordada entre Farc y gobierno Santos, en el terreno del desarme y la desmovilización, despejan los territorios de riqueza minera, de tal forma que ahora sin obstáculos armados y sin pago de “impuestos” extralegales, se podrá profundizar el fracking y la explotación de recursos minerales, tal como se ha anunciado en el lago de Tota y como se ha venido intentando en el páramo de Santurbán. Habrá entonces grandes facilidades en el gobierno Duque, para que las transnacionales gringas hagan su negocio.

Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia. De acuerdo con los datos del Ministerio de Comercio, para el 2012, Colombia exportó US$ 21.981 millones e importó US$13.579. El sector minero–energético (mayoritariamente petróleo) es el principal rubro de exportación y representa el 84% del total; Colombia se ubica entre los diez primeros exportadores de petróleo a Estados Unidos, con 365 000 barriles diarios (Min comercio, 2012).

El control político militar y económico de la región

El ingreso de Colombia a la OTAN desde el punto de vista geopolítico es la puerta de ingreso de EEUU en sur América para desestabilizar definitivamente a Venezuela, pero también para disciplinar a los movimientos populares y controlar los gobiernos de frente popular que subsisten en el continente. Ya había un paso adelantado para la acción militar norteamericana con la instalación de 7 bases militares acordado por los gobiernos de Pastrana y Uribe.

Los obstáculos que interpusiera inicialmente el parlamento norteamericano a la ratificación del TLC, en materia de derechos humanos en Colombia, fueron teniendo un panorama distinto (al menos en el papel), luego de la pantomima de “desmovilización” de los grupos de autodefensa hecha por Uribe y el desarme y desmovilización de las Farc hecha por Santos, abriéndole pista al desarrollo económico de Duque, en favor de los burgueses nacionales y transnacionales.

A su llegada al gobierno el presidente Santos anunció su propósito de abandonar la visión de amigo–enemigo que había predominado durante el gobierno Uribe en el manejo de la política exterior. Santos asumía una actitud más pragmática; se trataba de diversificar las relaciones del país con el resto del mundo, al mismo tiempo que se mantendría una relación fluida y cooperativa con Estados Unidos para darle continuidad al respaldo militar, económico y político que había recibido el país a través del Plan Colombia.

Ahora Duque, el nuevo rostro del Uribismo, dará continuidad a este respaldo, estrechará lazos más fuertes con Trump, con quien comparte ampliamente la política exterior y la política económica.

Lo anterior significa además, una avalancha de productos agrícolas importados de Estados Unidos, con efectos perversos sobre el empleo y la producción de alimentos. Paralelamente, el incremento de monocultivos de la agroindustria para fabricación de combustibles.

Ya la situación del agro colombiano dio lugar a protestas sociales tales como el paro agrario nacional en agosto de 2013. La profundización de estos planes del gobierno Duque, muy probablemente desencadenará nuevas protestas.

Es natural que mientras arrecien los planes contra los trabajadores, los campesinos pobres, los maestros y los estudiantes; se hará más necesario arreciar en organización y movilización para frenar su aplicación y revertir esta nefasta política. Debemos tener claro que Duque es una ficha clave del imperialismo y de la burguesía nacional para recuperar la economía a favor de estos a costa de la miseria del grueso de la población. La lucha obrera, campesina y popular tendrá que tomarse las calles.

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