La independencia y la soberanía nacional, en el centro del debate presidencial

Dos hechos fundamentales, aunque de distinto impacto, sucedieron la semana pasada. Los dos tienen que ver con acciones del imperialismo norteamericano. El primero, los bombardeos con misiles a varios puntos en Siria, ordenados por el presidente Trump en acuerdo con los gobiernos de Francia y Gran Bretaña, realizados el viernes 13 de abril, bajo la excusa de “castigar” al gobierno del dictador sirio, Al Assad, por supuestos ataques con armas químicas a la población. El segundo la detención y solicitud de extradición a los Estados Unidos del dirigente del partido Farc y miembro designado por este movimiento a la Cámara de Representantes, Jesús Santrich, por orden de la justicia norteamericana.

Autor: Comité Ejecutivo del PST, 16 de abril de 2018

El presidente Trump, jefe máximo del imperialismo mundial, suspendió su participación en la cumbre de las Américas y su visita a Colombia porque estaba preparando este ataque a Siria. Su interés no es la población civil, ni los cientos de miles que han muerto, ni los millones de desplazados, sino la disputa por el poder en una zona determinante del planeta, por la vía de las armas y la intervención militar en un país ya destruido por su propio presidente y sus fuerzas armadas apoyadas por Rusia. América Latina y Colombia podían esperar. Aquí cuenta con aliados incondicionales que pase lo que pase y haga lo que haga siempre estarán dispuestos a arrodillarse, para la muestra el apoyo que logró en la cumbre de las Américas a sus acciones militares, y las infames declaraciones de Juan Manuel Santos apoyando el bombardeo.

Más claras no podían ser las declaraciones de Trump: “No podemos dejar que esto ocurra en este mundo, especialmente cuando, gracias al poder de Estados Unidos, tenemos la capacidad de pararlo”. Y este mensaje va para todo el mundo: “El que manda aquí soy yo”, expresión que va muy bien con su despreciable arrogancia.
El PST rechaza y llama a los trabajadores de todo el mundo a rechazar la intervención militar y el bombardeo con misiles, así como las amenazas de que lo va a seguir haciendo. El imperialismo no tiene ninguna autoridad moral para “castigar” a nadie y mucho menos de posar de humanista, cuando tiene bajo su responsabilidad histórica millones de muertos. Llamamos a las organizaciones sindicales y al candidato Gustavo Petro a hacerlo en el mismo sentido, y apoyar al pueblo sirio que lucha para sacudirse la dictadura de Al Assad.

El lunes 9 de abril, mientras los noticieros anunciaban la suspensión de la visita de Trump, daban la noticia de la detención de Santrich a solicitud de la“justicia” imperialista. Trump no vino, pero mandó la orden en acuerdo con la fiscalía colombiana, de cómo deben ser tratados los exguerrilleros que entregaron las armas y se acogieron a su tan mentada paz. Para que no quede duda el director de la DEA en días posteriores declaró “que su gobierno seguirá persiguiendo a todos los miembros de las Farc que incumplan con los acuerdos y continúen o retornen al mundo del narcotráfico.”

Nuestro partido no apoyó ni apoya los acuerdos de paz, porque todo lo pactado, incluidas las curules para las Farc, solo han servido para fortalecer este régimen reaccionario y antidemocrático. Hoy queda clarísimo que todos los partidos políticos del establecimiento que apoyan y critican los acuerdos de paz, coinciden en que el imperialismo norteamericano tiene derecho a encarcelar a los nacionales que les mandan el veneno de las drogas que su descompuesta sociedad capitalista consume en grandes cantidades, mientras protegen y exigen protección para sus transnacionales que envenenan nuestro suelo, nuestras aguas y se roban nuestros recursos naturales. Esta es pura y simple “democracia semicolonial”.

¿Cuándo los dirigentes y partidos de la “izquierda” que se autodenominan demócratas y apoyaron de manera incondicional los acuerdos de paz, comenzando por la dirigencia de las propias Farc, denunciaron y se opusieron a la extradición, fuera antes o después de los acuerdos de paz? Es decir, que los acuerdos de paz ratificaron que nuestro país sigue siendo una semicolonia norteamericana. Aclaremos que estar en contra de la extradición es apenas un derecho democrático elemental de la autodeterminación nacional, se trata simple y claramente del derecho de las naciones a su independencia y a su soberanía nacional y es exactamente el mismo principio que se está violando en Siria.

Los socialistas estamos en contra de la extradición de nacionales y esta no puede ser una excepción. Mientras continuemos en el marco de las leyes burguesas –que también cuestionamos–, estamos porque las personas sean juzgadas en su propio país. Nunca estuvimos de acuerdo con el programa, los métodos y las estrategias de la guerrilla, pero estamos en contra de que sean entregados a la justicia imperialista.

Este hecho para nosotros demuestra hasta dónde estos acuerdos a los únicos que beneficia es a los grandes terratenientes, empresarios y transnacionales. Ya son 282 dirigentes sociales asesinados desde 2016, según la Defensoría del Pueblo, ligados a las organizaciones sociales de las zonas de conflicto. Mucho nos tememos que la historia de la UP, la del M-19 y la de Guadalupe Salcedo, se repita: los pocos que queden van a probar la miel, después de humillantes pruebas. La burguesía no perdona…

Todos los candidatos han coincidido en que si la Justicia Especial para la Paz (JEP), comprueba las acusaciones a Santrich, lo extraditan de manera inmediata. Gustavo Petro se demoró en pronunciarse pero lo hizo en el mismo sentido. Es lamentable que el candidato que muchos trabajadores ven como una opción distinta y contra los candidatos de la burguesía, no se diferencie de los demás en materia tan grave y fundamental. Pero aún puede rectificar y ponerse a la cabeza del sentimiento antiimperialista llamando a todos sus seguidores a manifestarse en contra de los bombardeos a Siria y de las declaraciones de Santos, y en contra de la extradición. Un gesto antiimperialista de este tenor, así como un pronunciamiento en contra de la persecución a la militancia de la Farc, como señal de la paz que tanto defiende, lo distanciará de los partidos burgueses y sus candidatos y lo acercará a las bases de la clase obrera, los trabajadores y los pobres que odian al imperialismo.

En nuestro partido, que impulsó el voto en blanco para las elecciones parlamentarias como protesta contra este régimen político y contra este sistema porque creemos que los trabajadores no tenemos quien nos represente, estamos discutiendo seriamente dar y llamar a un voto crítico por Gustavo Petro para acompañar en esta experiencia a los miles de trabajadores, obreros y pobres que ven en él una alternativa contra los de siempre, contra la burguesía y sus partidos. Pero tenemos que decir con claridad que no compartimos su programa y menos este tipo de posturas, que no hacen diferencia con los partidos políticos de la burguesía y con el imperialismo.

Comentarios cerrados