El CNU y la COS deben preparar, ya y por la base, el Paro Cívico Nacional

El Comando Nacional Unitario, CNU, y la Coordinación de Organizaciones Sociales, COS, concluyó, el jueves primero de junio en reunión que agrupó a más de 100 representantes de organizaciones sindicales, sociales y políticas, que la situación… “amerita que iniciemos ya la preparación y desarrollo del Paro Cívico Nacional…”, como lo consignó en su Informativo N° 11.

Autor: Unidad Docente, Partido Socialista de los Trabajadores. Bogotá, junio 03 de 2017.

A esa conclusión se llegó después de recibir los informes sobre los paros del magisterio y Mintrabajo, los paros cívicos de Buenaventura y Chocó y sobre la situación de miles de trabajadores estatales y de pobladores, que no encuentran respuesta a las duras condiciones económicas y sociales que golpean duramente y por parejo a todos los pobres y explotados del país. Los informes de los pobladores que adelantan paros cívicos fueron insistentes en señalar la dura represión con que el gobierno Santos ha respondido a sus movilizaciones pacíficas.

Los asistentes, lejos de ceder a las presiones de fuerza del gobierno ratificaron la decisión de continuar con las luchas en curso y con iniciar los paros en los demás sectores y regiones que los están preparando. Maestros, trabajadores de la justicia y del Ministerio del Trabajo llamaron a un nuevo Paro Nacional Estatal de 48 horas para el martes 06 de junio. Los pobladores de Tumaco, la Guajira y Barrancabermeja ratifican su decisión de adelantar los paros cívicos que están preparando. Y, uno a uno, los representantes de las organizaciones asistentes muestran su disposición a salir a la movilización en defensa de los diferentes pliegos de peticiones que recogen sus reivindicaciones.

Las direcciones del CNU y la COS no pueden quedarse atrás de la decisión de lucha de las bases populares y de trabajadores que ven en ellos los mecanismos de centralización y coordinación de sus luchas. Deben, por tanto, convocar de inmediato un evento de amplia representación nacional que ponga fecha al Paro Cívico Nacional, lo organice y le defina el programa que recoja las reivindicaciones que unifiquen a todos los explotados y oprimidos del país. Que se organicen comités de paro en cada escuela del país, donde confluyan maestros estudiantes, padres de familia, trabajadores, organizaciones comunales y sociales. El gobierno tratará de debilitar la movilización donde confluyen muchos sectores, buscando negociar por aparte a cada sector para aislar, debilitar y desmontar el proceso nacional de lucha. Las direcciones no deben hacerle el juego, por el contrario, hay que profundizar la coordinación y centralización con mecanismo democráticos por la base.

La realización del Paro Nacional es urgente y vital. Lo necesitan los maestros y los estatales para obligar al gobierno a reconocer sus justas peticiones. Lo demandan los luchadores de Buenaventura y el Chocó que heroicamente han resistido la represión estatal y están dispuestos a permanecer en sus puestos de combate hasta cuando el gobierno de solución real a las penurias heredadas del eterno abandono. Y lo esperan todos los trabajadores que en más de una ocasión han estado en disposición de sacarlo adelante para conquistar mínimas reivindicaciones sociales, económicas y políticas, y se han quedado esperando una fecha que sus dirigentes no se han atrevido a fijar.

Los explotados colombianos no se merecen, ni resisten, una frustración más. Hay que convocar el evento nacional de coordinación, preparación y organización del Paro Cívico Nacional que, como mínimo, debe levantar un programa que contemple: Solución inmediata a todos los pliegos levantados por los sectores en lucha; alza general de salarios que realmente compense el alto costo de la vida; estabilidad laboral que combata la infame tercerización; plenas libertades y garantías políticas y de organización sindical para todos los trabajadores y explotados; cese de la represión a la protesta social y desmonte inmediato del ESMAD; reversión de la regresiva reforma tributaria que castiga los bolsillos de los asalariados e imposición de altas tasas a los más ricos para combatir por la base la vergonzosa desigualdad social; presupuesto adecuado para la salud, la educación y servicios públicos de calidad; respeto a los derechos de todas las minorías discriminadas en razón de su sexo, raza, credo u orientación sexual; reforma agraria democrática que entregue la tierra a sus verdaderos propietarios, los campesinos y los trabajadores del campo; y garantías de empleo y educación para las nuevas generaciones que heredarán el país.

 

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