La paloma de la paz es un chulo con disfraz

Pareciera que la historia se repite, pero como alguien dijo: “unas veces como comedia y otras como tragedia”, porque desde la firma de los acuerdo entre el gobierno y la FARC se han incrementado los asesinatos de luchadores del sector obrero y popular. Ellos son defensores de desplazados, luchadores por la restitución de tierras, defensores de derechos humanos y dirigentes sindicales.

Las cifras no son claras, la ONG Somos Defensores reporta 80 asesinatos de activistas, tan solo el año pasado. Según Cumbre Agraria, fueron 114. La lista de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos cerró el año pasado con 64 casos. Y según la Defensoría del Pueblo, se han registrado al menos 120 homicidios, 33 atentados y 27 agresiones a líderes y defensores de derechos humanos entre el 2016 y lo que va del 2017, y, como siempre, se afirma que se están adelantando “investigaciones exhaustivas” para dar con los responsables. Uno de los departamentos mas azotados por esta tragedia es el Cauca, donde las organizaciones indígenas vienen luchando desde hace muchos años porque les reconozcan su territorio ancestral.

 

¿Qué quieren?

¿Acaso quieren acabar con los acuerdos y que la guerrilla vuelva otra vez al monte? Esta y muchas otras preguntas se hacen los trabajadores. Indudablemente quieren acallar una lucha de hace mas de cincuenta años de los campesinos pobres y los indígenas por el derecho a la tierra, de los trabajadores para poder organizarse sindicalmente, de los pobres que luchan porque quieren mejores condiciones de vida, mejores servicios públicos, que se acabe la corrupción; en fin que se eliminen todas las cosas que nos impiden vivir en paz.

Por eso hay que decir con claridad que detrás de esto hay un conjunto de instituciones que hacen del régimen político colombiano uno de los mas reaccionarios de América Latina. Una Fiscalía que tiene el mas alto índice de impunidad con más de un 95% cuando se trata de crímenes contra los luchadores del campo obrero y popular. Unos medios de comunicación al servicio de la burguesía que ven como normal que maten a los que luchan y que los escandaliza mas el desliz de una reina de belleza que las masacres perpetradas por el Ejército o los paramilitares. Un gobierno que hoy dice que no existen paramilitares, porque no están centralizados, como en los anteriores gobiernos cuando las órdenes vinieron del extinto DAS, como fue denunciado hace años.

En fin para nosotros los socialistas quienes están detrás de todo esto es la burguesía y los terratenientes reaccionarios que han manejado el Estado y sus instituciones al servicio de aumentar la explotación de los trabajadores y que han mostrado a los largo de toda la historia su desprecio por los derechos de los trabajadores.

 

¿Libertades democráticas para quien?

Muchos estarán pensando que luego de los acuerdos del gobierno con la guerrilla, se ampliarán los espacios políticos en el país para las organizaciones obreras y populares. Todo parece indicar que no sera así. No solo por la implementación del Código de Policía y los anuncios del gobierno que no recortará los gastos militares, diciendo que el ESMAD será el gran instrumento del Estado para la defensa de la democracia, sino por la “propuestas” que tiene el gobierno con el llamado Estatuto de la Oposición.

Porque mientras a la oposición de derecha encabezada por Uribe, no solo le da plenas garantías para que organice marchas y bloquee en Bogotà los carriles de Trasmilenio, a los que vienen luchando por los derechos de los trabajadores les desatan la mas violenta agresión como lo muestra la detención de miembros del Congreso de los pueblos en el sur de Bolívar, por el presunto delito de “organizar marchas”.

 

¿Qué debemos hacer?

La dirigente de la Unión Patriota, Aida Avella, en entrevista por la televisión nacional, luego de que le fueran asesinados varios de sus miembros en una semana le dijo al periodista Yamid Amat que no era el momento de incendiar el país y avivar el odio entre los colombianos, que era el momento de pensar en la paz y la reconciliación. Que lo que unía a una gran parte de los colombianos era ese deseo de vivir en paz.

Nosotros como miles de trabajadores colombianos también anhelamos la paz, pero esa paz nunca sera posible mientras existan los elementos que hacen imposible alcanzarla. Mientras exista la explotacion capitalista los trabajadores nunca tendremos paz. Mientras que para un capitalista colombiano sea mas importante las ganancias de su negocio que la vida de un trabajador, nunca podremos tener paz.

Nosotros, contrario a lo que piensa la dirigente de la Unión Patriota y contrariando los llamados de los comandantes guerrilleros de las FARC a la reconciliación, creemos que solo hay un camino para defender la vida de los luchadores obreros y populares. Ese camino no es otro que el de la más amplia movilización. Ese es el llamado que nosotros le hacemos a las direcciones de las centrales obreras y a la mayoría de las organizaciones que se reclaman de los trabajadores. Es el momento no de apoyar la paz del gobierno. Es el momento de denunciarla como una política silenciosa y soterrada de asesinatos y criminalizacion de la lucha obrera y que en últimas lo que busca es que los ricos sigan explotando en “paz” a los trabajadores.

 

 

 

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