Contra el pacto nacional, asamblea Constituyente, amplia, libre, democrática y soberana

El resultado de las elecciones del plebiscito, con el 63% de la abstención, dejó claro que la mayoría de la población no cayó en la trampa de participar en la pugna entre Santos y Uribe. Esta mayoría sabía que cualquiera que fuera el resultado, al día siguiente, los desempleados seguirían sin empleo; los estudiantes sin escuelas y los enfermos sin hospitales, los jóvenes sin oportunidades y las mujeres discriminadas; etcétera. Que lo único cierto eran los nuevos impuestos que pagaría el pueblo, ya que los más ricos no pagan con el argumento de la seguridad inversionista de Uribe y de Santos.

Autor: Comité Ni el Si de Santos, ni el No de Uribe, por constituyente.

 Las víctimas tenían claro que como en el caso del proceso de “Paz” con los paramilitares, otra vez, se les iba a violar su derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación y la garantía de no repetición.  Que no se van a resolver sus problemas y necesidades. Es verdad que ese 63% se expresó pasivamente, pero lo concreto es que no le dieron el apoyo a ninguno de los dos bandidos que agitaron una campaña para asustar: Santos diciendo que si no ganaba el SÍ las Farc volvían a la guerra, Uribe que si no ganaba el NO el país se le entregaría a las Farc.

Ahora estos dos sectores buscan un acuerdo o pacto “nacional”, así lo apellidan para confundir y seguir intentando involucrar a toda la población o por lo menos hablar en nombre de todos. Pero es un pacto nacional para ajustar la participación en los negocios y defender sus intereses, en contra de la gran mayoría de la población. Uribe quiere aprovechar que el NO le ganó al SÍ para exigir renegociación que incluya como puntos: que se mantenga la usurpación de tierras que han hecho los terratenientes y paramilitares, garantías para los empresarios nacionales y extranjeros en lo que llaman “confianza inversionista” reduciendo impuestos, que se castigue con cárcel a los comandantes guerrilleros y perdón para los militares implicados en delitos como los falsos positivos, y rechazar reivindicaciones de la mujer y la población LGBTI que cuestione la concepción ultraconservadora y reaccionaria de familia defendida por el exprocurador Ordoñez y los pastores de las iglesias cristianas.

En medio de la crisis política que se ha desatado, que la burguesía buscará resolverla en su favor,  y en contra de los trabajadores y sectores populares, debemos aprovecharla para organizar la lucha y salir a las calles por nuestras reivindicaciones y exigir que renuncie Santos como forma de asumir su derrota, y la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente amplia, libre, democrática y soberana. Pero a diferencia de la constituyente que ya consideran como escenario para pactar las diferencias de Santos y Uribe que no puedan dirimirse en el pacto nacional al que llaman, hay que hacerlo desde abajo, desde la base, y no desde la cúpula de la clase política que fue rechazada. Una verdadera asamblea constituyente que se ocupe de los cambios estructurales que requiere el Estado y la sociedad colombiana. Esta constituyente debe elevar a derechos constitucionales la nivelación del salario mínimo al costo de la canasta familiar, fijar un salario máximo con poca diferencia del mínimo, distribuya el trabajo total entre toda la población económicamente activa y así acabar con el desempleo y la miseria, elimine la ganancia estatizando la salud, la educación, la vivienda y los servicios públicos y para que sean garantizados por toda la población en forma gratuita; que se expulse al imperialismo y las transnacionales para que se frene la minería y explotación del petróleo para preservar el medio ambiente y los recursos naturales como patrimonio de la humanidad.

Hacemos un llamado a los dirigentes de las centrales obreras y organizaciones sociales a que rompan su pacto de colaboración con Santos y pasen a convocar un paro nacional y a coordinar los conflictos y las luchas.  De lo contrario que renuncien y le den paso a los líderes que están al frente de las luchas o de quienes estén dispuestos a liderarlas en forma consecuente.

Las propuestas que aquí formulamos son para la discusión, y escucharemos otras que se presenten.

Bogota, 6 de octubre de 2016

 

 

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