#8M Por las Trabajadoras. Por un 8 de marzo de lucha, organicémonos contra el machismo

Lejos de lo que dice la ONU y los empresarios que quieren vender rosas y bombones, el 8 de marzo tiene un origen de lucha obrera y revolucionaria. Esta fecha, declarada como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, emergió en una primera instancia como un movimiento de base de las mujeres inmigrantes que trabajaban en las fábricas textiles en Nueva York y organizaron huelgas y acciones de masas por mejorar sus condiciones de trabajo y obtener el derecho a representación sindical.

Autor: Comisión de Mujeres PST

En 1910 la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas propuso hacer del 8 de marzo un día de lucha mundial de toda la clase obrera por conseguir derechos e igualdad y por la liberación de la opresión y de la explotación para todas las mujeres trabajadoras, pero este día no logró ser internacional sino hasta después de que las obreras textiles de San Petersburgo dieran inicio con su huelga a la revolución obrera de 1917 que desde Rusia impactaría a todo el mundo.

Nosotros reivindicamos ese carácter, íntimamente ligado al problema de clase y a la lucha contra la explotación capitalista. Por eso saludamos y celebramos la convocatoria de huelga que para este 8 de marzo se ha organizado en varios países como Argentina y España; la huelga como método por excelencia de la lucha obrera, de ser exitosa podría representar avances importantes en derechos. En Colombia, lamentablemente el movimiento de mujeres no está tan desarrollado y aún no tenemos condiciones de convocar acciones de paro, en parte porque existe una separación entre los diferentes grupos feministas y las organizaciones de los trabajadores, mientras que en otros países las centrales obreras están a la cabeza y convocando los paros y marchas, acá están a la cola, de hecho las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras, ni siquiera son parte de los pliegos. Sin embargo, nos alegra mucho que en los años más recientes, estemos recuperando la movilización del 8 de marzo, y esta importante conmemoración esté saliendo de los salones a las calles.

Reivindicamos igualmente el carácter internacionalista de esta fecha y saludamos a todas las trabajadoras que hoy se manifiestan de una u otra forma en todo el mundo.

La violencia y la opresión no dan espera

Este atraso en el nivel de organización de la lucha de la mujer contrasta agudamente con la necesidad de la misma. El 2019 en pocos meses nos deja un saldo rojo de al menos 15 feminicidios y 5 transfeminicidios. Además de violaciones, ataques con ácido, palizas y otras expresiones cotidianas de machismo que se cuentan por decenas. Un caso emblemático ha sido el del fútbol femenino, amenazado en su propia existencia por el machismo, desde el desconocimiento del derecho de las mujeres a jugar fútbol y la consecuente invisibilización, pasando por una vergonzosa diferencia salarial, hasta el abuso y el acoso sexual como han denunciado las jugadoras del seleccionado nacional sub 17 y del seleccionado huilense.

Urge que los sindicatos, las organizaciones de mujeres y el movimiento social se organicen para combatir el machismo y la opresión como una tarea prioritaria, aunque es un paso importante la conmemoración de este día no es suficiente. Es necesario organizar y preparar por la base el paro nacional definido para el 25 de abril, poniendo como urgentes las medidas contra la violencia machista y las reivindicaciones laborales de la mujer.

¿Qué exigimos?

Estamos contra los planes de austeridad presentados por la mayoría de gobiernos del mundo, como las reformas tributarias y pensionales, contenidas en leyes como el Plan Nacional de Desarrollo que descargan la crisis sobre los hombros de toda la clase trabajadora, pero en especial de las mujeres cabeza de hogar.

Exigimos igualdad salarial, licencia por maternidad extendida, guarderías en los lugares de trabajo, horarios flexibles para las madres, de autodefensa obrera contra el acoso, protección especial para las trabajadoras negras, indígenas, migrantes y LGBT´s.

Salimos a reclamar nuestro derecho a la vida exigiendo políticas de prevención contra la violencia machista, exigiendo castigo a los violadores, acosadores y feminicidas. Gritamos que se acaben los crímenes de odio contra las mujeres trans, travestis y lesbianas. Nos unimos a las voces que exigen el cese de los asesinatos de lideresas sociales.

Nos ponemos de pie para exigir nuestro derecho a decidir el momento de la maternidad y a no ser madres si no lo deseamos, sumándonos al reclamo de aborto legal, seguro y gratuito, como también a la necesidad de tener políticas y presupuesto que protejan la maternidad y la infancia, y que otorguen el derecho a la adopción.

Queremos que las jóvenes sean libres de transitar las calles, que dejen de acosarlas, de desaparecerlas, de violarlas y de precarizarlas en trabajos esclavos. Exigimos del Estado medidas contra el “ turismo sexual” que degrada y prostituye a nuestras niñas y jóvenes. Reclamamos el derecho a la educación y exigimos la separación de todas las iglesias del Estado.

Nos unimos al llamado a las calles y de manera conjunta salimos a pelear por un mundo sin explotación ni opresión. La lucha por nuestra emancipación sólo será terminada completamente cuando acabemos con la explotación, por eso nuestra pelea es parte del conjunto de la clase obrera, combatiendo el machismo a nuestro interior e incorporando a las mujeres en todas las batallas de los trabajadores.

El PST y la LIT-CI se ponen al frente de esta tarea, la lucha por la liberación femenina es parte de nuestra lucha cotidiana por la construcción de un mundo socialista donde, como dijo Rosa Luxemburgo, “seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

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