Hidroituango y el capitalismo global.

Un impulso del capital recorre el mundo desde hace treinta años, pero el mundo que hubo se transformó no solo por los crecientes negocios, sino por las fuerzas vivas de la historia, el estatus de los pueblos y las clases que luchan, es decir que se oponen entre sí. El régimen social capitalista que dominaba la mayor parte del planeta hasta 1990, derriba una de sus trabas finales para declarar el control absoluto sobre cada recurso natural y los países que no podía desarrollar el ciclo de acumulación capitalista de forma libre y sin restricciones o intermediarios. Se trataba de los países “socialistas o de economía popular”, la URSS, CHINA, EUROPA DEL ESTE, CUBA. Allí la existencia de estados burocráticos, con economías estatizadas, que fueron el resultado de la lucha de clases y la avanzada revolucionaria del siglo XX, demarcaron límites a multinacionales y los capitales imperialistas. Pero la propia crisis económica de los estados obreros burocratizados, residió en su desarrollo aislado y por tanto sumiso a las reglas del capital dominante, el norteamericano, europeo, japonés. La clase obrera y los pueblos que habían arrebatado los principales motores de la producción y el trabajo, amenazaban con borrar el curso de la historia el aparato estatal de la burocracia estalinista, los partidos comunistas y sus nomenclaturas parasitarias del propio desarrollo de las economías populares. El propio capitalismo, por su parte, se encontró con un agotamiento del estado de bienestar, el cual entró en franca contradicción con el crecimiento de los monopolios industriales y financieros. Tanto imperialistas como burócratas, estaban necesitados de un cambio de estatus, pues tanto los trabajadores de los países capitalistas, como de los estados obreros burocráticos, impedían con sus luchas, aun nacionales, una expansión necesaria del capital en todos los rincones del planeta. La burocracia estalinista, busco un proceso de apertura económica y política, pero las luchas democráticas por sacudir los regímenes policíacos estalinistas, desbordaron los cálculos de adaptación calculada, y termina colapsando con la caída del muro de Berlín y después del resquebrajamiento de la URSS. En China, la lucha de los estudiantes de Tiananmen, quedó aplastada, asegurando al nuevo régimen burgués de Pekín un tránsito que el imperialismo no pudo dilatar, pues impuso el capitalismo de forma brutal, relocalizando gran parte el parque industrial del mundo, en las ciudades costeras de China, en un curso desbordado de migraciones forzadas y proletarización creciente de la población asiática, en aras de los nuevos ritmos devastadores de producción que exigiría el nuevo boom tecnológico, automotor e inmobiliario. Mientras Rusia queda a merced de una burguesía roja, totalmente adaptada a la banca financiera internacional, las grandes petroleras, intentando reconstruir en girones el viejo mapa de la URSS, sin lograrlo, solo transformándose en una federación de estados independientes, bajo la dirección de la burguesía rusa, que detentaba algún control del poderío nuclear como carta de juego para no desaparecer en la avalancha de capitales, que terminaría subyugando a la vieja nomenclatura burócrata, que termina en socia capitalista del imperialismo mundial.

El capitalismo después de asegurar nuevos territorios y recursos, transformó las bolsas del mundo alrededor del control de las fuentes de energía, los yacimientos de los minerales esenciales, del desarrollo de la informática ( elevación técnica del trabajo), de la liberalización de las fronteras nacionales y el dominio de las tierras fértiles en manos de las multinacionales. Es así que el viejo modelo de desarrollo, de empréstitos para forjar los mercados internos, se había agotado. El alto desarrollo de los países imperialistas, ya no radicaba en sus imponentes industrias nacionales, sino en la capacidad de monopolizar la mano de obra del mundo y los recursos de todos los pueblos, para un propósito que ya no era el desarrollo intensivo de pequeños mercados nacionales, sino de sostener el consumo de las grandes potencias, a costa del desarrollo regional o local, en cualquier parte del planeta. Ello impulsó exponencialmente todas las tasas de deforestación de selvas, la contaminación descontrolada de ríos y mares. Mientras los países no desarrollados, se integran a ritmos de deuda externa creciente, para reprimarizar sus economías (producir materias primas) o terminar de ensamblar las mercancías de las matrices monopólicas, es decir desarrollar solo una o varias actividades que demande el mercado mundial. Por tanto hoy el desarrollo es una ecuación donde el capital transfiere recursos y plusvalía de las regiones menos desarrolladas, para el sostenimiento de las economías más desarrolladas.

El caso Hidroituango.

Los megaproyectos que hoy se desarrollan el mundo, como Hidroituango, se refieren a enormes transformaciones físicas de amplias regiones localizadas en su mayor parte en países que se han transformado en eslabones de la cadena llamada globalización. Por tanto son intervenciones que dependen de la orientación que implementa cada gobierno, bajo parámetros técnicos, económicos y ambientales, pues debe corresponder a garantizar que el capital invertido, por los organismos financieros internacionales, retorne con un rendimiento ya esperado y por tanto la responsabilidad de retrasos o fracasos, recaerá en el estado que invierte sobre la base de su propio patrimonio, que no son más que los recursos naturales que son garantía para proveer al mercado de materias primas: petróleo, minerales, energía, etc.

Colombia por sus características geográficas, orográficas e hídricas, tiene un lugar estratégico dentro de las ventajas comparativas, respecto a su ubicación ecuatorial, frente a dos océanos por los que se conecta a los principales mercados que demandan materias primas y en especial energía. Colombia si bien representa solo el 0.39% del PBI mundial, y según la CEPAL, “… la región del Pacífico los valores de precipitación son los más altos del país y del mundo (mayor a 9.000 mm/año). Si se relaciona el promedio anual de lluvias con la superficie continental del país, se tiene un volumen anual de precipitación de 3.425 km3, equivalente al 3% del volumen de precipitación anual en el mundo y al 12% en el continente sudamericano. La característica de la precipitación en Colombia consiste en que el 88% del territorio registra lluvias anuales superiores a 2.000 mm, con un promedio anual cercano a los 3.000 mm. ” Este contraste hace muy apetecido aprovechamiento de la energía hidroeléctrica.

Además la CEPAL reseña “Colombia ha sido hasta décadas recientes un país básicamente agrario, con una economía que dependía de manera tradicional del café. Cerca del 30% de la población activa se dedica aún hoy a la agricultura, sobre todo a cultivos como café, banano, algodón, arroz, caña de azúcar y panelera, maíz, papa, sorgo, plátano y flores. Ha aumentado la extracción de petróleo, carbón y oro, y se mantiene la producción de esmeraldas; asimismo se han desarrollado la avicultura, la pesca marítima y la industria ligera y mediana con fuertes inversiones de capitales extranjeros.

El área forestal se localiza fundamentalmente en la Amazonía colombiana, en la costa del pacífico, en la zona de Catatumbo (en el límite con Venezuela) y en algunas zonas de bosque de las cuencas alta y media de los ríos Magdalena y Cauca. La mayor parte de la madera se utiliza en la industria, la combustión, el mobiliario y otros sectores.

El petróleo y el oro son los principales productos minerales aunque se extraen considerables cantidades de otros minerales, como plata, esmeraldas, platino, cobre, níquel, gas natural y carbón.”

Históricamente desde el S. XIX y S. XX la economía agrícola se asentó en las cordilleras, después al crecer el mercado interno después de 1950, se distribuyó en ciudades que representan las mayores densidades de población, como Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cúcuta, Armenia, Pereira, Manizales, Ibagué, Neiva, Cali, Popayán, Pasto. Regiones como la costa atlántica, asociada a las explotaciones bananeras, ganaderas, arroceras, además de carbón, se conectaron por el rio magdalena al interior, luego con el ferrocarril, ya para 1980, su integración es por vías terrestres. Para 1990 el país integra nuevas regiones con el desarrollo de las explotaciones de petróleo, gas, por lo que ya define el volcamiento de la economía al mercado externo, especialmente desde los llanos orientales y sur del país. Esta última región es también una cuenca hidrográfica que se conecta al Orinoco y el Amazonas.

Agrega la CEPAL INFORME NACIONAL SOBRE LA GESTION DEL AGUA EN COLOMBIA (2000) “Uso hidro energético. Dentro de las Fuentes de energía renovable que más usa el país está el potencial hídrico …y constituye la hidroenergía.

Para 1996, la capacidad efectiva del sistema de generación eléctrica en el país fue de 10.600,5 MW de los cuales 8.016,4 MW (76%) se generan en plantas hidráulicas y 2.584,1 MW (24%) en plantas térmicas. Este sistema se caracteriza principalmente por una generación filo de agua (Es decir, utilizando los caudales naturales), lo cual implica bajo nivel de regulación de los aportes hídricos. La expansión de la generación eléctrica a partir de plantas hidroeléctricas entre 1996 y el 2001 comprende la construcción de los Proyectos Porce II en el departamento de Antioquia, Urrá en el departamento de Córdoba y La Miel en el departamento de Caldas. Las plantas que generaron más energía en 1996 fueron San Carlos que aporto el 13,9%, Guavio el 12% y Chivor el 8,3% del total generado (ISA, Informe de Opera c i ó n 1996. Reportado por IDEAM, Estudio Nacional del Agua, 1996).

La oferta total de energía en el país entre 1975 y 1996 creció a una tasa promedio anual del 3,1%. La oferta interna de energía primaria en Colombia está caracterizada por una alta participación del petróleo con un 40% en promedio desde 1975 hasta 1996. En este mismo período ha aumentado la participación del gas natural y la hidroenergía y ha descendido la participación del carbón y de la leña. La mayor dinámica de crecimiento de la oferta la presenta el gas natural y la energía hidráulica con unas tasas de crecimiento anual promedio dentro del período de 5,2% y 5,7% respectivamente.

Se proyecta que el crecimiento de la demanda global de energía en Colombia a mediano plazo será de 4,4% del promedio demandado en 1996, hasta el año 2010 y del 5,5% en la demanda de energía eléctrica y del 8,3% de la demanda de gas.”

Como vemos hasta el 2000 las perspectivas de aprovechamiento hidro energético, tomaron materialización con la formalización del proyecto ante un abanico de inversionistas, pero el mayor interés vino de EPM y la gobernación de Antioquia, que se asociarían a la construcción de Hidroituango.

El contexto de la producción de energía

La demanda de recursos se explica por la forma como produce el capitalismo, es decir depende de la explotación de trabajo humano para la amplificación del capital, eso hoy es diferente a la época del libre mercado, que dominó en Europa hasta mediados del S.XIX, por las leyes que rigen el capital, este se concentra cada vez con mayor fuerza, socializando el trabajo en millones de fábricas y procesos productivos, de circulación y distribución. Después de la segunda guerra mundial, el eje de la producción industrial centra su base energética en el petróleo y la electricidad. A su vez el crecimiento urbano derivará en un crecimiento de la población, base de los nuevos ritmos de consumo que transforman ya no solo la sociedad, sino el aspecto físico del planeta, pues se lanzan al mundo millones de mercancías que como los automóviles demandan millones de pequeñas piezas y combustibles, que necesitan devorar millones de kilómetros cuadrados de bosque y ríos, para saciar el nivel de vida de las urbes de las grandes potencias, pero también de las zonas más atrapadas en este ritmo de crecimiento sin desarrollo. Cada mercancía es producida hoy con enormes ritmos de productividad, extenuantes procesos de sobrexplotación de la fuerza de trabajo, pues no importa que cuente con la más alta tecnología, cada hora de trabajo debe producir millones de dólares al circuito de capitales del mundo.

Los resultados de producir millones de mercancías, es que no importa si se almacenan por millones, pues cada capitalista lo que le interesa es arruinar su competidor en el mercado, y quienes se arruinan, acuden a los bancos para ser salvados y reiniciar este circuito de sobrexplotación social y de recursos naturales. El empobrecimiento de los trabajadores, desata las crisis económicas, y las crisis financieras desatan la crisis de los estados, vienen los recortes de derechos y el reajuste de los presupuestos sociales, mientras las grandes corporaciones siguen su juego de monopolio, donde el agua, aire, bienestar social, devorado sin que el planeta pueda recuperar los ritmos de reforestación, las temperaturas del planeta están siendo alteradas por enormes concentraciones de gases como el CO2, lo que viene es: cambio climático, alteración del clima por el carbono, derretimiento de polos , glaciares y nevados en las cordilleras continentales, se han alterado los ciclos de lluvias, las corrientes de humedad sobre los continentes. La crisis en el régimen social, crecimiento de población en los países atrasados, mientras el modelo de desarrollo el 20 % de la población mundial consume el 80% de los recursos del planeta. La riqueza del mundo solo está en manos del 2% de su población, el crecimiento urbano se expresa en la adición anual de un millón de habitantes en las ciudades y un sexto de la humanidad vive en la pobreza, sin acceso a agua potable, desagües sanitarios, sin electricidad y sufre hambre:

  • China india indonesia producen suficiente arroz para dar una ración diaria de 20 gramos a cada habitante del planeta.
  • Los mayores productores de trigo (China, India, EEUU) pueden proveer 11 gramos por día de pan a cada habitante del mundo.
  • EEUU, China, México, Brasil proveerían de 250 gramos de maíz a cada habitante del planeta.

La tierra un planeta amenazado

Anualmente hoy mueren 5000 personas por falta de agua potable, lo que demuestra que el desarrollo no se ha globalizado, la trampa del crecimiento de la economía mundial, se encuentra en la desaforada carrera entre los estados más poderosos, para imponer el dominio sobre el mercado capitalista. La desigualdad no solo reside en la distribución de la riqueza social, sino en la desigualdad entre los proveedores de materias primas, energía y capacidad productiva (fuerza de trabajo) con los países desarrollados que consumen más de lo que producen. Solo hace 6000 años surgieron las primeras civilizaciones, las que prosperaron en un equilibrio real de recursos y capacidad productiva, la energía inicial era la fuerza del aldeano, que forjó el arado que inició la cooperación y la observación por generaciones del cambio de las cosechas, según las temperaturas, el ciclo de lluvias, las estaciones y los cambios de la luna. Los primeros cambios drásticos vinieron de la utilización de nuevas fuerzas, los bueyes y de forma inusitada la humanidad habría de sufrir revoluciones técnicas que fraguaran trazados, por la forja de los metales y luego por la complejidad de nuevas herramientas y maquinas, que potenciaran la capacidad humana, generando en un curso dirigido a la industrialización de la vida.

Solo hace 200 años, Europa escapó del arado, transformando la producción agrícola, integrando recursos del mundo a las nuevas fuerzas de la ciencia, pero sobre todo alteró el artesanado, para darle una socialización en talleres, que serían el preámbulo a las fábricas que se alimentarían de carbón, luego de electricidad y por último los vehículos autónomos que combinaría la combustión y la electricidad. Solo hace 100 años el mundo se devoró a sí mismo en una guerra internacional, que demandó recursos de todos los continentes, a la vez que emergió la clase obrera como alternativa alcurso de la historia con la Revolución Rusa.

También se inició la aviación como arma de guerra, desplazando las trincheras, el acero que extendía los ferrocarriles, rompía montañas y fronteras, uniendo mercados y transformando la tierra en un febril circuito de producción social, cuya base es la socialización del trabajo, y la concentración de su excedente en unas pocas manos, los propietarios del capital y los medios de producción. Solo hace 70 años, las naciones terminaron la más sangrienta guerra dentro del capitalismo, por el dominio del mundo, con millones de seres humanos devorados por el bombardeo de ciudades, y un puñado de estados y potencias militares, imponían el nuevo curso de reconstrucción, cercando todo intento de avance de los pueblos por liberarse de las cadenas capitalistas. La URSS, extenuada por la guerra, intentó sobrevivir como avanzada revolucionaria, pero su gobierno burocrático, prefirió pactar con los capitalistas y debilitar todo intento de revolución social, negando así la liberación del mundo subordinando el proletariado al orden imperialista. Ya hace 30 años, la URSS se desmorona, y como un torrente el capital reinstala su dominio en todos los países del planeta. El capitalismo así, parecía vencer su inevitable caída. Ahora el mundo en manos de las multinacionales y los juegos corporativos, se parecían más a un casino, que a un proyecto serio de orden y progreso. Entre más riqueza el mundo acumula, entre más productivos y sofisticados los avances tecnológicos, los conflictos sociales más se agudizan y el drama ambiental se desborda.

En EEUU hay 3 millones de granjeros con capacidad de alimentar 2000 millones de personas, pero la irracional economía lleva a que su destino no sea la mayor parte para consumo humano, sino para la ganadería y los biocombustibles. Pero otra lógica domina la flora y la fauna de los grandes monocultivos, se trata de los vertidos químicos o pesticidas, que erradican insectos, aves y contaminan ríos, con un alto precio ecológico. Como vemos ya la agricultura que dependía de la fertilidad de los suelos y las estaciones, se erige en la fuente de riqueza que oscila en la bolsa, y ella se debe. Mientras en seis mil años se domesticaron las yerbas que dieron origen al trigo, el maíz, el arroz, en solo 20 años han desaparecido dos tercios de tantas variedades y semillas, para dar a las multinacionales el control de dominio en las cosechas. Pero miremos como la actividad ganadera expresa una desproporción del uso del agua, para producir un kilo de papa se necesitan 100 litros de agua, 4000 litros para un kilo de arroz, 13000 para un kilo de carne.¿ Entonces por qué mueren personas de sed?

El desarrollo económico hoy lo medimos con el nivel de vida en EEUU, un país que consume 19 millones de barriles de petróleo al día, lo que es 60 barriles por habitante, mientras China consume la mitad de petróleo y la proporción por habitante es de 7 barriles, cerca de una décima parte. El mundo demanda 99 millones de barriles diarios, para producir combustibles, fertilizantes, aceites y plástico. Una de las principales industrias es la del automóvil, cerca de 80 millones por año, lo que mueve la industria del acero y el aluminio. Solo estas actividades han desatado una sed infinita de minerales, que en últimas irán a parar al 20% de la población mundial (1200 millones de personas), capaz de comprar un vehículo. Es decir es el 20% de la población mundial, la que consume el 80% de la energía y la riqueza que produce el resto del mundo. Es decir el mundo se ha volcado a un vertiginoso producir por producir, en el afán de un consumo desenfrenado de las sociedades más adelantadas. Hoy una mercancía se produce con una cadena internacional, que termina ensamblada en países de Asia, África, América del Sur, Europa del este, y recorre miles de kilómetros para ser descargados 500 millones de contenedores en los puertos de EEUU, Europa, Canadá, Australia o Japón.

Este es el circuito del capital, y es su lógica la que domina el mundo. Para la segunda mitad del siglo XIX, Europa se estremece por una revolución obrera con la comuna de París, y donde emerge la clase obrera, frente la reacción europea que termina derrotando el primer intento revolucionario que preanunciará el curso de crisis económicas no solo de Inglaterra, sino de Europa y EEUU. Le seguirá la I guerra y su epílogo con la revolución rusa, y la II guerra mundial, que busca detener el impulso revolucionario de la clase obrera mundial, la cual como el capital ya no encuentra fronteras. En contraste donde quiera que haya recursos el capital se manifiesta, desde 1950 se arrancaba al mar 18 millones de toneladas de pesca, hoy se ha multiplicado por cinco y sigue creciendo, la cuestión es que ya los océanos no soportan este ritmo de saqueo, pues los ciclos de desove están desbordados, lo que acelera la desaparición de ballenas, atún, delfines, tiburones, es cuestión de tiempo, y no habrá retorno.

Si los obreros hicieron revoluciones para sacudirse de la sobreexplotación social, hoy deberán hacerlo para salvar el mundo. Solo pensemos, las poblaciones de focas en los mares del sur están muriendo de hambrunas, mientras que las aves de los océanos no encuentran alimento, así de simple es la nueva ecuación de un capitalismo desbocado. Pero, ¿cómo nos afecta?, la pesca es el alimento de un 20 % de la humanidad, es decir uno de cada cinco seres humanos, que se alimentaba del mar, ya debe ir a un supermercado, o morirá de hambre. En los desiertos se agolpan 500 millones de personas, más que toda la población de Europa, su fuente de agua son los pozos profundos, de agua fósil depositada hace millones de años, por tanto es su única fuente para la agricultura y la sed humana. En Israel su agricultura, destinada a las exportaciones, ha secado el río Jordán, negando a los pueblos que lo cruzan beberla o tener tierras de cultivo, pero esta historia ya se repite en todo el mundo, uno de cada diez ríos no logra llegar a los océanos.

El capitalismo agota los recursos

El capital que se funda sobre la producción social, hoy históricamente se rige por: la prioridad de la ganancia y el aprovechamiento al máximo de las fuerzas productivas, pero a costa de un empeoramiento de las condiciones sociales de existencia, tanto de la clase obrera y para la mayoría de la población mundial. Ya hace cincuenta años (1970), el equilibrio entre recursos y ritmos de producción comenzó un desfase bajo la lógica del régimen burgués. El capitalismo es capaz de agotar todos los recursos del planeta, solo tras la meta de apropiarse de la mayor riqueza social, a costa de reducir al mínimo la existencia de la masa de proletarios y desposeídos. La existencia de países con alto desarrollo económico, tecnológico, social, cultural, reside en una relación impuesta de desigualdades frente a países con menor intensidad del capital, pero alta explotación de fuerza de trabajo a menor costo y máxima expoliación de recursos y fuentes energéticas.

El capitalismo es la forma social dominante y la burguesía es la clase social que dirige y determina las condiciones de vida del resto de clases sociales: el proletariado, del campesinado, de las clases medias profesionales, pero también de la pequeña propiedad rural y urbana. El orden de producción mundial, se dirige a la división social del trabajo, como la división internacional de la producción, que es determinada por el dominio de los estados imperialistas, las capas de la gran burguesía monopólica en la producción de mercancías, el desarrollo de los centros financieros y de comercio (lo que abarca el desarrollo de las comunicaciones, la energía, servicios públicos). A la vez el desarrollo extensivo de la agricultura, la minería y los recursos forestales, marinos y espaciales. No existe pues un ámbito vedado a la sobreexplotación por el capital, pero si existen limites que residen en la división de los países por fronteras nacionales, así como de las empresas y corporaciones multinacionales que compiten desenfrenadamente entre sí por dominar el mercado mundial.

El imperialismo profundiza la crisis económica, social, política y ambiental

Durante el siglo XIX, el dominio del imperialismo Europeo sobre el resto del planeta, residió no solo en un sistema colonial, sino en imponer también mecanismos de dominio indirecto sobre los pueblos y naciones del mundo. El desarrollo capitalista a nivel nacional había concluido a mediados de 1800 esencialmente en Europa, y allí las naciones con mayor desarrollo decidieron no solo distribuirse la fuente de las materias primas, sino también la parte del mercado, acorde a la capacidad militar y necesariamente por medio de la dependencia financiera de las burguesías nativas, de capital para expandirse en su mercado interno, que a cambio de la deuda permitiría la explotación directa de fuerza de trabajo, así como de apropiación de los recursos naturales. Este sistema semicolonial, que se perfecciona en el Siglo XX, tras la I y II guerras mundiales, implicará por tanto un precario marco de libertades políticas, niveles lentos de desarrollo social y dependencia de la industria de la tecnología que se define en los estados imperialistas. Las burguesías nativas (mercado interno), en la medida que se asocian al gran capital imperialista, pierden su carácter nacional y no representan ningún interés de autonomía económica o desarrollo autónomo de las fuerzas productivas (fuerza de trabajo, capacidad productiva de los recursos naturales). El propio desarrollo de la clase obrera en Europa, Norteamérica, Japón, definen oponerse al momento revolucionario de lucha social, que se expresó en el derrocamiento de el régimen zarista en Rusia, intentos revolucionarios en Alemania, Hungría y España. El nivel de organización de la clase obrera a nivel internacional, solo había tomado forma en la socialdemocracia europea, pero las luchas económicas terminaron desembocando en luchas políticas, es decir por el control directo del estado. El fin de la época de reformas sociales había terminado a la vez que el imperialismo tomaba dominio del planeta. Las crisis económicas se agudizan, no solo por periodos cíclicos, sino que se transforman en efectos amplios para la mayoría de las economías del planeta, a medida que se hace más dependiente el sistema financiero de los factores sociales, como el empleo, la migración, el crecimiento de la población. Tras el fin de los países socialistas como la URSS y China, Europa de Este, a finales del siglo XX, la economía mundial se vuelca sobre una masa de recursos y fuerzas productivas, que habían ganado autonomía producto de estatizaciones y limitaciones de la propiedad privada.

El modelo de crecimiento y el declive de la energía no renovable

Tras el triunfo de EEUU sobre Alemania y Japón en la Segunda guerra mundial, las condiciones de hegemonía financiera, industrial y militar, favorecieron la recuperación económica de Europa y Japón, en los marcos de subordinación a la bolsa de New York. El bloque capitalista, definió enfrentar a la URSS con la guerra fría, mientras la política del gobierno de Moscú, se auto limitaba al oponerse a nuevos avances de la revolución socialista mundial. Tras la restauración capitalista en Rusia, China y Europa del Este, el imperialismo se enfoca en recolonizar estas economías, pero sin poder imponer una dependencia absoluta, pero las burocracias se definen por las inversiones (pasar de gerentes a propietarios) que impulsarían la última expansión económica del siglo XX. La cual permitió un enorme desarrollo global del capital y de tecnologías como el internet, las comunicaciones y las redes, telefonía móvil, la robótica, el transporte de mercancías y personas, el impulso a energías renovables. La cuestión es que tal desarrollo aun depende de viejas formas de energía fósil, para explotación de minas y los procesos industriales, para responder al asentamiento urbano y la agricultura cada vez más mecanizada.

La dependencia mundial de energías fósiles, significa primero que es un recurso no renovable, por tanto que se agotará irremediablemente y segundo que su consumo retornan a la atmosfera los gases que ya la capa vegetal no es capaz de absorber por la deforestación, la agricultura y todas las emisiones industriales y del circuito urbano, esencialmente de los países más desarrollados. El petróleo es la principal materia prima de las energías, que sumado all carbón son la base de la sociedad moderna (62%), pero el mundo se urbaniza y exige fuentes de energía como la nuclear(6%), gas (23%),hidroeléctrica solo representa el 3%. Energías limpias como la solar aun no llegan al 1%.

La sociedad humana, hoy totalmente dominada por el capitalismo, impone este ritmo de consumo de energías fósiles, pues su explotación directa del dominio de las fuentes a trevés de un reducido grupo de multinacionales, consume 6 veces más recursos energéticos que los países de medio y bajo desarrollo. EEUU produce el 30% de la energía eléctrica del mundo, Europa el 13%, pero su consumo global excede tanto las superficies de EEUU y Europa, así como sobrepasa el consumo per cápita mundial de energía. Para el siglo XXI, y antes de la crisis económica de 2008, la intensificación de la demanda de energía no se redujo, pero la matriz de producción industrial se ha desplazado a países como China, Rusia, India, Brasil, México, Suráfrica. Producto de la deslocalización industrial que emigró de EEUU y Europa, para sobreexplotar mano de obra, provocando nuevas demandas de energía y alimento, mientras que en regiones como norte de África y medio oriente, se degradan los índices sociales, forzando a millones de trabajadores a emigrar a Europa. Hoy la economía mundial, crece a ritmos intermitentes, jalonado por la recuperación de EEUU y la estabilización de la Unión Europea, pero EEUU, que por su peso en el PBI mundial, cruzan ajustes en sus políticas, en dirección a reducir los enormes déficit comerciales, recuperar el mercado interno, y potenciar el dominio del mercado mundial, pero sobre todo el control de américa latina.

La crisis de la sociedad exige solución política: Revolución Socialista Mundial

La economía mundial se rige por las reglas del capital, y esta lleva a la sociedad a desarrollar las fuerzas productivas, la técnica, la ciencia, todo al servicio de la ganancia, por tanto ha superado todo vestigio de libertad económica, pues la producción tiende a mayores ritmos de mecanización, lo que reduce la proporción de trabajadores respecto a las maquinas, elevando la productividad y obligando a producir por producir. La necesidad del capital se centra en ampliarse por medio del ciclo productivo. La fuerza de trabajo es el único valor que produce valor, pero los capitalistas requieren mayores niveles de explotación social y expoliación de recursos naturales, pues existe una desaforada lucha entre un puñado de capitalistas, que luchan por arruinarse entre sí, y se llevan a toda la sociedad en su curso. Dentro de ese grupo de capitalistas, se encuentran los bancos, los terratenientes, los productores de energía y materias primas, los transportes y el comercio (incluye todos los servicios para proveer mercancías, como los servicios públicos, la salud y la educación). Los trabajadores, campesinos y toda la población que depende de mínimos de subsistencia, se enfrenta a un régimen social, económico y político que se deteriora y precariza todas las condiciones materiales y espirituales de existencia. El trabajo no encuentra como subsistir por el deterioro de los salarios, y el campesino es arrojado de las tierras para forzarlo a engrosar las masas de desempleados y forzar así los salarios a la baja.

El debate dentro de las organizaciones sociales y políticas que inciden en el movimiento obrero, es convencer los trabajadores de que lo que hay es que humanizar el capitalismo, que no hay una clase social que necesite ponerse a la cabeza de la sociedad, que las luchas se restringen a sectores específicos, de mujeres, de jóvenes, de campesinos, de enfermeras, lgtbi, negros o comunidades. Y que como en el siglo XIX, debe organizar partidos de peso electoral como el que tuvo la socialdemocracia. Lo que en ultimas oculta este argumento es que la clase obrera es la única que se opone objetivamente a la burguesía y al capital, por tanto es quien está en capacidad de dirigir la producción social en una nueva sociedad y que su fuerza reside en que es una clase con capacidad de organizarse internacionalmente y derrocar el régimen imperialista mundial, para instalar el socialismo mundial, agrupando a cada sector oprimido y liberándolo de la esclavitud y la opresión burguesa. Solo la clase obrera será capaz de construir un partido revolucionario, que se auto organice independiente del capital y la pequeña burguesía, y defienda las tareas democráticas de cada pueblo y libere la humanidad de la esclavitud asalariada. Solo la clase obrera verá la importancia de una organización revolucionaria internacional, que luchará por el fin de la dictadura del capital y bajo la cooperación del trabajo reorganizará la producción y los recursos al nivel de las necesidades de desarrollo de cada pueblo y respetando el equilibrio natural de los recursos. En el socialismo la avidez por la ganancia se erradicará, y las clases desaparecerán al primar la comunidad de intereses por la protección del planeta y la especie humana.

https://www.youtube.com/watch?v=yZSQCBSQqiY
https://es.wikipedia.org/wiki/Consumo_y_recursos_energ%C3%A9ticos_a_nivel_mundial
https://www.larepublica.co/globoeconomia/colombia-aporta-039-de-todo-el-pib-global-2484986
https://www.cepal.org/samtac/noticias/documentosdetrabajo/5/23345/InCo00200.pdf

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