Paro cívico nacional, contra santos y su plan

Luego de 17 días  se levantó el paro cívico en Chocó, con un acuerdo de inversión millonaria para carreteras y hospitales. Debemos ser vigilantes de que  no vuelva a ser una promesa incumplida. En Buenaventura se mantiene el paro cívico sin solución, y conflictos como los de Barranca, el Ministerio del Trabajo, el ICBF, el INPEC, los trabajadores estatales y magisterio, aún no tienen solución. En otras regiones aunque no hayan organizado paro cívico, sufren el desgreño estatal, y ante la ola invernal reciben el rigor de las inundaciones y los desbordamientos de ríos y quebradas, falta de agua potable y falta de hospitales.

Autor: Partido Socialista de los Trabajadores, Mayo 31 de 2017.

Los presupuestos corrientes y los dineros de las regalías siguen siendo saqueados por los gobernantes y empresarios corruptos, mientras los hospitales escuelas y puentes se derrumban. El presupuesto para salud y educación se le sigue entregando a la empresa privada y el sector financiero sigue aumentando exponencialmente sus ganancias.

En la zona fronteriza con Venezuela se agudizan los problemas sociales, pues ante la carencia de servicios básicos y empleos, se amplia la competencia por los pocos puestos de trabajo y los empresarios aumentan la explotación laboral, contratando trabajadores con salarios más bajos y sin garantías. Así mismo se incrementa la informalidad y se aumenta la xenofobia.

Estos hechos evidencian que la paz de Santos es el favorecimiento de las ganancias de los ricos sobre la  miseria y el hambre de los pobres.

El gobierno  colombiano hace esfuerzos por dividir los conflictos, desgastarlos y debilitarlos, con propuestas de acuerdos parciales y con declaraciones en los medios sobre la negativa de los sindicatos a negociar ante sus “generosas ofertas”. Los ofrecimientos de bonificaciones no son más que caramelos. Los trabajadores y entre ellos los maestros exigen reales incrementos salariales, garantías laborales  y aumento en el presupuesto para la educación pública, para atender coherentemente a  millones de estudiantes que forman parte de este sistema educativo.

Es imperioso que el Estado asuma su responsabilidad directa en la prestación de los servicios de salud y recupere la red hospitalaria pública, para garantizar este derecho a todos los trabajadores, maestros y la población en general, eliminando los jugosos negocios de los mercaderes de la salud.

Hoy más que nunca se hace necesario que ningún paro se levante hasta cuando se resuelvan todos los conflictos y que las centrales obreras orienten la realización de asambleas de trabajadores, organizaciones sociales, juntas comunales y padres de familia. Estas asambleas se pueden coordinar con Fecode y los sindicatos de maestros alrededor de las escuelas, con el objetivo de discutir y organizar un paro cívico nacional, para obligar al gobierno a modificar su política económica, para que se reduzca el presupuesto de las fuerzas armadas y se aumente el de salud y educación, a que se rebajen los salarios de gobernantes y se aumente el salario de los trabajadores a que no se pague la deuda externa y haya real inversión social. Que se recupere el  situado fiscal y los ingresos corrientes de la nación sean usados en un 50% en salud pública, educación pública, agua potable y saneamiento ambiental. Que se de respuesta positiva a los pliegos de peticiones y se cumplan los acuerdos.

¡Que la crisis la paguen los ricos!

¡No se puede hablar de paz sin mejora salarial!

 

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