A las calles, a sacar a Peñalosa

Peñalosa gobierna para la burguesía bogotana y para la burguesía nacional. Todos sus planes están al servicio de sus negocios y los de la gran burguesía. Por eso la consigna de revocatoria, desde los intereses de los trabajadores y la población pobre de la capital, es justa, pero no es suficiente sólo con firmas. Lo fundamental es la lucha en las calles para derrotar la maquinaria del Estado y los mecanismos de la democracia burguesa y sus instituciones.

La movilización nos permite unificar los conflictos y los sectores sociales que tienen contradicciones con el Alcalde: los trabajadores de las empresas de servicios públicos (Teléfonos, acueducto y energía) y los usuarios; los trabajadores y usuarios de transporte, víctimas de la inseguridad, el mal servicio y el alto costo; los trabajadores y usuarios de la salud; los maestros, padres de familia y estudiantes del Distrito (incluido el sector universitario) que enfrentan los planes que desmejoran la calidad de la educación (como la jornada única) y contra las degradantes condiciones laborales; los vendedores ambulantes; los activistas que están luchando contra el maltrato animal y contra la reapertura de la plaza de toros, los ambientalistas que luchan contra los planes de urbanización del alcalde como el de la reserva Van der Hammen, y los pobladores de los barrios populares que tienen todos los problemas juntos.

Las alcaldías del Polo y de los “progresistas”, junto con algunos sectores del Partido Liberal, a pesar de las mediaciones de su discurso reformista y las políticas asistencialistas, gobernaron para la burguesía, garantizando el avance de las políticas fundamentales del capital nacional e imperialista. El triunfo electoral de Peñalosa es parte de una decisión de la burguesía de asumir el control del gobierno distrital, directamente.

Peñalosa pretende paliar los problemas de la crisis social y los que causa el capitalismo en las grandes ciudades, con mayor privatización, represión policial y depredación del medio ambiente, entre otras nefastas medidas. Por eso su gobierno ha generado un rechazo importante en la población bogotana que se ve afectada por sus medidas y tiene que soportar diariamente la crisis del transporte, la descomposición social y el asedio policial entre otras formas en que se materializa su política.

La campaña de firmas, como está formulada, solo busca capitalizar electoralmente el descontento de sectores de la población hacia las elecciones parlamentarias y presidenciales del 2018, y al mismo tiempo evitar el compromiso, por parte de las direcciones políticas y sindicales mayoritarias, de organizar a los trabajadores y la población para enfrentar a Peñalosa mediante la movilización y el paro. Es decir, se contrapone la revocatoria a la movilización y la lucha.

Una alternativa de cambio, por la vía electoral no modificará en nada la situación. La experiencia con las últimas tres alcaldías del Polo y la de Petro no produjeron ningún cambio sustancial. Siguieron desarrollando las políticas neoliberales, profundizando la tercerización laboral en el Distrito y respondiendo a las necesidades de la población con tímidas políticas asistencialistas. No se apoyaron en la movilización para luchar contra la burguesía nacional y las transnacionales, para recuperar las empresas estatales, y los servicios públicos, la salud y la educación.

El mecanismo de la revocatoria, como todos los mecanismos de participación en la democracia burguesa, está diseñado para impedir que la salida de un cargo de elección popular sea producto de la decisión popular. Priman los mecanismos que sirven para dirimir las disputas interburguesas. Así lo mostro el intento de revocar a Petro.

Lo fundamental es la movilización, unificando todos los sectores víctimas del gobierno de Peñalosa, como agente del plan de Santos y de la burguesía nacional. Es la única forma de enfrentarlo, tumbarlo y lograr conquistas que permitan comenzar a superar los profundos problemas sociales.

 

Un plan de acción

Una buena campaña que tenga perspectivas posibles de derrocar al alcalde Peñalosa, pasa por definir un plan de acción. En ese sentido proponemos:

1-Asambleas de trabajadores y usuarios por sector para discutir el tema y organizar comités y coordinadoras.

2-Un encuentro Distrital amplio con delegados elegidos en esas asambleas

3-Jornadas de movilización, con fechas.

4-Un paro distrital con la participación de trabajadores y sectores populares.

 

Un programa general que unifique a la población con las reivindicaciones más sentidas

1-No a la venta de las empresas de Teléfonos de Bogotá (ETB) y demás empresas distritales, y por su reestatización completa. Esto es acabar con los intermediarios privados que lo único que les interesa es la ganancia y por eso sacrifican el servicio, y con ello el bienestar y hasta la vida de los habitantes.

2-Salud para todos. Salida de las EPS del Distrito Capital y prestación del servicio de salud por parte del Distrito, cancelación de todos los servicios de salud en concesión y recuperación bajo control de los trabajadores del sector y los usuarios de cada localidad. Esto evitará la corrupción y el desfalco del presupuesto estatal para la salud por parte del sector privado y los administradores.

3-Transporte estatal. Ante el fracaso del sector privado en el servicio del transporte, estatización bajo control de trabajadores y usuarios. Al suprimir el criterio de la ganancia y primar el buen servicio se pueden rebajar las tarifas. El Distrito puede adquirir buses en suficiente cantidad y por fin comenzar a construir el sistema masivo con el Metro.

4-Empleo para todos. Reduciendo la jornada laboral en sectores como la educación y el transporte, entre otros, se puede aumentar el empleo. Que a los vendedores ambulantes y demás sectores marginales se les garantice empleo con el desarrollo de obras públicas por parte del Distrito. No hay razón para que haya trabajadores que laboran hasta 16 horas diarias al tiempo que muchos se encuentran desempleados.

5-Vivienda para los pobres. Construcción de proyectos con subsidios para los estratos bajos. Los planes de vivienda se han convertido en un mecanismo para que los políticos hagan clientela y para que el sector financiero siga acumulando capital a costa de la necesidad de la población.

6-Defensa del Medio ambiente. Que se frenen los proyectos de construcción que perjudican el medio ambiente como el de la reserva forestal Van der Hammen.

7-Cultura y recreación para todos. Recuperación de la plaza de Toros para eventos culturales populares y no para tortura de animales, eventos elitistas ni negocio privado.

8-Que se prohíba la acción del Esmad en el Distrito. Las manifestaciones no necesitan de ese organismo represivo y los mismos manifestantes pueden controlar a los infiltrados y provocadores que terminan produciendo la disolución las manifestaciones.

Este programa, que es necesario, no lo implementará la izquierda reformista porque no lo hizo cuando estuvo al frente de la Alcaldía durante 12 años. Desde luego que tampoco la derecha porque va directamente en contra de sus intereses. Sólo podrá ser garantizado mediante la movilización y la participación directa de los trabajadores y la población pobre y desposeída, con un gobierno de los de abajo, de los trabajadores.

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