Contra el pacto de Santos-Uribe Movilización y Constituyente

El resultado del plebiscito produjo una importante crisis política que ha conducido a que Santos y Uribe busquen negociar un pacto. No hay que olvidar que estos dos políticos representan, en síntesis, a los dos sectores fundamentales de la burguesía nacional: Santos a la burguesía industrial tradicional y financiera, y Uribe a la burguesía emergente que se ha beneficiado del narcotráfico, terratenientes y ganaderos.

Las diferencias entre estos dos personajes, y las pugnas que han tenido durante los últimos años, tienen que ver con los intereses de cada uno de los sectores burgueses que representan. Es en ese contexto que buscan sellar el llamado pacto nacional para hacer ajustes a la repartija del poder político y los negocios. Además Uribe busca ganar más impunidad para los militares involucrados como victimarios, mientras cínicamente exige cárcel para los comandantes de las Farc. La consolidación de ese pacto fortalecerá su unidad para aplicar los planes contra los trabajadores y la población pobre y desposeída.

La clase trabajadora y los sectores populares debemos responder a ese nefasto pacto con la movilización. Los intereses de la burguesía y el imperialismo son opuestos a los de los trabajadores, sus ganancias son aportadas por la explotación del trabajo y la miseria de la clase trabajadora; la acumulación de la tierra en manos de los terratenientes y ganaderos es producto del despojo que por décadas le han usurpado al campesinado pobre, a las comunidades indígenas y a las negritudes; la burguesía de las empresas de servicios obtiene sus ganancias de lo que dejamos de comer los trabajadores para hacer los aportes a salud, pensión y pago de servicios públicos. Los empresarios de la educación se enriquecen con las onerosas deudas que adquieren los padres de familia y los estudiantes. Esto demuestra que la lucha de intereses entre las clases es irreconciliable. Los ricos ganan y se hacen más ricos, porque los pobres perdemos y nos empobrecemos cada vez más.

Las movilizaciones posplebiscito exigiendo la paz entre la guerrilla y el Estado son una presión para que Santos y Uribe no dilaten más la desmovilización de la insurgencia y ofrezcan garantías. Comienza a surgir un sentimiento de unidad entre los votantes del SÍ (no santistas) y los votantes del NO (no uribistas) por la paz militar entre insurgencia y Estado. Estas movilizaciones se pueden fortalecer si también se incluye la lucha contra la reforma tributaria, por aumento del salario mínimo acorde con el costo de la canasta familiar, por una salida a la crisis de la salud y la educación estatizando y acabando con el negocio privado de los capitalistas, y otras reivindicaciones más.

Un encuentro nacional obrero y popular por la paz (entre insurgencia y Estado) y por las reivindicaciones más sentidas de la población, permitirá darle continuidad a la movilización, y escalar la lucha a acciones nacionales centralizadas como un paro cívico nacional. Al calor de un proceso de movilización, con paros y huelgas, con organización independiente y exigencias, los de abajo debemos responder al pacto nacional de los de arriba. Al calor de la movilización podremos luchar por conquistar una Asamblea Nacional Constituyente de carácter amplia, libre, democrática y soberana, que legisle y produzca una nueva constitución política en favor de los de abajo. No confiemos más en los burgueses empresarios y terratenientes, ricos y poderosos. Ellos no van a garantizar una paz social, asumamos nosotros mismos, los de abajo, los trabajadores y sectores populares, nuestros propio destino. Organicémonos en forma independiente y luchemos en forma independiente.

Las direcciones de las centrales sindicales y de las organizaciones de izquierda que dicen representar los intereses de los trabajadores y sectores populares, deben romper el pacto de apoyo al gobierno de Santos que comenzó con su reelección y continuó con la campaña del plebiscito. De lo contrario que se hagan a un lado y permitan el surgimiento de una nueva dirección y la movilización independiente de las masas.

19 de octubre de 2016

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