NI RUSIA, NI YANQUIS, NI OTAN. ¡VIVA LA RESISTENCIA DE LOS OBREROS Y LOS PUEBLOS UCRANIANOS!

 

¿Qué pasa realmente en Ucrania?

Para entenderlo, es necesario partir de la profunda crisis que hoy vive el sistema capitalista mundial y, en su contexto, la exacerbación de la pugna entre las diferentes e inestables alianzas de las fuerzas imperialistas en disputa por las zonas geoestratégicas, sus “zonas de influencia”, los mercados, las rentas extraordinarias, las fuentes de materias primas y —sobre todo— la posibilidad de la explotación directa de la fuerza de trabajo de los pueblos. Necesitan descargar su crisis en los hombros de los trabajadores y los pobres del mundo, para recuperar la tasa de ganancia.

Bajo el capitalismo, las guerras mundiales, y/o las focalizadas, necesarias para la quema de capitales (usada como herramienta, tanto para el manejo de las crisis como para el incremento de las rentas puestas al servicio de la acumulación capitalista), han producido millones y millones de muertos, sobre todo en su fase imperialista que, hoy, amenaza la propia existencia de la especie humana y de la vida en todo el planeta. Detrás de las diferentes versiones sobre la necesidad que tienen unos y otros de hacer la guerra en Ucrania, no podemos olvidar o dejar de ver que, allí, se mueven profundos intereses económicos.

El Imperialismo norteamericano ha sido el campeón mundial de las agresiones a los pueblos del mundo. Como verdaderas aves de rapiña, siguen invadiendo y agrediendo a los pueblos como en Afganistán, con el cuento de “la lucha contra el terrorismo”, o como hicieron con Irak con el pretexto de acabar con armas de destrucción masiva que nunca fueron encontradas —pero sí hallaron millones de barriles de petróleo—, por poner sólo dos ejemplos. Muchas de las nefastas invasiones han sido impulsadas y llevadas a cabo, como ahora, bajo el embuste de una supuesta “defensa de la libertad”, cuando la única libertad que realmente defiende el imperialismo norteamericano (y todos los imperialistas) es la libertad de explotar, oprimir y robar a los pueblos del mundo.

Putin, y la oligarquía rusa, no se han quedado atrás en estas agresiones. Hoy quieren aparecer como los “defensores de la democracia” y campeones de la lucha contra el fascismo, cuando hace unos años el mismo Putin le hacía loas y se declaraba admirador de toda la derecha europea. Pero, además de los de otros pueblos, ha arrasado los derechos de las nacionalidades oprimidas de las antiguas repúblicas que hacían parte de la ex URSS, agenciando la represión a sangre y fuego contra las protestas de los trabajadores y de los pobres en contra de los planes de hambre y miedo, orientados por el Fondo Monetario Internacional, impuestos por los gobiernos y las diferentes burguesías también en Bielorrusia y Kazajistán. El régimen de Putin quiere mantener el control político, económico y militar sobre las antiguas repúblicas soviéticas, y —eso— hace que entre en contradicción con los diferentes imperialismos que también encuentran allí oportunidades económicas y militares.

Ahora, esta potencia militar del planeta ha desatado una feroz agresión contra Ucrania y sus pueblos. Desata esa agresión porque ve amenazados sus mercados tanto como su poderío económico y militar. Desde luego que debemos estar del lado de las nacionalidades oprimidas. Ucrania no es un país imperialista que se enfrenta en igualdad de condiciones a la agresión rusa, pero el Estado de Ucrania y sus voceros, son herramienta de la alianza de las fuerzas imperialistas de los yanquis y la UE. Reivindicamos lo que hizo Lenin, contrario a lo que Putin dice fue su “gran error”: ver como progresivo el nacionalismo de los pueblos oprimidos y rechazar el nacionalismo reaccionario de los opresores.

Apoyar la resistencia de los obreros y el pueblo, y no a la burguesía de Ucrania

El apoyo a la resistencia de los trabajadores y el pueblo ucraniano frente a la agresión de Rusia, no es, ni puede ser un apoyo al Estado, al régimen y al gobierno de Ucrania. El actual gobierno ucraniano de Zelensky ha sido un instrumento de las diferentes fuerzas imperialistas, agente y aliado de procesos y herramientas fascistas activas, no sólo en el territorio ucraniano; es uno de los principales responsables de las penurias y divisiones que hoy sufren los ucranianos y, también, de proseguir y agenciar el ingreso a la OTAN y a la Unión Europea que, lo único que traerá, será más hambre y represión para los trabajadores y el pueblo.

Las nacionalidades que tienen su asiento en el territorio ucraniano, están siendo arrasados por fuerzas que incluyen paramilitares y mercenarios, al servicio tanto de los yanquis como de Rusia.

 

Desarrollar la más amplia solidaridad con el pueblo y la nación ucraniana, hoy agredidos

Al tiempo que rechazamos y denunciamos la invasión rusa a Ucrania, también lo hacemos con la intervención imperialista de la OTAN y la Unión Europea. Tanto el imperialismo norteamericano como el europeo y el ruso no buscan la “libertad” del pueblo ucraniano, sino sus propios intereses —el manejo del gas y otras fuentes de ganancias extraordinarias—, avanzando y ampliando su influencia en la región.

En Colombia, este conflicto tiene particular importancia dado que Colombia, desde el gobierno de Santos, es Miembro Global de la OTAN; carácter que formalmente se limita a una relación de asistencia y cooperación en información con la OTAN, sin que esté obligado a participar militarmente como lo son los miembros plenos; pero implica una mayor subordinación al organismo militar más importante del imperialismo, por lo que las consignas de disolución de la OTAN y la exigencia de la ruptura de Colombia con este Tratado, son imperativas.

Estamos convencidos de la necesidad de desarrollar la más amplia campaña de solidaridad en apoyo a la resistencia obrera en Ucrania, para que los agresores imperialistas y la burguesía al servicio de uno u otro, sean derrotadas. Parte de esto, es contribuir al avance de una necesaria claridad a los trabajadores y pueblos del mundo sobre lo que realmente viene sucediendo en este conflicto; pero también asumir la solidaridad con las organizaciones obreras y populares de Ucrania acentuando el deslinde con los movimientos reaccionarios que al servicio del capitalismo y de diferentes potencias imperialistas se mueven allí. En nuestro país, debemos exigir la retirada de Colombia de la OTAN.

 

¡VIVA LA RESISTENCIA OBRERA YPOPULAR EN UCRANIA!

 ¡FUERA LAS TROPAS RUSAS DE UCRANIA!

¡NO A LA MANIPULACIÓN NORTEAMERICANA Y DE LA OTAN!

¡RETIRO DE COLOMBIA DE LA OTAN!

¡DISOLUCIÓN DE LA OTAN!

 

COSOLES – Nacional

1 de abril de 2022

 

 

 

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