Guaidó, Maduro y el imperialismo prolongan la agonía del pueblo venezolano

La asamblea general de la ONU que acaba de pasar fue nuevamente escenario de la confrontación política alrededor de Venezuela. Mientras Trump, Duque y Bolsonaro renuevan sus amenazas y pedidos de más sanciones contra el gobierno de Maduro, los representantes del régimen chavista y sus aliados se defienden agitando nuevamente la amenaza de agresión militar contra Venezuela. Mientras tanto la crisis social se profundiza en Venezuela.

Autor: Francisco Cuartas.

El presidente colombiano Iván Duque, uno de los mayores impulsores de la política imperialista contra el régimen de Maduro, denunció ante la ONU el supuesto apoyo de Maduro a las guerrillas del ELN y las disidencias de las FARC, entregando un extenso documento que contiene supuestas pruebas de esta colaboración. Al conocerse unas de las fotos presentadas como evidencia de presencia guerrillera en Venezuela, inmediatamente se dio a conocer por medios de comunicación que al menos cuatro de esas fotos fueron tomadas en territorio colombiano. El ridículo internacional envolvió al Duque y su intención de presionar la declaratoria de Venezuela como país protector del terrorismo.

Dime con quien andas y te diré quién eres

En contraste, otras fotos publicadas semanas antes se muestra cómo Juan Guaidó, el títere proclamado “presidente interino” por la oposición proimperialista venezolana, aparece posando en compañía de paramilitares de Los Rastrojos una de las organizaciones paramilitares responsable de muchos de los asesinatos de líderes sociales en Colombia. Las fotografías evidencian el apoyo y participación del paramilitarismo colombiano en las acciones dirigidas por Guaidó en la frontera colombo-venezolana para presionar la salida de Maduro.

Pero más allá del “apoyo logístico” de los paras colombianos para que Guaidó pudiera pasar la frontera por cruces clandestinos, lo que muestra es que la política de Washington y de sus aliados, no tiene nada que ver con la democracia y los derechos humanos como pregonan cínicamente. Así ha sido demostrado en el pasado, especialmente en Centroamérica y el Medio Oriente, en que Estados Unidos ha financiado y apoyado no solo regímenes corruptos y asesinos sino a ejércitos paramilitares y organizaciones terroristas para garantizar sus intereses en esas regiones.

Pero también demuestra, no solamente el carácter servil de Guaidó ante los intereses del imperialismo y del gobierno de Duque, sino que no tiene ningún problema en acudir a los peores criminales y asesinos para lograr su objetivo de derrocar a Maduro.

Negociando, negociando, las cargas se van acomodando

Pero mientras públicamente Guaidó y Maduro se baten entre el toma y dame de amenazas, denuncias y pruebas, la negociación entre el chavismo y buena parte de la oposición sigue avanzando. Producto de las negociaciones iniciadas en Oslo y luego trasladadas a Barbados, tanto chavistas como opositores se acercan a un pacto de transición negociada para salir de la crisis en Venezuela. El reciente acuerdo entre el gobierno y el sector de la oposición que sigue negociando en Barbados, ha traído de regreso a los diputados chavistas a la Asamblea Nacional. Las negociaciones van encaminadas a pactar un nuevo proceso electoral en que tanto el chavismo como la oposición logren de manera controlada llevar la crisis, el descontento y la explosividad social al terreno electoral y así pactar el reparto de la renta petrolera.

Maduro ha aprovechado tanto la negociación como la crisis al interior de la oposición y los constantes fracasos de Guaidó para sacarlo del poder. Así, a pesar que la crisis económica, social y humanitaria se profundiza día a día, Maduro ha logrado un compás de espera que le ha permitido seguir profundizando las medidas antiobreras y la represión sistemática al descontento social.

Por una salida independiente y obrera a la crisis

Pero mientras la oposición en cabeza de Guaidó pierde legitimidad, el descontento ante la desesperante situación de miseria y escasez sigue estallando en procesos de lucha y movilización. Así luchas importantes de los trabajadores petroleros, y sobre todo de los maestros de la educación pública se suman a múltiples luchas contra los despidos, los ataques al salario y las condiciones de supervivencia de la clase trabajadora.

El régimen dictatorial de Maduro es el principal responsable de la catástrofe social y humanitaria, agravada por las sanciones y el bloqueo económico imperialista, y mientras Maduro continúe en el poder seguirá descargando esta crisis en el conjunto de la población pobre del país. Pero por el otro lado, la oposición burguesa, y sus distintas fracciones continúan apelando a la intervención imperialista, incluso con acciones militares, para devolverles el poder y el usufructo de la renta petrolera, para imponer a los trabajadores y el pueblo un plan de recuperación de la economía al servicio del gran capital venezolano e imperialista.

Por eso la única salida es la organización independiente de la lucha y la movilización para sacar a Maduro del poder al tiempo que le cierre el paso al creciente intervencionismo imperialista. Y sólo la clase obrera construyendo organizaciones independientes del oficialismo chavista y de la oposición de Guaidó, podrá encontrar una salida a la crisis que alivie a la mayoría de la población sumida en la miseria. Solo un plan obrero frente a la crisis logrará reestatizar los más importantes medios de producción, para ponerlos al servicio de garantizar las necesidades básicas de toda la población.

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