Cartagena: Elecciones, pobreza y racismo

En Cartagena, según el Informe Cartagena Cómo Vamos 2018, el 25,9% de su población vive en pobreza monetaria y el 3,4 en pobreza extrema, siendo la ciudad capital con las cifras más altas. Mientras tanto, se anuncia el inicio de la Quinta Avenida de Manga y de dos nuevos peajes urbanos en la ciudad, que paga la tarifa de servicio de transporte más alta del país.

Autor: Fredis Marrugo, Presidente de Ustrial

Y ya son nueve los alcaldes que la han administrado en siete años, en una disputa por el botín de proyectos como la protección costera, el Plan Maestro de Drenajes Pluviales, la conversión del Cerro de La Popa en un parque natural y los planes urbanísticos sobre el lote de la Base Naval, más de 500 mil millones de pesos que serán ejecutados en los próximos años.

Recientemente, se han escuchado los audios del parapolítico Vicente Blel Saad, en los que no solo muestra cómo el gobernador Dumek Turbay y el senador Lidio García se han repartido los contratos y los recursos del departamento de Bolívar, sino en general cómo se distribuyen la burocracia y, sobre todo, cómo es imposible vencerlos en las urnas.

El planteamiento de Blel es sencillo: en una ciudad con esos índices de pobreza es muy fácil poner a funcionar una maquinaria de compra-venta de votos. Blel manifiesta, además, expresiones racistas, diciendo que “Del Pie de la Popa para allá lo que hay es un montón de negros flojos”.

En Bolívar, la burguesía se ha unificado en torno al hijo de Vicente Blel, conocido como Vicentico, Vicente Blel Scaff. De igual manera, en Cartagena apoyan a William García Tirado, quien también está bajo amenaza de ser inhabilitado por investigaciones en curso de los entes de control, pero que casi con seguridad será el nuevo mandatario.

Por parte del reformismo, se pusieron de acuerdo en una lista al Concejo tanto el Polo Democrático como Colombia Humana, pero en las candidaturas a la Alcaldía mantienen la división, pues ninguno de los llamados alternativos tiene opciones reales de llegar a la Alcaldía, entonces prefieren medir fuerzas pensando en las presidenciales.

Los candidatos de Colombia Humana y el Polo provienen del empresariado, Adelina Covo es una liberal samperista y Nabil Baladí es un empresario local que incluso ha tenido diálogos con sectores uribistas como el Pastor Arrázola y Fernando Araujo. Por otra parte, William Dau, un candidato independiente que ha denunciado la corrupción a través de redes sociales, aparece como un pequeño fenómeno político entre los llamados ‘alternativos’, pero su discurso más allá de las denuncias es llevar las prácticas de la empresa privada a la administración pública, esto es, más neoliberalismo.

Por ello, creemos que la clase trabajadora y los pobres no tenemos opción en estas elecciones regionales en Cartagena y Bolívar, y votar en blanco es una forma de decir no más a los candidatos burgueses y no más al oportunismo electoral de los reformistas, que no se unifica en las luchas, que no fue capaz de definir un candidato de la clase trabajadora, en asambleas sindicales. Pero ¿qué podemos esperar en una ciudad en la que hace cinco meses no se reúne el Comité Ejecutivo de la CUT?

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