Asesinato de María del Pilar Hurtado: solo la movilización detendrá esta masacre

El asesinato de una mujer en Tierralta, Córdoba, causó indignación tras la viralización de un video en el que uno de sus hijos llora al pie de su cadáver en un barrio de invasión en este municipio. Su nombre era María del Pilar Hurtado y venía procedente del departamento del Cauca, días antes había circulado un panfleto de las Águilas Negras amenazando a varios líderes sociales por la ocupación de terrenos para construir sus viviendas.

Autor: Partido Socialista de los Trabajadores – Comité Ejecutivo, julio 24 de 2019

De inmediato, el uribismo reaccionó descalificando el asesinato porque María del Pilar no era líder social e incluso diciendo que su asesinato solo servía a la izquierda para aumentar las cifras de personas asesinadas. Por su parte, el Ministro de Defensa, Guillermo Botero, encargado de la presidencia debido al cuestionado viaje de Duque a Europa, reaccionó culpando al ELN, organización que no tiene presencia en esa región.

De igual manera, el Alcalde de Tierra Alta, el uribista Fabio Otero, expidió un comunicado en el que desmiente que María del Pilar estuviese amenazada, horas después se conocería que los lotes por los cuales amenazaron a los líderes sociales en este municipio, pertenecen a su familia y que su padre tiene varios predios en proceso de restitución por haber sido despojados a campesinos. La ONG Cordoberxia asegura que “las Autodefensas Gaitanistas amenazaron a los invasores de ese lote y que por ello mataron a Hurtado”.

Porque tras los asesinatos a líderes sociales, a ex combatientes de la insurgencia y a personas que luchan por una vivienda, como el caso de María del Pilar, están los intereses económicos de quienes se oponen a estas luchas – terratenientes y empresarios – que además cuentan con la complicidad del Gobierno que niega la sistematicidad de la masacre y en la mayoría de ocasiones con la participación de la Fuerza Pública y la Fiscalía General de la Nación que solo actúa cuando los afectados son de la burguesía o sus instituciones.

Pero a pesar de la indignación generalizada, dos días después asesinan a en Caloto, Cauca, a Carlos Biscué, comunero del resguardo social indígena Huellas de la Vereda de Piendamó. Es decir, la masacre de líderes sociales continuará, a pesar de que algunos casos tengan más visibilidad que otros o causen un mayor impacto en la opinión pública.

El Partido Socialista de los Trabajadores exige al Gobierno de Duque y a la Fiscalía que los culpables de los asesinatos de María del Pilar Hurtado y Carlos Biscué respondan, solo tienen que indagar en los intereses empresariales a los que les incomoda su lucha. Hacemos un llamado a las centrales sindicales, a las organizaciones sociales y los partidos alternativos y de izquierda a responder con movilizaciones masivas para detener este genocidio y a preparar un Paro Nacional que detenga los planes de Duque y el imperialismo contra la clase trabajadora y los sectores populares.

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