Un cambio en la coyuntura

Para los trabajadores es muy importante determinar cuál es la correlación de fuerzas entre las clases sociales, concepto, que tanto el gobierno como los partidos políticos que comparten el poder, se empeñan en negar. “No queremos lucha de clases”, “queremos unidad y progreso para todos” pregonaba el hoy presidente Duque cuando era candidato. Es evidente que los burgueses, lo que no quieren es que haya lucha de los trabajadores, de los explotados y oprimidos en contra de sus políticas y mucho menos que esa lucha los ponga contra las cuerdas. Por eso siempre están pensando como utilizan las instituciones del Estado a su favor, en forma de engaños o con la fuerza bruta y la represión o una combinación de las dos.

Autor: Comité Ejecutivo, Partido Socialista de los Trabajadores. Enero 29 de 2019

La poderosa movilización de los estudiantes, que contó con un importante apoyo popular, fue desmontada a finales del 2018 mediante una combinación de zanahoria y garrote. Esta consistió en un acuerdo que aplaza la verdadera solución , a cambio de unos recursos. Para llegar a esa firma, el gobierno utilizó la represión para intentar doblegar al movimiento y la presión para que los voceros aceptaran el acuerdo bajo el chantaje de “lo toman ya, o lo dejan” lo que produciría una fuerte división en las bases y entre los propios negociadores, por no haber consultado con ellas su firma, un método cuestionado cada vez más por las bases que luchan.

Mientras tanto, el gobierno y los partidos en el Congreso “negociaron” para sacar los puntos más irritantes de la reforma tributaria (ley de financiamiento), que le estaban costando a Duque una baja sustancial de su popularidad. Desmontada la lucha estudiantil que había colocado sobre el tapete la posibilidad de juntar un gran movimiento de los explotados contra el gobierno, desaprovechada esta posibilidad por parte de las direcciones de los sindicatos, las centrales y la llamada “oposición” se culmina con otro golpe a los trabajadores: la negociación de un salario mínimo pírrico que el gobierno aprovecha para alardear su preocupación por los más pobres presentándolo falsamente como “el más alto de los últimos 25 años”.

A comienzos de año, cuando el movimiento estudiantil se reorganizaba, el ELN le hizo un gran favor al gobierno con el atentado terrorista a la escuela de policía General Santander. Duque lo ha sabido aprovechar para fortalecerse pasando a la ofensiva con una campaña reaccionaria de “unidad contra el terrorismo”. El 20 de enero los protagonistas en las calles ya no eran los estudiantes y los trabajadores organizados sino el gobierno y sus ministros, los empresarios, los dirigentes de los partidos de la burguesía corrupta, y hasta algunos de la oposición de “izquierda” y sectores de masas que fueron entregados en bandeja de plata por el ELN a esta repugnante burguesía.

El gobierno de Duque y el Centro Democrático están utilizando la situación para imponer su verdadera política “de paz”, la que ejecutaron durante los mandatos de Uribe. Aprovecharán para avanzar en la imposición de los planes económicos en contra de los trabajadores y el pueblo, en el asesinato de líderes sociales y reclamantes de tierra a los que seguramente van a presentar como “falsos positivos” y en el recorte del derecho de protesta y movilización. La coyuntura internacional abierta con el reconocimiento del espurio gobierno provisional del Guaidó en Venezuela, apoyado por toda la derecha continental y por el gobierno imperialista de Donald Trump, ratifica este cambio en la coyuntura a favor del gobierno.

Retomar la lucha y la movilización

No nos quepa duda, los estudiantes y la juventud, los trabajadores, los sectores populares y dirigentes sociales, tenemos que retomar la ofensiva en la lucha. No más terrorismo de las bandas paramilitares que asesinan dirigentes sociales de manera sistemática ante la mirada cómplice del gobierno. No más amenazas de acabar con el sistema pensional de prima media, no más salarios miserables, no más feminicidios. No más robo de los recursos para la salud, no más corrupción y robo en las empresas estatales, no al alza en los impuestos para los trabajadores y los más pobres No más intervencionismo ni amenazas por parte del imperialismo yanqui y un largo ¡No Más, Basta!

El encuentro nacional convocado para el próximo 9 y 10 de febrero, por organizaciones sindicales, sociales, políticas de los trabajadores, estudiantiles y populares, es la mejor oportunidad para que aprobemos un plan para retomar la lucha hasta desembocar en un paro cívico nacional. Los trabajadores estatales están en proceso de presentación y negociación de pliegos, de manera que pueden encabezar este plan que unifique a todos los sectores explotados bajo un solo pliego nacional que centralice las peticiones más sentidas de los trabajadores y el pueblo.

Preparar por la base el plan de lucha hacia el paro, en cada fábrica, en cada barrio, en cada vereda, en cada sitio de trabajo y de estudio mediante asambleas democráticas, así como lo hicieron recientemente los estudiantes, es el camino. No más llamados burocráticos al paro nacional para luego levantarlo como han hecho año tras año, desgastando ante los trabajadores esta invaluable herramienta de lucha. Tenemos que presentarle a los trabajadores y sectores populares una verdadera, creíble y confiable alternativa de lucha y de movilización. Esta es la apuesta del PST al tiempo que construimos un partido nacional y mundial verdaderamente socialista.

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