No es la paz, es la lucha la que nos está costando la vida

Después del proceso de paz con las FARC, se ha comenzado a visibilizar el asesinato de líderes sociales en Colombia, debido a que antes de la desmovilización estos líderes eran presentados como auxiliadores de la insurgencia o como civiles que caían en las disputas territoriales.

Autor: Alonso C.H.

Ahora, el aparato de terror estatal que brinda la cobertura operacional y la impunidad a las bandas criminales que –al servicio de terratenientes, transnacionales, carteles de la droga, gamonales políticos, fuerzas militares y de policía– asesinan a opositores de toda índole: desde quien protesta con una acción popular contra una empresa que contamina un río hasta quien reclama la tierra que le fue despojada.

¿Quién asesina a los líderes sociales?

La mayoría de las veces, las amenazas a líderes sociales vienen firmadas como Águilas Negras, sin que las autoridades hayan revelado nunca cómo funciona esta estructura que tiene presencia en 27 de los 32 departamentos del país. No se conoce su organigrama, ni sus cabecillas, ni sus principales lugartenientes regionales.

Recientemente, la Fiscalía ha reconocido que el asesinato de los líderes sociales es sistemático, aunque niega la participación de agentes estatales, ante los señalamientos de organismos de derechos humanos que dicen que, ante la inexistencia de una estructura militar, son estos agentes estatales la única fuerza armada que tiene tal presencia militar.

¿A quién le sirve la muerte?

El gobierno uribista de Iván Duque sostiene que el asesinato de líderes sociales se debe a las disputas de los carteles de la droga, sin analizar que la mayoría de las personas asesinadas no se encuentran en zonas de cultivo y tráfico de sustancias ilícitas y sin mencionar una de las principales causas: el reclamo de tierras despojadas.

Lo cierto es que las causas por las que mueren los líderes sociales son diversas y están vinculadas a los intereses de los poderosos según las regiones en los que son asesinados. En muchas zonas se debe a la resistencia de comunidades dedicadas a la minería artesanal, en otras a campesinos que se encuentran en procesos de sustitución de cultivos, pero el reclamo de tierras es el primer factor e incluso en el Caribe Colombiano se ha conocido de la existencia de un Ejército Anti-restitución de Tierras.

¿Cómo parar los asesinatos?

Solo la movilización organizada de las masas puede parar esta masacre, porque es necesario entender que no es el proceso de paz el que le está costando la vida a los líderes sociales sino la lucha por sus derechos.

La pasada Velatón por los Líderes Sociales fue una iniciativa importante, pero debemos entender que esta masacre no es una consecuencia del proceso de paz, sino que es una respuesta criminal del Estado a las luchas sociales, que ha sido su política de exterminio de la oposición política y social.

En ese sentido, debe cambiar la concepción de que este es un palo en la rueda al proceso de paz, más que eso es una política sistemática de exterminio a quienes organizan las luchas sociales y por tanto es necesario que la respuesta sea también sistemática, que las organizaciones sociales y políticas convoquemos paros regionales y nacionales cada vez que sea asesinado un líder social.

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