Lucha y movilización para defender la educación superior

Al cierre de esta edición de El Socialista el PST asistió, junto con otros miles de docentes, a la importante marcha del 25 de julio convocada por Fecode, un ejemplo notable de lo que debe ser la actitud de la clase obrera y los estudiantes ante los planes del próximo gobierno encabezado por Iván Duque. Sumado a los indignantes asesinatos sistemáticos de los líderes sociales, lo que nos espera a los estudiantes en el “nuevo” gobierno de Duque es más de lo mismo que vivimos con Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez en el pasado: la continuidad de los planes que garantizan la precariedad y la imposibilidad de acceso a la educación superior y permanencia para los más pobres.

Autor: Unidad Estudiantil UNES

En pasadas ediciones hemos reiterado la pleitesía de la burguesía nacional ante los planes del imperialismo. El ingreso de Colombia a la OTAN y la OCDE –que dejó listo Santos hacia el final de su mandato– será lo que evidentemente determinará la hoja de ruta de las políticas públicas en términos de salud, educación y pensiones. Como hemos expresado en otras ocasiones, la OCDE juzga los programas de subsidio a la demanda como Ser Pilo Paga o las alianzas público–privadas, como ejemplo de las buenas prácticas en términos internacionales. De hecho, esto es lo primero que encontramos al echar un vistazo a la página web de la Fundación Empresarios por la Educación (ExE), entidad de la cual fue directora la ex secretaria de educación en Bogotá, la economista María Victoria Angulo, nueva ministra de educación nombrada por Ivan Duque.

“Entre estas organizaciones [aliadas de ExE] se encuentran la Fundación Ford, la Interamerican Youth Foundation, la Red Propone, la Red América, el BID, el Consejo Británico, la Comunidad de Madrid, la Unesco y la Unión Europea. Nuestra experiencia ha sido reseñada como una buena práctica.1 en América Latina y, por ello, la Fundación ha apoyado a distintos países que han querido replicar esta iniciativa, entre los que cabe mencionar a Guatemala, Perú, Ecuador, México, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y la República Dominicana.” Así pues, además de ser una reconocida corrupta2, se sabe que la próxima ministra de educación hizo parte de una entidad que propugna por, nada más y nada menos que expandir los alcances de las políticas imperialistas a lo largo y ancho de América Latina, y que por lo tanto, es aplaudida por sus buenas prácticas.

Iván Duque sabe muy bien cómo hace sus cosas. En lugar de darle la razón a demócratas escandalizados como Julián De Zubiría, quienes creían que el ex procurador Alejandro Ordóñez quedaría a la cabeza del Ministerio de Educación, se decantó por una persona mucho más cercana a su perfil: joven, repleta de títulos, aparentemente una administradora eficiente y con conocimiento en el sector educativo. Esta es una jugada hábil para convencer al trabajador desprevenido de que las buenas políticas surgen de un buen sentido de administración. Por eso mismo, el pedagogo y columnista De Zubiría, quién en la campaña electoral había dado su voto por Fajardo y por sus propuestas educativas, se empeña en “convencer” a Angulo a través de una carta publicada en Semana de que traicione el programa educativo que ha impulsado Duque hasta ahora. Los trabajadores y los estudiantes pobres no podemos ser tan ingenuos y creer que con un poco de “buena fe” esta tecnócrata dará un viraje a los planes en marcha, absolutamente nocivos para la educación. ¿Cuáles son estos?

El propio Duque los expone en sus “Diez propuestas para la educación en Colombia”, entre las cuales se anuncian los aumentos de créditos educativos o la proliferación de los “ahorros programados”, que asfixian a los trabajadores al punto de hacerlos renunciar a sus cesantías para asegurar el acceso de sus hijos e hijas a la educación superior. Es decir, violentar un derecho para “garantizar” otro. De ninguna manera se piensa desmontar el perverso programa Ser Pilo paga, por el contrario se le sumará el Ser Profe paga, para que ahora también los profesores tengan derecho a endeudarse para mejorar la calidad de la educación que ofrecen.

Y si nada de esto es suficiente, ¿por qué no mejor ahorrarse los costos de manutención y desplazamiento a través de la educación a distancia? El objetivo NO es hacer efectivo el derecho a educarse, sino “administrar mejor”, o en otras palabras, conseguir que los trabajadores y los pobres vean cómo se ajustan mejor el cinturón para poder terminar una carrera, bien sea endeudándose, o maniobrando para trabajar y estudiar al mismo tiempo. Por ello mismo dentro de los criterios de calidad educativa se incluirá el porcentaje de “empleabilidad” que generen las universidades. En síntesis, para mejorar la educación como negocio nada mejor que una economista como María Victoria Angulo, aliada del odiado Peñalosa, quien tiene claro los intereses que debe defender: los de los ricos de Colombia y del mundo.

Aunque reconocemos el loable esfuerzo de intelectuales y de otras organizaciones de izquierda o incluso de entidades gubernamentales que genuinamente se interesan en la educación, no compartimos sus tácticas de emplazamiento. Más bien saludamos el paro de los maestros y reconocemos que en la movilización y la lucha está la claridad acerca de cómo debemos comportarnos respecto a la continuidad del proyecto capitalista y neoliberal, ahora en cabeza de Duque y Angulo. Debemos reconocer en ambos a nuestros enemigos y no esperar nada de sus supuestas dotes administrativas. Sólo la lucha, la movilización masiva y la organización democrática pueden echar atrás los regresivos planes que quieren imponernos, de los cuales ya hemos visto frutos amargos.

  1. Subrayado nuestro
  2. “La nueva ministra es recordada por haber contratado en la alcaldía de Enrique Peñalosa en Bogotá $177.461 millones con la Cooperativa de Suministros de Alimentos de Colombia, la misma cooperativa que cobró pechugas de pollo a 40 mil pesos para los niños pobres en Cartagena.” Fuente: https://bit.ly/2KdOdJs

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