¡Ni un día de tregua para Duque! ¡No más asesinatos, paro nacional inmediato!

Iván Duque es un enemigo declarado de los trabajadores y la población más explotada, no solo por provenir del sector burgués más reaccionario del país agrupado políticamente en el partido Centro Democrático, y ser además el pupilo del expresidente Álvaro Uribe, sino también porque todos sus planes políticos y económicos están al servicio de favorecer a los más ricos empresarios nacionales e imperialistas.

Autor: Comité Ejecutivo del PST, agosto 7 de 2018

Lo que se viene para los trabajadores bajo el gobierno de Duque, es la regresiva reforma pensional, la profundización de la privatización de la salud y la educación, el incremento de impuestos, la rebaja del salario mínimo para millones de familias que solo tienen este ingreso, el mantenimiento y profundización de la tercerización laboral, la prohibición de hecho de la protesta social y la continuidad de los asesinatos de dirigentes sociales y desmovilizados, junto a un fortalecimiento del régimen y la protección a los militares y paramilitares con la reforma a la JEP.

Por otro lado, alrededor de ocho millones de colombianos, miles de ellos trabajadores, expresaron su inconformidad tras 16 años de gobierno bajo la capa del uribismo y sus sectores burgueses aliados, por medio de un voto al candidato Gustavo Petro. Son esos ocho millones los que debemos tomar hoy, tras las elecciones, la vía de la movilización y la lucha para no darle ni un respiro a Duque y así derrotar sus nefastos planes contra la población y la clase trabajadora. No podemos dejarnos chantajear de los paramilitares y asesinos a sueldo que silencian a los líderes sociales, por el contrario hay que salirles al paso con un Paro Nacional y adoptar la consigna: ¡Ante cada asesinato, paro nacional inmediato! Hay que retomar esta consigna para hacerle saber no solo a los asesinos a sueldo sino también a quienes los financian, que un amplio sector de la población y los trabajadores no estamos dispuestos a seguir viendo caer a los líderes sociales, sindicales, de derechos humanos y tampoco a dejar pasar los planes de explotación y miseria contra el pueblo trabajador.

El domingo 29 de julio en el diario El Tiempo se publicó el “Pacto de rechazo a la violencia contra líderes sociales” encabezado por el presidente Juan Manuel Santos e Iván Duque y los representantes de los partidos que hacen presencia en el Congreso y los poderes públicos. Rechazamos la firma del mismo por parte de Gustavo Petro, Aida Abella, el partido Fuerza Alternativa Democrática del Común (Farc), el Polo Democrático y aquellos que en el congreso dicen representar a la izquierda. Es una vergüenza porque es un pacto para lavarle la cara al presidente saliente y al entrante, a los partidos de la burguesía que han gobernado este país a sus anchas durante más de 200 años y son los responsables de la violencia, la pobreza y la miseria, que 8 millones –la inmensa mayoría trabajadores– rechazamos el pasado 27 de junio en las urnas, y que ya veníamos haciendo en las calles.

¡A las calles a luchar!

Esos 8 millones esperaban que la Colombia Humana y los partidos que han sido y están siendo víctimas del exterminio lideraran un gran movimiento de lucha: que cada voto se convierta en un grito de protesta en las calles. Esperábamos que este 7 de agosto, así como el 6 de julio, las plazas se llenaran al grito de “no más asesinatos y no más Uribe”, al grito de “Uribe paraco el pueblo está berraco”. No esperábamos ver su firma al lado de la de los responsables del paramilitarismo, de los falsos positivos y de la miseria, en un PACTO hipócrita de rechazo a la violencia que ellos mismos propician contra los líderes sociales.

Así como acompañamos a todos los inconformes en las pasadas elecciones presidenciales votando críticamente por Gustavo Petro, ahora proponemos que nos volquemos a las calles en una verdadera oposición de lucha y de clase, pues estamos convencidos que esta es la única vía por la cual las profundas transformaciones que requieren los trabajadores y los pobres pueden ser posibles. De la misma forma que los trabajadores argentinos, hondureños, haitianos y nicaragüenses se levantan hoy por medio de la movilización y la lucha directa contra sus gobiernos y regímenes, le corresponde el turno a los trabajadores colombianos, sin darle ni un día de tregua a Duque, para poderle dar fin a este ciclo de masacres, miseria, represión y explotación sin límites, y darle paso a un gobierno de los trabajadores.

La consulta anticorrupción la respaldaremos porque se ha convertido en una nueva medición de fuerzas con el gobierno de Duque y el uribismo. Lamentablemente otra vez en las urnas y no en las calles. No creemos que las siete medidas que propone la consulta le hagan mella a la corrupción y mucho menos que la acabe. Por eso tenemos que ir más allá depositando otra papeleta en la que propongamos una Constituyente libre, amplia, democrática y soberana que tome medidas de verdad radicales contra el corrupto sistema capitalista y a favor de los trabajadores y los pobres.

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