Por un 25 de noviembre de lucha contra la violencia hacia la mujer

La violencia contra la mujer no es un fenómeno aislado, avanza y se agudiza en Colombia y en cada rincón del mundo. Los datos muestran que a nivel mundial crece la resistencia de las mujeres contra la violencia, pero a la par crecen los feminicidios, violaciones y demás. Es posible que se trate de una especie de “reacción” de la sociedad machista contra las luchas. En Argentina por ejemplo fue asesinada una de las activistas del movimiento Ni Una Menos al día siguiente de una de las marchas.

Autor: Comisión de la Mujer PST

 El recrudecimiento de la violencia contra la mujer también se debe al ascenso de ideologías machistas y reaccionarias, en algunos casos sectores religiosos reproducen sistemáticamente doctrinas de subordinación de la mujer hacia su pareja. Estas conductas de no obediencia y rechazo al maltrato en el hogar, llegan a ser vistas como “pecado” frente a la comunidad religiosa. En este sentido, estas ideologías si bien no incitan a la violencia de forma directa, sí colocan a la mujer en un estado de culpabilidad y vulnerabilidad permanente.

Las crisis económicas capitalistas vienen acompañadas del auge de ideologías que pretenden abaratar la mano de obra y enviar a los oprimidos a sus casas como ejército de reserva, mujeres, negros e inmigrantes se convierten en el chivo expiatorio de la crisis. Los empleos de las mujeres son los primeros en perderse, el desempleo y las deudas generan crisis de pareja que sirven de sustrato a la violencia intrafamiliar y dificultan las posibilidades de que las mujeres sean independientes.

Día a día las mujeres tenemos que soportar en espacios públicos y privados el machismo y la opresión. Esta conducta violenta fomentada por el Estado, quien somete y esclaviza a la mujer en el hogar, condena y persigue que decida sobre su cuerpo, señala y culpabiliza cuando denuncia a su agresor y condena a la pobreza con salarios de miseria.

 

¿Por qué el 25N?

Esta fecha se conmemora desde el año 1981 llevándose a cabo en Bogotá el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Rememora el brutal asesinato de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre de 1960 en República Dominicana1. Estas mujeres luchaban clandestinamente contra la dictadura de Leónidas Trujillo, quien ordeno acabar con ellas luego de mantenerlas presas y torturarlas.

La conmemoración de esta fecha fue oficializada en 1999 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y denominada como “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, en esta fecha los gobiernos aprovechan para convocar a marchas, lanzar programas contra la violencia machista, mostrar cifras alarmantes y opacar las luchas que cada día las mujeres emprenden contra los planes de ajuste que empobrecen y explotan a las mujeres trabajadoras y a la clase obrera en general. Lanzan discursos hipócritas en los que pretenden lavarse las manos y desconocer su responsabilidad en la violencia estructural, y su falta de compromiso con soluciones reales.

En este sentido no es suficiente con conmemorar el 25N como día contra la violencia hacia la mujer, todos los días aumenta la cifra de casos y no hay políticas efectivas que frenen en alguna medida los abusos y el acoso que cada mujer ha sufrido por lo menos una vez en su vida. No se trata de tener un día para que no haya violencia. Se trata de erradicar la violencia hacia las mujeres y los oprimidos y explotados.

Y no es para menos, la historia ha demostrado que la opresión a la mujer no ha existido siempre ni es natural, sino que surgió con la división de la sociedad en clases, la propiedad privada y el Estado, en este sentido la abolición de la opresión de la mujer únicamente se dará con la abolición de las clases sociales y el triunfo de la revolución socialista mundial.

 

Un 25N combativo y revolucionario

Muchas de estas manifestaciones de violencia contra la mujer se presentan como consecuencia de la decisión autónoma de alejarse de su pareja agresora o también de mujeres que han encabezado luchas sociales y han sido asesinadas, como en el caso de los asesinatos a lideresas sociales luego de la firma del acuerdo de paz con las FARC. Generalmente estos casos quedan en la impunidad hasta el punto que las mujeres deben convivir con su victimario, o el caso queda cerrado por la fiscalía al tratar los feminicidios como crímenes pasionales o lo que es peor culpar a las mujeres de la agresión; en la semana santa de este año tuvimos que ser testigos vía televisión del feminicidio de Claudia Rodríguez en un centro comercial, la razón es que la justicia liberó al agresor en varias ocasiones, el Estado es responsable de este y muchos otros casos

El 25N es una oportunidad para que las mujeres tomemos la bandera de lucha contra la violencia y la opresión, así mismo debemos rechazar la institucionalización de este día por la ONU y los Gobiernos que aprovechan para lanzar planes asistencialistas, sin plantear ninguna solución a la grave problemática. Esta es una fecha oportuna para unificar luchas contra el machismo y reivindicar las luchas de las mujeres, los jóvenes y la clase trabajadora, que en el último año han venido desarrollándose en el mundo contra las políticas de los gobiernos burgueses.

Es claro que la lucha contra el machismo no corresponde únicamente a las mujeres como muchos sectores del feminismo lo reivindican, sino que debe ser una lucha permanentemente del conjunto de la clase obrera en contra del sistema capitalista opresor que lo fortalece y mantiene.

Por eso llamamos a las organizaciones sociales, populares y de izquierda, a las organizaciones obreras representadas en centrales y sindicatos, al comando nacional unitario, a que este 25 de noviembre tomemos las calles contra la violencia machista y contra el estado burgués que la fomenta. Recuperemos los métodos de lucha de los trabajadores, usemos la unidad para luchar siguiendo el ejemplo de las compañeras de Argentina y muchos otros países.

 

 

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