No al apoyo a los ricos del campo

Artículo de Opinión

 

La CUT, el Polo, Robledo y gran parte de la izquierda ha salido a defender a los arroceros por la crisis que pasa este sector debido, No debido a los TLC, sino a la liberación comercial y baja de aranceles de este producto. Marx (Discurso sobre el libre cambio), Engels y Lenin preferían el libre comercio sobre el proteccionismo, porque “Corroe las viejas nacionalidades y lleva al extremo el antagonismo entre la burguesía y el proletariado. En una palabra, el sistema de la libertad de comercio acelera la revolución social” (Marx: 1848). Sin embargo, la burguesía nacional y los terratenientes desean mantener el monopolio del mercado nacional.

Autor: Andrés Pérez 

El propósito del texto es demostrar porque apoyar la lucha de los arroceros, que la han vendido como una lucha reivindicativa, no es más que apoyar a los terratenientes en Colombia y su historia de explotación de mano obra jornalera.

La pequeña producción arrocera es la que se hace en las fincas menores a las 10 hectáreas que son la mayoritaria de las unidades productivas (UPAs), pero solo representan el 14% del área arrocera. Los grandes gamonales (terratenientes) son los que producen en las fincas que van desde las 50 hectáreas en adelante, dichas haciendas arroceras son un poco de más de 2000 que representan el 50% del área sembrada o 292 mil hectáreas.

En las regiones, o como llamaríamos a la mayoría de municipios en el país son los terratenientes y ganaderos los que controlan el poder político, lo anterior porque son la clase explotadora en estos lugares. Por ejemplo, en Casanare y Tolima los arroceros no son pequeños campesinos como nos lo muestra la izquierda pequeña burguesa, son los grandes hombres de estas regiones y quienes determinan que políticos deben ser elegidos. En esos municipios los arroceros controlan miles de hectáreas, por ejemplo, si se mira el último renglón (200 y más hectáreas) se evidencia que las megahaciendas arroceras tienen en promedio 380 hectáreas, para hacerse una idea, la Plaza de Bolívar en Bogotá tiene una hectárea y el Parque Simón Bolívar 400 hectáreas. En términos de producción pasa lo mismo, los terratenientes producen 55%, es decir, más de la mitad del arroz en Colombia es producida por grandes hacendados.

El trabajador, el peón del arroz

“El jornalero o trabajador raso. Este oficio del trabajo diario o por jornal es característico de personas humildes y necesitadas, que han encontrado en los cultivos de arroz una alternativa económica y una forma de reconocimiento social que los incluye e identifica a nivel regional. Su condición de vida, sencilla, práctica y dinámica a causa de la naturaleza del negocio del arroz, exige una constante rotación de su mano de obra entre los cultivos del sector, así como un permanente traslado de su espacio y pertenencias entre uno y otro campamento. En la mayoría de los casos han de encontrarse con el mismo tipo de estructuras deprimidas, descuidadas y de pobre aspecto, donde quizá deban acomodarse entre abono, semillas y productos para la fumigación. Su trabajo –de evidente exigencia física y mental y cuya paga diaria es normalmente de $15.000 pesos libres– comienza en ocasiones a las 4:00 a.m. y se extiende a lo largo de la mañana y hasta entrada la tarde, varía de acuerdo con la edad de los cultivos y las temporadas del año; y gira en torno a la siembra, la fumigación, el mantenimiento, el abono y la recolección de los cultivos –en lugares donde aún se hace y no mediante métodos tecnificados con sembradoras, avionetas y cosechadoras a granel…” (Fedearroz 2011:124)

En el mismo documento de FEDEARROZ nos señala como es el arrocero, unos poderosos terratenientes que solo la pequeña burguesía buscaría defender.

El arrocero, en la mayoría de los Llanos Orientales, puede describirse como un personaje de camisa apuntada, cadenas y reloj brillante, generalmente limpio y bien presentado, elegante en ocasiones, acomodado económicamente y con un nivel de vida alto. Este tipo de agricultores suele administrar sus cultivos mediante visitas diarias y el cuidado constante de los terrenos, la delegación de funciones y la administración logística de los cultivos. En su mayoría no viven cerca de los terrenos de cultivo, ubicándose en vez de eso, en los cascos urbanos de los municipios cercanos o en haciendas alejadas de las fincas sembradas. Su método de transporte resultó ser una constante de la observación: las camionetas recientes o casi nuevas, de platón, son visiblemente valoradas por este tipo de llaneros por su capacidad de trabajo, su aguante en condiciones duras y la jerarquía que otorga a nivel social la posesión de este tipo de vehículos. (Fedearroz 2011:130)

Como se evidencia en forma etnográfica sobre los dos perfiles que intervienen en la producción del arroz, el peón de finca lleva una vida tan marginal que no hay mucha diferencia si su amo sufre por la crisis, de todas formas, se irá a otra hacienda. Por otro lado, el finquero cuando estuvo en el tiempo de las vacas gordas no fue caritativo con sus esclavos rurales. Una idea verdaderamente proletaria no es apoyar a los arroceros, sino organizar a los trabajadores agrícolas en sus miserables condiciones económicas y laborales.

Sin embargo, la izquierda pequeño burguesa cuando de arroceros se trata, nos habla del campesino en Caquetá o Putumayo que siembra también maíz, plátano, etc. Ellos si son campesino pero la producción de arroz esta acompañada de otros productos y su condición de miserables también está dada por la falta de tierra. El único que sale afectado en forma importante por el libre comercio es el monocultivo industrial del arroz, el campesino simplemente cambiara a producir otro cultivo, y es muy difícil que su precariedad aumente. Para estos campesinos la única posibilidad que se puede ofrecer, no es bloquear el libre comercio para que el país los subsidie, al contrario, ellos deben formar cooperativas para tener grandes extensiones, expropiar a los terratenientes y maquinizar la producción.

La pequeña burguesía siempre quiere permanecer en el pasado, cuando el pequeño campesino miserable cultiva un poco de arroz, cuando los peones de las arroceras viven precariamente, lo anterior a costa de mantener los privilegios a los dueños de las grandes arroceras con sus cadenas de oro. Los proletarios piensan en el futuro cuando todo lo anterior se cambien y el campesino pobre y el peón acaben con el poder del arrocero y le arrebaten su medio de producción. Lo anterior no se logra subiendo aranceles a la importación, ni subsidiando sus cultivos como ellos pretenden, se logra organizando al peón y campesino miserable.

¡Viva la lucha obrera! ¡Si a la organización de los trabajadores agropecuarios en sindicatos! ¡No al apoyo de los ricos del campo!

Fedearroz. 2011. Dinamica del sector arrocero en los Llanos orientales Tomado de: http://www.fedearroz.com.co/doc_economia/Dinamica_del_sector_arrocero_en_los_Llanos_orientales.pdf

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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