A 100 años de la Revolución Bolchevique: las mujeres necesitamos hoy como nunca, una revolución socialista

En nuestro partido y en nuestra internacional la lucha contra todas las formas de opresión y en especial contra el machismo dentro y fuera de nuestras organizaciones, es un principio. En cada uno de nuestros partidos existe una comisión al servicio de esta tarea.

Autor: Palabras de María Houghton en acto de conmemoración del 7 de Octubre

Hoy recordamos que hace 100 años en el país más atrasado de Europa, las mujeres encendieron la chispa de la revolución. El día de la mujer (en febrero) las textileras del barrio Vyborg, exigían pan para sus hijos y el regreso de sus maridos de la guerra, meses después (en octubre) el triunfo de los bolcheviques cambiaría sus vidas para siempre.

El control de los trabajadores y campesinos sobre el aparato del estado, la tierra y la producción dieron en 4 días más derechos a la mujer de los que nunca tuvo ni ha tenido en ningún país capitalista del mundo : igualdad salarial,  incorporación de las mujeres a todos los sectores productivos, derecho a divorcio y  aborto, pensión de alimentos, la licencia de maternidad, la jornada de 8 horas e iguales derechos a los hijos naturales, derechos a manejar sus bienes, también las mujeres podían ser elegidas y votar en los soviets y se empezaron pasos hacia la liberación del trabajo doméstico : guarderías, lavanderías y comedores.

Este fue un verdadero cambio extremo porque la situación de las mujeres en Rusia era de las peores de Europa: analfabetas, trabajaban de sol a sol sin ningún derecho, eran abusadas por el patrón y el marido, y muchos de sus hijos morían por el hambre o tenían que trabajar desde los 8 o 10 años.  La razón de este cambio extremo está en que se atacó la base material de la opresión: la propiedad privada, y la esclavitud doméstica se combatió sacando las labores de cuidado del ámbito de lo privado para ser una obligación social.

Las mujeres dejaron de ser esclavas domésticas, pasando a ocupar cargos importantes en la producción y en la política, demostrando una enorme capacidad de trabajo e inteligencia. Estas conquistas sirvieron de ejemplo para la lucha de las mujeres en todo el mundo, y gracias a esto se conquistaron derechos de manera desigual muchos países.

Esta política nunca pudo llegar a desarrollarse del todo por la guerra y las dificultades económicas del estado obrero, y con la burocratización se produjo el retroceso de todas las conquistas, se produjo un retorno a la concepción tradicional de la familia, muchas de las tareas domésticas volvieron a hogar, se restringió el aborto y se exaltó el papel de la mujer como madre. Sin embargo, a pesar de que no continúo avanzando, muchas conquistas de la revolución se mantuvieron hasta la caída de los estados obreros y ya el estado burgués se ha encargado de hacerlas retroceder a niveles alarmantes como la legalización de la violencia (el marido le puede pegar a la mujer una vez al año) y el regreso de la prostitución que había sido prácticamente erradicada.

Hoy la lucha por recuperar esas conquistas no solo en los países de ex URRS sino en el mundo, está a la orden del día. La situación de las mujeres en el mundo está retrocediendo a situaciones similares a la Rusia de hace 100 años.

Con la crisis económica llegan los recortes a los derechos de las mujeres y de presupuestos para las obligaciones de cuidado, sanidad y empleo: Nosotras somos las que cuidamos a los enfermos y los ancianos porque el estado no se hace cargo de ellos. Al recortar presupuesto y servicios de salud las mujeres nos quedamos sin acceso a anticonceptivos.

La reforma tributaria cobra impuestos a las toallas y tampones un impuesto que solo pagan las mujeres, el no aumento del salario mínimo nos afecta más porque somos las mujeres las que más ganamos el mínimo o menos.

Para justificarlo se recurre a la ideología machista que termina produciendo recrudecimiento de la violencia. Los feminicidios son tan frecuentes y escandalosos que la propia OMS los considera una pandemia.

Epidemias como el Zika afectan a las mujeres pobres quienes al no tener acceso a saneamiento básico, anticonceptivos y aborto reciben sobre sus espaldas la carga de criar a los niños con discapacidad. Según el propio Minsalud en Cartagena ni un solo niño de barrios ricos nació con microcefalia, todos eran hijos de trabajadoras, pobres y negras.

Pero las mujeres no estamos quietas, ríos de mujeres desfilaron por el mundo el 8 de marzo, a pesar de las enormes dificultades cada vez más compañeras nos acompañan en los sindicatos.

A pesar del retroceso en nuestras condiciones de vida hoy contamos con un tesoro invaluable: la experiencia de la revolución bolchevique y las enseñanzas de las mujeres que la vivieron como A. Kollontai entre otras.

Esta experiencia nos enseña que no se trata de la lucha entre hombres y mujeres sino de la lucha de clases, que la liberación completa de la mujer será con la liberación de la clase trabajadora.

Ningún político burgués puede representar a las mujeres, pues ninguno de ellos está contra el sustento económico y social de la opresión que es el propio capitalismo. Por ejemplo, Claudia López  o Clara López dicen defender los derechos de las mujeres y los LGBT, mientras votan a favor de los recortes al presupuesto y las medidas que afectan a las mujeres trabajadoras, y defienden la propiedad privada.

Los gobiernos se llenan la boca pidiendo condenas ejemplares a los feminicidas, mientras que no destinan ni un centavo en presupuesto para un verdadero plan contra la violencia, aumenta impuestos, baja salarios y autoriza despidos. Nosotros vemos que esto solo lo resuelve un gobierno de los trabajadores.

La única forma de combatir el machismo y la explotación, es organizarse y luchar junto con los hombres trabajadores por una sociedad sin oprimidos ni opresores.

Por eso No podemos dejar de decirles: vengan al PST, vengan a la LIT y juntos digamos:

¡Viva la lucha de las mujer trabajadora !

Como dijera el camarada Trotsky:  Paso a la juventud, paso a la mujer trabajadora

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