La tenaz lucha de los maestros (Perú)

La lucha magisterial ha puesto nuevamente en evidencia cómo se hace política en nuestro país. Por un lado, se gobierna con una escandalosa corrupción para el gran empresariado y, por otro lado, se invisibilizan los problemas y las necesidades de la mayoría de la población como desnutrición, anemia, desempleo, hambre, falta de trabajo, educación con presupuestos miserables, deficiente salud sin recursos, y una política salarial que mantiene a los trabajadores peruanos al borde del hambre y la desesperación.

Autor: Trabajadores Socialistas Cusco

Esto fue lo que justamente enfrentaron los maestros, la flexibilización laboral y la política salarial, expresiones de la imposición política económica neoliberal, impulsada desde Fujimori y a través de distintos gobiernos hasta PPK, quien continúa y profundiza, en este caso, la privatización de la educación pública. El magisterio enfrenta pues la contra-‘reforma’ magisterial que avanzó quitando derechos a los maestros e intenta borrar previamente cualquier resistencia a esta orientación privatista.

No han sido pues los maestros los que han llevado a la situación actual a la educación en el país, como lo han propagandizado el gobierno y gran parte de la ‘clase política’ para imponer su contra-reforma educativa sino, por el contrario, fue la política educativa gubernamental la que ha llevado a la actual situación de fracaso a la educación en su conjunto. El último lugar que ocupamos en la prueba en comprensión de lectura, de ciencias y matemática es resultado principalmente de los presupuestos que no cubren las requerimientos para una educación de calidad al asignar a cada estudiante alrededor de 3,500 soles al año, cuando en el mundo el monto anual por alumno sobrepasa los 25,000 soles en promedio entre los países que hacen parte de la OCDE.

El Acuerdo Nacional definía por ello hace 15 años la necesidad de subir el presupuesto a educación de 2.9 % a 6 % del PBI, monto que hoy el Estado excusa difícil de destinar para la educación, manteniendo el discurso de la falta de dinero, mientras paralelamente se mantienen Contratos de Estabilidad Tributaria para las grandes empresas, las cuales en solo 10 años han dejado de pagar 93,629 millones de soles, para solo mencionar uno de los grandes favores que brinda el Estado al gran empresariado.

Esta política, no casual sino planificada a consciencia, hace parte del diseño político económico impulsado por el Banco Mundial, el Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económicos y el FMI entre otras instituciones financieras internacionales, como política educativa para nuestros países en relación. A esa política económica se enfrentan los maestros, y la huelga que realizaron y sobrepasó a su antigua dirigencia, le dijo al gobierno ¡No más! ¡Basta! cuestionando la agenda política del país y enarbolando el mensaje de la población.

Características del conflicto

La lucha de los maestros tuvo características distintas a los últimos conflictos en el país. La masividad, tenacidad y la participación de las bases definió el carácter de este conflicto que desde hace mucho tiempo no expresan otros. La combatividad organizada ejerció tal presión sobre el gobierno que lo obligó a sentarse a negociar y a firmar algunos compromisos por algunas de las reivindicaciones que levantaba la lucha; empezando desde sus primeras manifestaciones desde el Cusco, mientras sobrepasaba a la antigua dirigencia que comúnmente negocia a espaldas de la base magisterial. Estas características llevaron a quienes jugaban el papel de representantes regionales en el proceso de lucha a consultar a las bases ante cada acuerdo y avance que la huelga tenía.

Esas características desarrolladas inicialmente en Cusco marcaron la pauta y sobre todo dieron un impulso importante al conflicto que se desarrollaría ganando cada vez solidaridad de la población, Apafas y sectores de trabajadores a la huelga indefinida. Así, la plataforma nacional que levantaba esta lucha regional atrae la mirada del país por la tenacidad que los maestros cusqueños mostraban a pesar de las maniobras gubernamentales que intentaban junto a algunos de los medios invisibilizar la lucha y desconocer a su representatividad en el proceso como interlocutor o representante de esa reivindicación y plataforma nacional.

Al convertirse en una huelga nacional las simpatías y apoyo poblacionales se mantienen y la lucha se fortalece, y aunque el desgaste había hecho mella en el Cusco, el gobierno acompaña a su estrategia la división y negocia con esta regional, quiebra relativamente la unidad y la fortaleza del conflicto negociando parte de la plataforma y adelantando el compromiso de su atención y cumplimiento. Es decir, sin quererlo, el gobierno debe atender esta lucha que se amplía y demandas que van captando apoyo y fuerza en su desarrollo como medida nacional a 7 semanas de iniciado el conflicto y a 3 semanas de convertirse en una huelga nacional.

Sin embargo, los maestros y su medida de lucha fueron más allá de lo que muchos esperaban, pues sienta al gobierno a negociar su plataforma en distintos momentos (a pesar de ese quiebre de unidad, debilidad en las orientaciones y pugnas internas por la dirección en el procesos de lucha), rompe los límites que la antigua burocracia sindical le imponía a las luchas magisteriales desautorizándola y desconociéndola como dirigencia y logra conquistar algunas medidas que bajo la dirigencia anterior no tenía garantías de lograr (pues bajo esta dirección seguía perdiendo derechos importantes). Este proceso señala también la debilidad del gobierno que se sustenta en un pacto de gobernabilidad entre todos los sectores políticos y sobre todo con las direcciones de los principales organismos de los trabajadores que no confrontan la política económica que se impone, en una situación en la que todos ellos juegan oportunistamente a capitalizar políticamente cualquier hecho político. Esa es la trascendencia de la lucha magisterial.

Sin embargo ante la suspensión de la huelga y el panorama que se empieza a ver, (el gobierno junto a algunos medios continúan con la política de denigrar la lucha), a los maestros no les queda otra que dar continuidad al fortalecimiento y organicidad que la lucha les dio y ello debe constar de balances que les ayuden a ver las debilidades y fortalezas de la lucha emprendida, para dotarse de una orientación sindical y política que vea en perspectiva obligar al gobierno a cumplir los compromisos firmados y retomar su plataforma de lucha, plataforma que unificó a los maestros. Es igualmente importante retomar las coordinaciones regionales que fortalezcan la frágil unidad antiburocrática que el magisterio logró bajo los organismos aglutinadores de las reivindicaciones magisteriales, los SUTE regionales, pues de lo contrario las pugnas internas podrían quebrar todo lo conseguido a hoy y facilitar a la antigua burocracia sindical conciliadora y a Patria Roja recuperar sus fuerzas y las cuotas políticas que le dan al gobierno la estabilidad para aplicar la política económica de todos los días.

La lucha de los maestros señalaron el camino. Proyectémonos a gobernar los trabajadores con nuestras instituciones. Abajo el Estado Corrupto!

 

 

 

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