Enfermedades de origen laboral: los trabajadores no somos desechables

 

La industria de alimentos en Colombia está catalogada, en términos de riesgos laborales, como la que producen más enfermedades de origen laboral. Las lesiones suelen estar causadas por las herramientas manuales  como cuchillos, la maquinaria, choques con objetos, caídas, quemaduras, resbalones y movimientos repetitivos.

Autor: Fredis Marrugo, presidente de Ustrial  y candidato para las próximas elecciones presidenciales

Las enfermedades de origen laboral son adquiridas debido a que a los empresarios les interesa más la productividad y su maquinaria que los trabajadores, seres humanos que les vendemos nuestra fuerza de trabajo. En ese sentido podríamos decir en términos desafortunados que los capitalistas se preocupan más por la seguridad de sus activos (maquinaria), que la salud y la propia vida digna de los trabajadores.

La situación en Seatech

Un ejemplo concreto de esto se viene dando en la empresa Seatech Internacional INC, productora del atún Van Camps, donde de aproximadamente 1.800 trabajadores existen más  de 600 con enfermedades con patologías de origen laboral, no obstante que la normatividad legal vigente protege a los trabajadores con estabilidad laboral reforzada o en estado de debilidad manifiesta, los compañeros son despedidos por esta patronal violando no solamente las normas vigentes sino también lo que ha dicho la Corte Constitucional, expresando que los trabajadores enfermos en estado de debilidad manifiesta son objeto de protección por parte del Estado y de los empresarios.

Seatech International INC y su intermediadora Atiempo Servicios, presentó el año pasado, ante el Ministerio del Trabajo, la autorización para el despido de más de 130 trabajadores protegidos con estabilidad laboral reforzada.

Los trabajadores en desventaja

Estos procesos de calificación de las enfermedades de los trabajadores, definidos por la legislación burguesa, desde luego que perjudican a los trabajadores en todos los aspectos. Por ejemplo, en el deterioro de su salud, ya que mientras que se realiza este proceso existen limitantes en términos de restricciones, recomendaciones médicas y reubicación laboral.

Mientras el trabajador espera estos procesos su salud se continua deteriorando; en términos de pago de prestaciones económicas, las incapacidades médicas no les son pagadas al trabajador al 100% del ingreso base de cotización (IBC), y en el aspecto de la prestación de servicios medico asistenciales, las ARL no los asumen cuando ellas mismas son las que dan los dictámenes de calificación de origen común, hasta tanto las juntas de calificación reverse el dictamen de la ARL, es cuando entonces empiezan asumir no solo la prestación de los servicios medico asistenciales, si no también los costos de las prestaciones económicas generados por el pago de las incapacidades médicas.

Mientras los trabajadores enfrentamos todas estas vicisitudes, las empresas, como Seatech International y su intermediadora Atiempo Servicios, despiden a sus trabajadores, 600 de los cuales  padecen patologías de origen laboral, tales como síndrome de túnel carpiano, síndrome del manguito rotador, tenosenovitis, epicondilitis, bursitis, cervicalgia, lumbalgía, lesiones en la columna lumbar, además de la cantidad de accidentes laborales que se generan en esta empresa. Todas generadas por los largos y acelerados ritmos de explotación laboral.

Para enfrentar toda esta maraña de trabas y barreras que genera las EPS y las ARL y las mismas empresas contra los trabajadores, no nos queda otro camino que el de la lucha organizada a través de nuestras organizaciones sindicales, en nuestro caso lo hacemos a través de Sinaltrainal y Ustrial en defensa de nuestros afiliados. En ese sentido hemos tenido que librar una dura batalla contra todas estas patronales como las ARL, EPS, IPS y las empresas que en últimas se confabulan en defensa de sus mezquinos intereses como empresas capitalistas que son, en contra de los derechos legítimos de los trabajadores. Hemos tenido que realizar denuncias públicas a través de plantones, mítines, huelgas de hambre e incluso tomas de las instalaciones de estas entidades capitalistas para obligarlas a resolver los problemas que estas mismas nos generan en contra de nuestros derechos e intereses.

Los trabajadores somos los que producimos la riqueza que en el capitalismo terminan disfrutando los zánganos que no producen, y además nos tratan como desechables cuando nos enfermamos producto del grado extremo de explotación. Lo que no sirve es el capitalismo y debemos deshacernos de él.

El viacrucis

Un trabajador cuando se enferma debe someterse a los procesos burocráticos. En primer lugar a la calificación de origen de su enfermedad. Una vez su EPS le da el dictamen de calificación como de origen laboral las ARL que por lo general son propiedad de los grandes grupos económicos controvierten estos dictámenes, porque absurdamente tienen facultades para realizar el dictamen de segunda instancia, son juez y parte y pueden reversar a su favor los dictámenes de las enfermedades de los trabajadores que las EPS les califiquen. Las ARL tienen el interés de que las enfermedades laborales que adquieren los trabajadores no sean calificadas como tal, pues tendrían ellas que asumir los costos económicos por la prestación de los servicios medico asistenciales y asumir el pago de las prestaciones económicas como incapacidades, indemnización por pérdida de capacidad laboral y pensión de invalidez.

Si a un trabajador le va bien en la calificación de origen con su EPS, viene la segunda instancia que corresponde a la ARL y esta por lo general revoca estos dictámenes de origen laboral y los dictamina como de origen común. El trabajador apela esta decisión ante la Junta Regional de Calificación o a la Junta Nacional de Calificación de Invalidez a la cual también pueden apelar las ARL. Así este proceso se convierte en algo tedioso y burocrático que a los únicos que perjudica es a los trabajadores, ya que requerimos en primer lugar el dictamen de origen de la enfermedad para que la ARL sea quien asuma todos los costos en la prestación de los servicios medico asistenciales y en el pago de las prestaciones económicas.

 

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