Elecciones, paz y pobreza

El tema de la paz es parte de los discursos de los políticos en este periodo electoral. Están los que apoyan el proceso de consolidación con las Farc y de negociación en curso con el ELN (ahora con el empujón que le dio el Papa), y los que consideran, absurdamente, que se está entregando el país a la guerrilla. Pero los trabajadores ven muy distante la relación de la paz con sus problemas concretos, pues mientras se habla de paz se aplican planes que desmejoran las condiciones laborales. La precarización laboral se incrementa y los ingresos se reducen, aumentando la pobreza.

Los corruptos quieren ser elegidos

Son pocos los candidatos que no están inmersos en la corrupción, porque sin corrupción es difícil participar en elecciones. La financiación electoral es una inversión de los empresarios y los políticos que después recuperan con los dineros del presupuesto del Estado que se apropian, y les queda un saldo altamente positivo. Pero en campaña electoral todos quieren aparecer desligados de la corrupción. Por ejemplo, Vargas Lleras no utilizará su corrupto Partido Cambio Radical, para inscribirse, lo hará con firmas.

La paz real

Desde que comenzaron las negociaciones con las Farc ha habido pocas expectativas sobre la paz real, tampoco las hay con la paz que probablemente se firmará con el ELN. La experiencia de la negociación con el M-19, el EPL y las demás guerrillas, a finales de los años 80, no dejó nada positivo para los trabajadores. Los comandantes de esas guerrillas se incorporaron al régimen político y ayudaron a redactar una constitución que en varios aspectos pasó a ser peor que la anterior. Por lo menos con relación a las garantías para participación en elecciones. Con la vieja constitución de 1886 cualquier persona podía inscribirse como candidato con sólo llevar dos testigos.  Con la de 1991 sólo es posible para los que tengan inmensos recursos económicos o estén incorporados al sistema de corrupción.

Bienvenida la insurgencia a la actividad política legal. Pero los comandantes tendrán muchas presiones, como las tuvieron los de las guerrillas anteriores para incorporarse al régimen político, gobernando para la burguesía, ayudando a aplicar los planes contra los trabajadores, o como Rosember Pabón y Ever Bustamante, en las filas de la extrema derecha. Las Farc negociaron garantías democráticas sólo para ellos y no para el conjunto de la población y demás organizaciones obreras y populares. Eso ya es ceder a las presiones. Un partido democrático debe defender los intereses de la población y sus organizaciones y no solo los suyos.

La paz real se concreta en la desmovilización de la guerrilla y en el desmonte del conflicto armado en algunas zonas donde los habitantes sentirán un alivio, y el movimiento social la posibilidad de luchar sin que se le acuse de estar infiltrado por la guerrilla. Sin embargo el paramilitarismo, el Esmad y las Fuerzas Armadas seguirán siendo agentes que, desde los intereses del Estado burgués y quienes controlan el poder político, seguirán atizando el conflicto social.

Llega la paz con la insurgencia, pero aumenta la pobreza

Desde que comenzó la negociación de la paz  el discurso era que al país le iba a ir bien. Lo que no aclararon fue a qué país se referían. A la Colombia de los empresarios y de las multinacionales (que se adueñan del país), de los terratenientes y las mafias, les está yendo bien.   En medio de la crisis económica reportan ganancias. No así la Colombia de los trabajadores y la población pobre. Aumentó el IVA, mientras disminuyó el impuesto de la renta y la riqueza, el “aumento” salarial fue negativo con relación al costo de la canasta familiar, la precarización laboral aumenta, el presupuesto para la inversión social está disminuyendo, mientras se incrementa descaradamente el robo y saqueo de los recursos estatales a manos de los altos funcionarios del Estado mediante la corrupción.

Lo anterior no significa que nos debamos quedar expectantes y resignados. Debemos exigir garantías para participación en la campaña electoral con nuestros propios candidatos y luchar por nuestras reivindicaciones, contra la corrupción y por cambios estructurales de la sociedad.

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