Gato por liebre: nos quieren cambiar el paro nacional por un pacto electoral

Como es evidente, luego de las heroicas batallas que libraron maestros y pobladores del pacífico, entre otros, ninguno de los problemas de los trabajadores y los pobres se ha resuelto. Muchos están considerando volver al paro por el incumplimiento y las jugadas del gobierno, entre ellos los maestros, por los decretos sobre la reposición de tiempo, que contravienen el acuerdo de no represalias.

Autor: Partido Socialista de los Trabajadores, 2 de agosto de 2017.

Como es de esperar,  cuando no son las masas las que llevan la ofensiva, sus luchas y sus necesidades dejan de ocupar titulares. Si los trabajadores no toman la iniciativa son los intereses de otros los que se discuten. La política nacional gira en torno a la contienda electoral. Los escándalos de corrupción como el de Odebrecht, que salpica casi todas las instituciones y partidos, ocupan los titulares de todos los medios masivos de comunicación. Y la discusión en las altas cortes sobre la implementación de los acuerdos vía fast track es muestra de la competencia de los poderosos por quedarse con el gobierno los próximos años.

Por su lado la izquierda electoralista, y la burocracia sindical, mantienen el llamado al paro nacional, como saludo a la bandera para hacer campaña electoral. El viernes 4 de agosto se convocó a un encuentro de sectores en conflicto. Este encuentro que no se hizo cuando había ascenso, se convoca ahora en frío y de manera totalmente burocrática. La razón es que, al igual que los partidos de la burguesía, el reformismo se prepara para las elecciones, en las que se anuncia, en este caso, una capitulación mayor que las que ya hemos visto. De la declaración del Partido Comunista, a propósito de su XXII Congreso, así como de las declaraciones de varios precandidatos que se presentan como “alternativa”, se deduce claramente la intención de lograr una coalición capaz de ganarle a la “derecha” en primera vuelta. Es decir, una coalición entre la izquierda y el santismo, para ganarle las elecciones al sector uribista.

A esta coalición, que intentarán imponernos con el viejo y conocido discurso del “mal menor”, poco a poco le empezarán a llamar “unidad”. Se hará alarde de la necesidad de la unidad de “todos los colombianos” y, ojalá, por “la paz”, sembrando la ilusión de que con los acuerdos de paz con la guerrilla se abrirán las posibilidades para resolver los problemas estructurales, obviando los asesinatos selectivos, y dando apoyo velado al proyecto neoliberal y proimperialista del santismo. Nos explicarán que para esto habrá tiempo luego, porque la paz está en peligro, como si bajo el capitalismo y la dictadura de los magnates existiera alguna paz para el campesino pobre o para el trabajador.

Mientras todo esto pasa, los trabajadores seguimos resistiendo, aislados y desorganizados, los embates cada vez peores de las patronales, como la tercerización, los despidos y la persecución sindical, que se juntan con los problemas sociales crecientes como los deficientes servicios de educación, salud, saneamiento, etc. Los trabajadores de Avianca, Alpina, Cerrejón, Bimbo, Transmilenio, Colfondos, entre una larga lista, tienen en común la necesidad de derrotar la tercerización laboral, y requieren urgentemente la unidad para luchar, unidad que debería concretarse  en el paro nacional.

Seguiremos insistiendo en la necesidad de la unidad para luchar en contra del discurso de la unidad electoral a costa de lo que sea. Los trabajadores no podemos unirnos con los patrones por más democráticos que parezcan. Si participamos en elecciones debe ser con nuestros propios candidatos forjados en las luchas, y para defender nuestros propios intereses. Debemos usar las elecciones para fortalecer la lucha, y no dejar que usen nuestras luchas para ganar las elecciones. No dejemos que nos cambien el paro nacional por un pacto electoral.

 

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