Estudiantes de universidad pública: ¿Pilos o terroristas?

El pasado 17 de junio sucedió un atentado terrorista en el Centro Comercial Andino. Un artefacto explotó en el baño de mujeres dejando tres muertas y nueve heridas. Un efecto colateral de este hecho ha sido la estigmatización de los estudiantes y egresados de universidades públicas. Sobre este tema, El Socialista habló con Jessica Hortúa estudiante de la Universidad Pedagógica Nacional e integrante de Unidad Estudiantil.

El Socialista: ¿Jessica por qué se siente que le afectó el atentado del Centro Comercial Andino?

Jessica Hortúa: Quiero empezar diciendo que desde Unidad Estudiantil -PST —al igual que la mayoría de estudiantes universitarios— siempre hemos repudiado y condenado este tipo de acciones indiscriminadas e irresponsables, incluso si de verdad vinieran de un grupo insurgente, las consideramos equivocadas. Sin embargo los estudiantes de las universidades públicas hemos sufrido a causa de este hecho y por el manejo que se le dio.

Los medios de comunicación respondieron rápido acusando como principales sospechosos a “estudiantes de la Universidad Nacional”. Fue tal la afectación del buen nombre de esta universidad que el propio rector Ignacio Mantilla se manifestó indignado y solicitó la rectificación. Lastimosamente en lugar de detenerse, la acusación pasó a ser de la Universidad Nacional a “estudiantes y egresados de la universidad pública” en general.

Luego, con pruebas bastante dudosas como la posesión de literatura de izquierda, se señalaron y detuvieron como responsables de este hecho, a nueve jóvenes colombianos. En repetidas ocasiones al referirse a los presuntos culpables se hizo énfasis en la universidad en la que estudiaron o estudian, como en el caso de Alejandra Méndez, abogada egresada de la Universidad Nacional, generando en el imaginario colectivo un estigma sobre todos nosotros.

 

ES: ¿Por qué los medios precisan mostrar la importancia de que los supuestos responsables del hecho son de la universidad pública?

JH:  Evidentemente tiene la intencionalidad de generar estigma sobre nosotros. Por ejemplo, en casos de corrupción o de eventos que generan repudio nacional no se indica la universidad en la que estudiaron los culpables: en el carrusel de la contratación no se mencionó que Miguel Nule era ingeniero civil egresado de la Universidad de los Andes o en el caso del feminicidio de Yuliana Samboní que Rafael Uribe es arquitecto egresado de la Universidad Javeriana, con esto no queremos señalar a los egresados de esas universidades sino resaltar el absurdo de estas generalizaciones.

 

ES: ¿Ha aumentado la estigmatización social a los estudiantes de universidad pública?

JH: Esta campaña de desprestigio no es nueva, últimamente ha tomado mayor fuerza, y esto tiene unas causas. Los medios de comunicación han creado un estereotipo de los estudiantes de la universidad pública tildándonos básicamente de seres dañinos para la sociedad, por el solo hecho de pensar diferente. La universidad pública se caracteriza por formar ciudadanos críticos al modelo social imperante, también es frecuente que exista multiplicidad de ideologías políticas y sociales muchas en efecto de izquierda, pero eso no nos hace terroristas.

La Universidad Nacional, siguen punteando en los rankings de mejores universidades del continente. Un sólo ejemplo, hace poco se anunciaron progresos en la investigación con células madre.

Sin embargo, para las personas cuyo medio de información son noticieros y periódicos, la universidad pública es mala y sus estudiantes terroristas o vándalos. No es raro que en la calle y hasta en la familia recibamos comentarios negativos y ataques. Por eso muchos jóvenes hoy, prefieren estudiar en una privada.

 

ES: ¿Crees que los medios buscan con esto debilitar la imagen de lo público? ¿Para qué?

JH: ¡Totalmente! El caso de ETB es un claro ejemplo, buscaron cualquier excusa para justificar su venta, “mal servicio, malos operarios”, etc . Con la universidad pública, las acusaciones que hacen son graves y la imagen que muestran es pésima, donde supuestamente siempre causamos daños o actos violentos.

Pero lo que no dicen es que entrar y permanecer en una universidad pública no es sencillo (menos con la baja cobertura actual), acá estamos los verdaderos pilos del país, pues es bien conocido que los exámenes de ingreso son bastantes difíciles o se necesita un puntaje muy alto del ICFES. Se desprestigia lo público para privatizarlo y para desviar los recursos al sector privado.

Este estigma ha llevado a que la mayoría de jóvenes del programa “Ser Pilo Paga” estudien en universidades privadas con la plata del Estado. Con lo que uno estudia en la Universidad de los Andes, podrían estudiar cinco en la Pedagógica, esto es una desviación evidente de recursos que incide en la quiebra del sistema público. Esta campaña de desprestigio hace que la mayoría de ellos “elijan” lo privado, pero no es porque en realidad sea mejor, los mismos estándares de calidad del gobierno lo demuestran. La desfinanciación de la universidad pública es crítica y esa debería ser la noticia.

 

ES: ¿Cómo los afecta en el día a día esta situación?

JH: afecta bastante, el apoyo de la ciudadanía es fundamental en la defensa de la universidad y la educación. No es casualidad esta arremetida mediática cuando se anuncian paros y luchas para el próximo semestre en varias universidades, la intención que se tiene es mermar ese apoyo.

Cada vez más somos señalados y perseguidos: la policía con “el cuento del terrorismo”, vigila y requisa personas que tengan “pinta” de estudiantes de universidades públicas, también si te encuentran un carnet de universidad pública, o algún texto socialista, comunista o anarquista, te tratan como una persona peligrosa, vulnerando el derecho al libre pensamiento y a la libre expresión.

En inmediaciones de la Universidad Pedagógica son frecuentes las redadas y requisas que se basan el perfil del estudiante como terrorista, o sospechoso de llevar un explosivo en la maleta de los cuadernos. Hace poco yo misma fui violentada cuando una patrullera me pisó el bolso para obligarme a mostrarle el carnet, mi crimen tener pinta de estudiante.

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