La revolución Rusa  y la liberación femenina

Publicamos apartes de un artículo de Rosa Cecilia Lemus difundido en la página de la LIT-CI, para motivar su lectura completa, pues consideramos que las lecciones de la Revolución Rusa están vigentes para el proletariado y en particular para las mujeres trabajadoras.

 Articulo tomado de: LITCI.ORG

Octubre: comienza la liberación

En Octubre se concreta la consigna bolchevique de ¡todo el poder a los sóviets!… En el mes de diciembre del mismo año,… el gobierno soviético aprueba una serie de leyes encaminadas a tomar en primer plano los problemas específicos de las mujeres…Establecieron el matrimonio civil en sustitución del religioso; el reconocimiento de los hijos ilegítimos con plenitud de derechos; el derecho de divorcio a petición simple de cualquiera de las partes; el derecho al aborto libre, voluntario y gratuito; la plena igualdad jurídica y de derechos políticos del hombre y la mujer. Un año más tarde, en octubre de 1918, se expidió un completo código sobre el matrimonio, la familia y la tutela. La legislación soviética se convertía así en la más avanzada del mundo en relación con el reconocimiento de la mujer y su igualdad.

Acabar con la esclavitud doméstica

La falta de derechos, como dice Lenin, no es la causa de su opresión, eso es apenas una consecuencia de ella. El responsable de su esclavitud doméstica es el capitalismo. Los bolcheviques encararon con resolución el ataque directo a las bases materiales de la opresión de la mujer… El desarrollo de la gran industria había colocado a la mujer obrera, e incluso a las profesionales, en una enorme contradicción. Mientras más eran ellas sometidas a la venta de su fuerza de trabajo en el mercado capitalista como instrumentos directos de explotación por parte del capital, su condición de madres y esposas se convertía en una triple carga de la que el capitalismo no era, ni será, capaz de liberarlas.

El poder soviético tenía que resolver esta compleja contradicción y lo hizo “expropiando a los expropiadores”, eliminando la propiedad privada capitalista para poner los medios de producción bajo control de los productores legítimos: la clase obrera. Con esta medida se pretendía conservar y ampliar al máximo el papel de las mujeres en la producción y el trabajo social, para sacarlas de las cuatro paredes del hogar privado e individual, involucrándolas en todas las tareas de construcción de la nueva sociedad. Liberar a las mujeres del trabajo privado doméstico solo era posible organizando una red de servicios sociales asumidos por el conjunto de la sociedad proletaria y organizado por el Estado Soviético: maternidades, casas cunas, jardines de infancia, comedores, lavanderías, dispensarios, hospitales, sanatorios, organizaciones deportivas, cines, teatros, escuelas públicas, etc., de los que se harían cargo asalariados de los dos sexos.

La estrategia socialista para la liberación de las mujeres hoy implica retomar el camino de Octubre. Eso requiere, primero, dar un duro combate al machismo en los sindicatos, lugares de trabajo, universidades, etc., y lograr que las organizaciones de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil y popular se pongan a la cabeza de la lucha por los derechos de las mujeres y contra toda discriminación. Pero también requiere revolucionar las bases materiales de la sociedad, para acabar con la explotación y reorganizar el trabajo con igual participación y derechos, socializando el trabajo doméstico. Todo eso es imposible sin la construcción de un partido de los trabajadores, socialista y revolucionario, que se ponga a la cabeza de una tarea tan gigantesca: la liberación total de las mujeres trabajadoras y, con ellas, de toda la humanidad.

 

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