Nuevo pliego, iguales obstáculos

Nuevamente el magisterio colombiano se encuentra ante una coyuntura de negociación de pliego ante el gobierno. Más allá de los aspectos legítimos que aparecen en el pliego como la gratuidad de la educación desde los tres grados de preescolar, el aumento del presupuesto educativo y la exigencia del pago de las deudas históricas al magisterio, es necesario analizar los que realmente son los puntos centrales, los que el Comité Ejecutivo colocó en el pliego –por supuesto sin consultar a las bases– con la intención de acordar con el gobierno.

Autor: Freddy Ruiz, miembro de la Asamblea de Delegados de la Asociación Distrital de Educadores – ADE.

La profunda problemática del sector educativo, aplicada por el gobierno Santos y los gobiernos locales, plantean de nuevo la necesidad de organizar la lucha por las reivindicaciones más sentidas del magisterio, para así empezar a revertir todo el terreno perdido durante las últimas dos décadas de arremetida neoliberal concertada con las direcciones sindicales. Lamentablemente el actual pliego no responde a esta sentida necesidad del magisterio colombiano.

Por el contrario, en esencia este pliego es la continuidad de la traición ejercida por el mismo Comité Ejecutivo de Fecode que pactó con Santos en el 2015 el desmonte de la más masiva y combativa lucha magisterial de los últimos años. Esto a cambio de migajas y una traición histórica: aceptar e impulsar la evaluación docente bajo la mal llamada evaluación con carácter diagnóstico formativo.

Hoy vemos cómo le paga el gobierno Santos a quien bien le sirve: endureciendo las condiciones de ingreso y ascenso a la carrera docente, agravando el ya crítico negligente servicio de salud y sobre todo implementando su principal objetivo en materia de educación: la imposición de una jornada única para congraciarse con la OCDE y el imperialismo con la flexibilización laboral del magisterio y sometiendo a los estudiantes a más horas de permanencia en los colegios sin las condiciones de infraestructura ni alimentación adecuadas.

 

¿Un pliego que responde a las necesidades de los maestros?

Frente a esto la dirección de Fecode plasma en el pliego de peticiones la solicitud de aplicar su política de evaluación, de aumento de jornada y de terminar de licitar la nueva contratación de salud. Es decir un pliego pensado en cómo ayudar al gobierno a aplicar su política con la ilusión de que el magisterio no salga tan lesionado.

Por eso insiste la dirección en peticionar la garantía para implementar la jornada única y desconoce que a través de su débil postura y de incentivos a los rectores, el gobierno ha logrado imponer a marcha acelerada esta jornada y toda su política de flexibilización y estabilidad laboral.

Además se pretende reactivar la Comisión Tripartita entre Gobierno, Congreso y Fecode “…para concertar el Estatuto de la Profesión Docente…”. Hay que recordar que a esta comisión que nunca funcionó, Fecode ha presentado un proyecto de estatuto único que –como ha sido dicho en muchos espacios de debate– es un estatuto lesivo al magisterio y favorable al patrón, dado que ha avanzado la implementación del aumento de la jornada laboral y de la evaluación, como condicionantes mentirosas de la mal llamada “Calidad de la Educación”.

No aparece la lucha contra la ley 100 y por la estatización de la salud y se sigue confiando en la presunta transparencia del proceso licitatorio del llamado modelo especial de salud y los maestros con sus familias sufriendo las consecuencias letales de un servicio de salud mercantil y criminal.

No aparece la lucha por recuperar el situado fiscal, abolir el SGP, que ya cumplió su vigencia, y con él la ley 715 y todos sus decretos reglamentarios.

 

Reorientemos la lucha

Este pliego pone nuevamente sobre el tapete la necesidad de que el magisterio recupere la Fecode y lo sindicatos regionales como instrumentos de lucha, no como correas de transmisión de la política educativa y laboral del gobierno. Seguramente ante los desplantes del gobierno saldrán estas direcciones a convocar al magisterio a movilizarse, eso sí sin salirse del libreto, supeditados a los acuerdos por arriba.

Los maestros colombianos debemos seguir el combativo ejemplo de los maestros argentinos, brasileros, chilenos y mexicanos que han protagonizado heroicas luchas contra sus gobiernos a pesar de los obstáculos que también las burocracias sindicales intentan colocar a la lucha radical e independiente de los maestros.

Por eso al tiempo que salimos a movilizarnos contra este gobierno de Santos, seguimos exigiendo las asambleas de maestros de base para discutir los objetivos de la lucha. Si no hay claridad en objetivos de lucha, términos de la misma y definición colectiva del levantamiento de un paro indefinido, es difícil lograr la unidad del magisterio y la recuperación de la confianza en su capacidad de lucha. En últimas, es necesario construir por la base una nueva dirección sindical que rompa con el gobierno y organice desde la base la lucha por las verdaderas reivindicaciones del magisterio.

 

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