“No estoy de acuerdo con el Nobel de paz para Santos”

Doña Ruth Sánchez le manifestó a El Socialista que no está de acuerdo con que el premio Nobel de Paz se lo hayan concedido a Santos, porque considera que él tiene responsabilidad, como ministro de Defensa que era, con la masacre de El Totumo, donde fue asesinado su hermano y reportado como guerrillero dado de baja en combate, en uno de los operativos militares de lo que se conoce como falsos positivos. A continuación la narración que ella hizo para El Socialista.

“El 20 de diciembre de 2006, hacia las 5:30 de la mañana, cuatro pequeños comerciantes, entre ellos mi hermano, fueron recogidos por el colega y amigo Armel Ramírez Lozano, en un automóvil para trasladarlos a la verdea de El Totumo a comprar un cerdo para celebrar un campeonato de futbol. A las 6:00 de la mañana llegaron a un punto de la carretera donde un comando del Ejército detuvo el automóvil, los hizo salir, los requisó y fueron obligados a arrodillarse para luego ser masacrados a quemarropa.

El comando reportó que había dado de baja, en combate, a cinco guerrilleros. Ese mismo comando participó en el levantamiento de los cadáveres, en las pruebas de balística y luego los llevó a la ciudad de Ibagué. Los familiares de los muertos sabíamos que había sido un montaje y comenzamos nuestra lucha por que se conociera la verdad.

En el operativo participaron posiblemente tres informantes, sospechamos que uno de ellos era el conductor del automóvil (Armel Ramírez) que también fue asesinado en la masacre. Después de que hicimos la denuncia, al informante conocido con el alias de El Oso le decretaron orden de captura. Ante ello él recurrió a nosotros los familiares de las víctimas, y confesó cómo había sido el operativo. Nos dijo que a otro informante, de nombre Constantino Parra, le habían pagado un millón de pesos el 31 de diciembre. El Oso nos pidió que lo ayudáramos a proteger como testigo, y eso hicimos. Le pagamos abogado para atender tres días de declaración. Con esas confesiones se descubrió que la operación se llamó Liberano 037, que por cada muerto pagaban $300.000, y al comandante jefe de la Central de Inteligencia, mayor José Wilson Camargo le pagarían 34 millones de pesos. Este informante nos dijo que cuando le encomendaron que consiguiera el grupo para ejecutar el falso positivo tratara de que el grupo fuera lo más grande posible para que valiera la pena. Posteriormente el informante Constantino Parra desapareció o fue desaparecido. De otra parte, desde la Cárcel Picaleña de Ibagué, un soldado profesional de apellido Puertas, que estaba condenado por otros falsos positivos, buscó contacto con nosotros los familiares y nos confesó que bajo el comando del mayor Wilson Camargo él había participado en muchos otros operativos de falsos positivos, entre ellos el de Ambalema, donde asesinaron a un campesino y a un menor de edad. Nos dijo que estaba arrepentido y que quería colaborar con los casos de falsos positivos para ver si le rebajaban la pena. En 2011 el mayor José Wilson Camargo fue condenado a 26 años de cárcel. Al teniente William Eduardo López Pico, los cabos Albeiro Buitrago, el teniente Darwin Humberto Medina y a 13 soldados profesionales, los condenaron a 25 años. Pero en 2015 el Tribunal Superior del Tolima les rebajó la condena a la mitad por considerar que el delito (la masacre de El Totumo) no se correspondía con el carácter de homicidio agravado.

Los colombianos deben comprender que siendo Santos Ministro de Defensa en esa época, tiene responsabilidad en estos crímenes y por eso no comparto que le hayan dado el nobel de paz”.

¿A quién le dieron el Nobel de Paz?

falso1El premio nobel de paz ha puesto a celebrar a la mayoría de la población colombiana, incluso a sectores de la izquierda que han sido víctimas de la violencia estatal en los gobiernos de Uribe y Santos. El régimen y los medios de comunicación se están aprovechado del justo sentimiento por la paz para que se olviden los crímenes del Estado. Basta señalar el caso de los falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales, que se identifican con Uribe y Santos, pues se ejecutaron en sus gobiernos. Uribe como presidente y Santos como ministro de Defensa, por lo tanto jefe supremo de las fuerzas militares ejecutoras de estos crímenes.

Son más de tres mil familias que no solo perdieron sus parientes inocentes sino que han sido perseguidas para que callen, es decir, revictimizadas. Con los acuerdos de la Habana los principales victimarios no recibirán castigo, los pocos soldados que han sido juzgados están recibiendo reducción de la condena y los procesos en curso, como el de las madres de Soacha se están dilatando.

Uribe como presidente y Santos como ministro orquestaron un plan que inevitablemente llevaría a la degradación y al crimen. Crearon una red de informantes a los que se les pagaba recompensa por delatar. Muchos, por recibir esa recompensa, se inventaban informes falsos y entregaban hasta a los amigos. Dentro de ese macabro plan se les pagaba a los militares por cada “guerrillero dado de baja” y los premiaban con permisos y asensos. Era impensable que eso no se saliera de control. Fue así que desde los altos mandos se organizaron los falsos positivos. Estos operativos los organizaban y ejecutaban comandos en equipo con los informantes que se encargaban de reclutar las víctimas ofreciendo empleo, o con otra treta para hacerlos desplazar a determinados sitios del país y hacerles la emboscada, asesinándolos y disfrazándolos de guerrilleros sin siquiera tener en cuenta detalles. En algunos casos como en la masacre de El Totumo, a una de las víctimas le colocaron un arma en la mano derecha siendo zurdo.

Dentro de los casos está el de Soacha, con un total de 19 jóvenes que fueron reclutados con el engaño de ofrecerles empleo, trasladados a Norte de Santander y ejecutados; la masacre de El Totumo, narrado en esta página y la masacre de Mondoñedo donde fueron secuestrados, desaparecidos, y calcinados 6 estudiantes universitarios de Bogotá. Sobre los falsos positivos hay varias películas, entre ellas: Silencio en el Paraíso, La Semilla y Retratos de Familia

Es al exministro de defensa, Juan Manuel Santos, el de los falsos positivos, al que hoy el imperialismo, quien es el dueño de los premios nobel de paz, le ha dado ese trofeo.

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