Contra el pacto de los de arriba, unidad de los de abajo, paro nacional contra la reforma tributaria y por salario mínimo de $1.500.000

Desde enero Santos anunció la reforma tributaria y en julio se informó sobre su contenido regresivo. Las protestas del 24 de enero en varias ciudades expresaban descontento y malestar social contra el miserable aumento del salario mínimo, contra la crisis en la salud y otros problemas.

Autor: Partido Socialista de los Trabajadores, 26 de octubre de 2016.

En ese momento el gobierno negó que estuviera pensando en un IVA del 19%. Se evidenció la necesidad de convocar un paro nacional pero  no se organizó por el acuerdo que las direcciones tenían con el gobierno de Santos,    y lo que hubo fue una jornada “en forma de paro”, importante por la participación de miles de manifestantes, pero ni molestó al gobierno, por el contrario, se sintió con confianza para redactar una reforma tributaria profundamente agresiva.

En el segundo semestre las direcciones de las centrales obreras se negaron a concretar un paro nacional señalando que eso se le atravesaba al plebiscito, y toda posibilidad de movilización la postergaron para después del 2 de octubre, entre tanto se agudizaban todos los conflictos de los trabajadores y la crisis de la salud se volvía más dramática. Por su parte Santos seguía adelante con sus planes contra los trabajadores. A pesar del golpe en las elecciones, con la derrota del Sí en el plebiscito, Santos presentó, a las dos semanas, el proyecto de reforma tributaria.

Las direcciones de las centrales obreras, que tienen una relativa capacidad de convocar un paro nacional, le dieron todas las ventajas al gobierno y ahora estamos a días de que la reforma tributaria sea aprobada en el congreso, mientras el tan anunciado paro nacional no se concreta a pesar de que existen múltiples y graves conflictos (petroleros, metalúrgicos como los trabajadores de Acerías Paz del Río, estatales como los de Notariado y Registro) que requieren de una coordinación y la centralización de las luchas en una acción nacional.  Se necesita una lucha nacional que exija reivindicaciones propias de los trabajadores, los sectores populares y las víctimas del conflicto armado, y para imponerle a Santos y a Uribe  que se mantenga el cese al fuego y garantías para la desmovilización de la insurgencia e impedir que cocinen un nefasto pacto nacional contra la población.

La jornada de protesta del 27 de octubre es importante para rechazar la reforma tributaria, pero no es suficiente. Se necesita un encuentro nacional de emergencia donde participen los trabajadores de los sectores en conflicto y representantes de las comunidades indígenas y campesinas, víctimas, y el sector educativo, para organizar el paro antes del 16 de diciembre, fecha en que seguramente aprobarán la reforma tributaria y estarán definiendo el aumento del salario mínimo para 2017, sobre lo cual debemos exigir un salario mínimo de $1.500.000 que cubra el costo de la canasta familiar que ya está superando esta cifra.

El paro nacional ha de servir también para organizar e incentivar la discusión política y la lucha nacional por la resolución estructural de los graves problemas de los trabajadores y la población. En esa perspectiva debemos luchar de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente amplia, libre democrática y soberana, conquistada mediante la movilización.

 

¡Contra el pacto Santos-Uribe, movilización y Constituyente!

¡Contra el pacto de los de arriba, unidad de los de abajo!

¡Derrotemos la reforma tributaria!

¡A las calles a luchar contra Santos

y su plan!

¡Que se mantenga el cese al fuego

y garantías para la desmovilización de la insurgencia!

¡Exijamos salario mínimo de $1.500.000!

¡Estabilidad laboral para todos!

¡A parar para avanzar, viva el paro nacional!

 

 

 

 

 

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