Madres Comunitarias un Ejemplo de Lucha y Organización

El 4 de abril de 2016, el Sindicato Nacional de Trabajadoras al Cuidado de la Infancia y Adolescentes en el Sistema Nacional de Bienestar Familiar (Sintracihobi), inicio un paro nacional convocando a todas las madres comunitarias del país, en todas sus modalidades, a movilizarse en contra de las políticas de explotación laboral del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), de la corrupción, la baja y mínima calidad de los alimentos que se proporcionan a los niños en los hogares del Bienestar.

Autor: Katy

Cerca de 200 Madres Comunitarias ocuparon las instalaciones de la sede principal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en la ciudad de Bogotá, provenientes del Huila, Bolívar, Valle del Cauca, Cauca y otros departamentos, donde día tras día resistieron en “cambuches” improvisados, mientras en los centros zonales a nivel nacional, algunas sedes se encontraban tomadas por las compañeras, y varios Hogares fueron paralizados.

 Es necesario entender el contexto de las Madres Comunitarias en Colombia. El programa establecido por el ICBF como “Hogares Comunitarios”, y con el tiempo otras modalidades, atiende a niños vulnerables. Las Madres Comunitarias los cuidan en sus hogares con remuneraciones económicas miserables, sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales.

Como parte del crudo escenario laboral que existe en Colombia, las Madres Comunitarias han sido víctimas de la explotación laboral que se refleja mucho más sobre las mujeres, teniendo en cuenta que siendo una labor tan importante como el cuidado de los niños, ni siquiera era reconocida como una actividad laboral.

Entre los años 2012 y 2013, las Madres Comunitarias organizadas en Sintracihobi, iniciaron una ardua lucha, que culmino en que por primera vez las trabajadoras tuvieran un contrato de trabajo, con las asociaciones conformadas por ellas mismas, como parte de la estrategia de tercerización del ICBF, para no tener que asumir la contratación directa que como funcionarias publicas tendría que otorgárseles.

Esta contratación inicia desde 2014,mediante la ley 1607 de 2012, y el Decreto 289 de 2014, teniendo en cuenta que las Madres Comunitarias en todas sus modalidades perdieron la antigüedad en el sistema de seguridad social, puesto que teniendo 20 y 30 años al servicio del Bienestar, esta labor hasta el año 2014 fue reconocida como un contrato de trabajo y ninguna de ellas, que han entregado su vida al cuidado de los niños, tendrá derecho a pensionarse, muchas padecen enfermedades profesionales y ante la decidía del sistema no tendrán ninguna protección social.

En 2016, el ICBF nuevamente incurrió en irregularidades y lanzo el Banco de Oferentes, programa que deja por fuera la contratación de las asociaciones a las Madres Comunitarias, y deja en manos de operadores privados la contratación que además es intermitente, y no permite ningún tipo de estabilidad laboral, presentando múltiples despidos a madres que llevan laborando más de 10 años.

El ICBF, ofrece un servicio absolutamente precario a los aproximadamente 1.900.000 niños que se encuentran bajo su responsabilidad, el valor de la alimentación por niño es de $2.500 pesos diarios, valor con el que las madres comunitarias deben bandearse y resolver 4 comidas para un niño en crecimiento y en estado de vulnerabilidad, como es la situación de la mayoría.

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Estas razones impulsaron a las compañeras a iniciar un paro. Sin permisos sindicales, ni fuero sindical, aguantando hambre y frío, lluvia, 200 mujeres se tomaron las instalaciones del ICBF, programaron movilizaciones, en representación de las 65.000 Madres Comunitarias del ICBF, y lograron un acuerdo, esto en el marco de la desidia del ICBF que no se sentaba a negociar, manifestando una constante negativa ante la propuesta del Sindicato. Al mismo tiempo, el senador Alexander López Maya, cito a un debate en el Congreso, a la directora del ICBF, donde se develó la corrupción de la entidad, y las verdaderas razones del paro.

 

Lo que se logró con la lucha

Después de 11 días de paro avanzo la negociación en la mesa integrada por un grupo de representantes del gobierno, el Ministerio Público, la Junta Directiva de Sintracihobi, sus abogados y su abogada negociadora, sacando adelante las propuestas que había negado el ICBF, y concluyó el paro con los siguientes acuerdos:

-Estabilidad laboral con vocación de permanencia mediante contrato a término indefinido, con todas las prestaciones sociales, y reintegro a las madres que fueron despedidas por los operadores.

-Priorizaron a las asociaciones conformadas por las madres para contratar.

-Aumento y regularización de los insumos y alimentos entregados a los niños en los Hogares Comunitarios, y sus modalidades.

– Comisiones permanentes de regulación entre el ICBF y las Madres Comunitarias, para determinar los aspectos nutricionales y el menú de cada niño.

-Acuerdo para la presentación de un proyecto de ley, por parte del gobierno nacional que reconozca los derechos pensionales de las Madres Comunitarias en todas sus modalidades.

-Reconocimiento por parte del ICBF, a la organización sindical Sintracihobi, permisos sindicales remunerados, presentación de pliego de peticiones, reconocimiento del fuero sindical, y descuento de cuotas sindicales a sus afiliadas.

Pese a estos logros, aún falta alcanzar la contratación directa con el ICBF, pero las madres comunitarias organizadas, le demostraron al gobierno nacional, al movimiento sindical burocratizado, que hay que romper las cadenas, que la única forma en que los trabajadores y trabajadoras, logramos el reconocimiento de nuestros derechos es no abandonar las banderas de la lucha, recurrir a la huelga, al cese de actividades, a la presión política y a la solidaridad sindical. Estas valientes mujeres escogieron el camino de la lucha y el resultado fue esta negociación histórica. Una lección y un ejemplo de lucha y resistencia para el movimiento obrero.

 

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